En estos meses habían pasado tantas cosas, había sentido tantas emociones y sentimientos encontrados, que sentí que los siguientes meses pasaron rápido.
Había ingresado a la universidad de Cincinnati para estudiar justicia delictiva. Cuando se lo mencioné a Ethan me dijo que había estudiado la misma carrera en el mismo lugar. Gracias al cielo contaba con el apoyo de mis padres y el de April. Hasta ahora todo iba bien y todavía mantenía comunicación con Zack. Nos veíamos tres veces a la semana para conversar, desahogarnos sin ocultarnos nada.
Aparecía uno que otro problema con los Vansers, pero nada que nos pusiera en un grave peligro. Y ningún Domini, ni siquiera Ethan sospechaba que Zack estuviera vivo, pues éste último no se dejaba ver.
Yo de vez en cuando participaba en algunas peleas, y era un ritual besar a mi novia antes de iniciar. Me encantaba tener todo su apoyo.
En serio, no podía creer que ya iba a tener un año con los Dominis, conociendo a Liza.
En cuanto mi hermana, pues ella se encontraba más fuerte y más segura de sí misma. No me arrepiento para nada de haberle conseguido una ayuda profesional a tiempo. April ya comenzaba a disfrutar de su vida como antes, sonreía más, bromeaba más. Sí, dejé de ir a su habitación, sí, ella se alimentaba bien, socializaba con las personas, y algunos fines de semana salíamos de la ciudad en familia. Mi vida estaba de lo mejor.
Tantas cosas han pasado que ya conocía a los padres adoptivos de mi novia, vinieron de Ámsterdam para pasar la navidad con sus dos hijos. Y no, los padres adoptivos de mi novia no tienen algún conocimiento sobre los Dominis. No fue difícil congeniar con ellos, mucho menos después de que Liza les haya dicho que había visto a su madre biológica. Se sorprendieron al saber la noticia, y no lo tomaron mal. Hablaban mucho y bien sobre Drake, y sí soy honesto, me hubiera gustado conocer al mayor de los hermanos Pearce.
Prill y yo estábamos en Ricky's. Ella estaba —literalmente —tragándose la comida. Y no niego que sentía cierta satisfacción por verla comer con tantas ganas.
—No entiendo por qué el tatuaje de un cuervo —dijo mientras agarraba una papa frita —. ¿Acaso significa algo para ti? —me miró con atención.
—Digamos que representa un cambio en mi vida personal.
—Tiene sentido —dijo con la boca un poco llena —. ¿En serio solo te vas a tomar eso? —me preguntó señalando mi malteada con su mentón.
Miré mi bebida y afirmé con la cabeza. Unos segundos después April ya había terminado su cena, luego recargó sus brazos en la mesa sin despegar sus ojos azules de mí. Fruncí el ceño preguntándome qué quería decirme, porque la conocía, cuando April quería comentarme algo, me miraba con atención.
—El otro día que salí con Lexie al cine me encontré con Edward —habló en un tono suave, tímido. Sonreí, ella en cambio, apretó sus labios —. Y lo besé.
Expandí tanto mis ojos que pensé que se me saldrían. ¿Acaso él...?
—¡No fue su culpa! —se apresuró a aclarar —. Es decir, me sentí cómoda. Tampoco fue un beso tan extravagante, fue algo suave. Él entendía mi situación, por lo que yo había pasado. Yo quería hacerlo, quería besarlo, pero él nunca tuvo las malas intenciones.
Sus ojos comenzaron a tener este brillo que la caracterizaba cuando estaba un poco obsesionada. Mordió su labio inferior sin dejar de mirarme, como si esperara a que la reprochara.
—Sé que no voy a tener nada con él. Solo quería experimentar —su voz se apagó un poco más. No dije nada, quería que ella dijera todo lo que quería decir —. Ha sido mi primer beso después de lo de Wayne, él fue muy violento.
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El Cuervo © |COMPLETA|
Action''Todos tienen un secreto que ocultar'' Evan Howland es el chico popular de su escuela. Pero toda persona popular siempre tiene algo que esconder. Una hermana menor que ha sido víctima de un abuso, un asesinato, y una decisión que terminará siendo u...