Epílogo | Debías volver

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    Estaba nervioso, mis manos sudaban y los músculos de mi vientre se contraían. Los minutos parecían eternos, y en realidad todavía no sabía cómo estar con esta noticia. ¿Feliz? ¿Preocupado? ¿Enojado?

    Joder, ¿cómo se hubiera sentido Drake en esta situación? Ah, bueno, de seguro estaría amenazando a Evan o dándole alguna charla, que eso es lo que yo debería hacer, ¿verdad? Como líder suyo que soy, como hermano de su novia que era.

    El punto era que Liza estaba embarazada, y se había hecho la prueba hace dos días. Sí, en su habitación, encima de mi cabeza y la verdad es que no me interesaba saber cómo lo celebraron cuando ella le dio la noticia a Evan.

    Mi hermana había ido a buscar los resultados de los análisis para enviarlos a Ámsterdam que es donde viven mis padres ahora mismo. Ella quería darles la noticia de esa forma, pero todavía no llegaba. Así que miré el reloj para ver qué hora era. Se supone que se encontraría con Evan de camino y vendrían hasta acá juntos.

    Entonces decidí tomar mi celular que estaba en la mesa de centro de la sala principal y llamar a Evan, al parecer sí se le había descargado la batería. Hace un rato me llamó, pero la llamada se había cortado. Solo alcancé a escuchar algo que tenía que decirme respecto a Jack. Y eso, más nada.

    Hace unos minutos llamé a Jackson y le pregunté si había visto a Evan, pero me respondió que no.

    —Tranquilízate, van a llegar —habló Quinn y la observé entrecerrando los ojos.

    —Más vale que Evan me devuelva a mi hermana.

    —Él no diría lo mismo de ti con April —se burló y alcé la ceja derecha —. Al parecer él confía más en ti con su hermana que tú con Liza.

    —Claro que tiene que confiar en mí, he cuidado a April por casi cuatro años —dije con indiferencia.

    —Y aún insiste en que deberías presentarte con ella.

    —Ya les he dicho mil veces que no. April no necesita a una persona como yo en su vida.

    —Estoy segura de que ella sabrá entender las cosas. El primer día no tienes que decir: "oye, he estado cuidándote desde hace un tiempo y la verdad es que me atraes" —hizo una mala imitación de mi voz.

    —Primero, yo no hablo así —se rio en silencio —. Segundo, es obvio que si le digo quien soy y de donde conozco a su hermano, me verá como un acosador y un asesino. Y no, no estoy dispuesto a que ella me vea con otros ojos.
Se quedó en silencio a la vez que se recargaba en el umbral de la entrada a la sala y me miraba seria.

    —Como quieras, después no te arrepientas cuando venga alguien más y no sepas qué es lo que realmente quiere de April. Al menos tú sí sabes que la cuidarías bien, pero nunca sabes que tiene el otro en su cabeza.

    —¡Está bien! —Sonrió satisfecha —. Hablaré con ella, me presentaré, pero ya no me tortures con eso de que alguien le pueda hacer daño, loca. 

    Mi celular comenzó a sonar y me imaginé que tal vez era Liza o Evan, pero no, era uno de los Dominis.

    —¿Qué ocurre?

    —Enciende la jodida televisión y pon las noticias.

    —¿Qué es lo que ocurre? —repetí asustado a juzgar por su tono de voz —. ¿Arrestaron a un Domini?

    —Yo pienso que es algo mucho peor —escuché por el otro lado de la línea.

    Tomé el control de remoto, encendí la televisión y puse el canal en donde daban las noticias.

El Cuervo © |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora