No podía decir que la Isla era su lugar favorito para estar, puesto que si tuviera que elegir, muy bien nombraría a las catacumbas, pero había algo allí arriba que le daban ganas de caminar todos sus rincones, sin rumbo definido, solo explorar.
A veces podía sentir las miradas de impresión encima de ella, pues nadie estaba acostumbrado a verla por esos lares, olvidaban que estaba ahí, incluso de quién era hija.
Era realmente incómodo, puesto que se sentía muy pequeña, cuando ella era la que hacía sentir a todos así, por lo menos en Serpent Prep.
Tras pasar unas cuantas tiendas, había llegado a un sitio ya alejado de las sucias tiendas, atrás de ella podía escuchar a los vendedores ofrecer sus productos viejos y quejarse de que les habían robado, pero frente a ella no había nadie, el silencio se estaba apoderando de su alrededor.
Le pareció extraño ver la peluquería de la profesora Tremaine abierta tan temprano.
Quizás pasaría a preguntarle a la molesta pequeña si había visto a alguien inusual por ahí.
Se acercó un poco, notó que habían unos cuantos posters del inframundo y se dedicó a leerlos.
Recordó que Pena y Pánico colocaron la mayoría para hacer sentir mejor a su padre, por estar literalmente atrapado en un agujero, pero nada de eso funcionó.
También le había prohibido a ella acompañar a los diablillos a pegarlos, pues no le gustaba que saliera.
Después del accidente, nunca más salió con tanta frecuencia como ahora.
Hades Souvenirs It's UNDER this world. Decía uno de ellos.
Suspiró, su mente estaba agotada, y ya se había cumplido un día sin dormir, ya era hora de ir a comer alguna cosa.
Dio media vuelta, pero antes de dar un paso escuchó algo detrás de ella, una leve risita.
Como se ríen las brujas locas.
Arqueó una ceja y miró por el rabillo del ojo, sus manos se convirtieron en puños, su rostro se endureció.
Si había algo que odiaba (entre muchísimas cosas) era que la sorprendieran, Harry suele hacer eso.
Se volteó dispuesta a lanzar golpes, pero no consiguió a nadie, se sintió tonta por un momento.
—¡Hola, mini Hades! —chilló una voz femenina atrás de ella.
Hayden soltó un pequeño (y tierno) gritito y se volteó rápidamente, mirando a aquella chica con odio.
—¡Awh! —exclamó Mad Maddy—. Los villanitos pueden ser adorables ¿No es así?
Hayden conocía a Maddy de reojo y por unos cuantos cuentos que decían de ella: Que estaba loca era uno de ellos, que amaba pintarse el cabello era otro.
Que estaba loca seguía siendo el mayor de los cuentos, por ende evitaba acercarse a ella.
Hizo una mueca y se alejó para darse media vuelta pero la detuvo a lo que colocó los ojos en blanco.
—¿Qué haces a la luz del sol? —preguntó inocente— Es la primera vez en muchisisisisisisimo tiempo que te veo por aquí, y tan lejos.
La chica del mechón azul se metió las manos en los bolsillos y la esquivó para dejarla atrás.
—¿A quién andas buscando por ahí? —preguntó levantando la voz—. Creo saber dónde se esconde ella.
Hayden se detuvo en seco y volteó a ver a la chica, incrédula, quizá le estaba jugando una broma, al fin y al cabo, estaba loca.
—¿Tú qué sabes? —dijo Hayden con rudeza— No pienso confiar en ti.
Mad Maddy se ofendió falsamente, luego se rió sola.
—Oh ¿No estas buscando a Mal? —preguntó cínica.
Hayden apretó la mandíbula y Maddy rió de nuevo.
—La hija de Maléfica —susurró.
—¡Esa misma! —exclamó y luego aplaudió repetidas veces— Solíamos ser amigas, pero es una gran traidora, cierto que no puedes confiar en nadie en esta Isla de mi...
—¿Dónde está? —dijo Hayden exasperada.
—No puedo decirte —hizo un puchero—. A menos que me des algo a cambio.
Hayden con ojos caídos y las cejas alzadas (mostrando que estaba a punto de patearla por ser tan habladora) cruzó los brazos y se incorporó, Maddy rió.
—¿Qué deseas?
—Destruirla —sentenció.
La descendiente de Hades palideció, estaba segura de que pediría algo como inmortalidad para su abuela o salir de la Isla, como cualquier Vk sufrido promedio.
Sus ojos brillaron, vio algo en ella que la hizo retroceder un paso.
Hayden no pensaba en ningún atentado contra la chica de cabellos morados, solo quería una explicación, sus poderes de vuelta, que sufriera un poquito y salir de ahí.
Y quemar un poquito el Olimpo.
—No lo haré sola —continuó Maddy—. Hay algunos... que quieren, ya sabes, darle una tunda, si ambas hablamos español, y si tú también quieres eso pues ¡Bienvenida!
La chica suspiró y se acercó a Maddy, la miró de arriba a abajo y de abajo hacia arriba, despectiva.
—Trabajo sola, brujita —sentenció Hayden—. Lo que sea que quieran hacerle tú y tu grupito de inadaptados sufridos no es mi problema, solo quiero mis cosas de vuelta.
Maddy endureció su rostro, pero Hayden no retrocedió, no le tenía ni un poco de miedo.
—¿Qué te hace pensar que te los dará con solo pedirlos? —preguntó—. Muchos de nosotros queremos libertad y la pedimos, la gritamos, nos quejamos ¿Y qué crees que tenemos? ¡Basura, amiga! Así que si no es por las buenas, entonces ella verá ¿Quieres saber dónde está o no?
Hayden se limpió el rostro, ya que Maddy escupía al hablar (lo que se le hizo asqueroso), se incorporó y relajó los brazos.
—Primero: No somos amigas y segundo: Soy más inteligente que tú —aclaró—. Mientras tú vas directamente por la fuerza bruta yo voy con cautela, endulzo su oído, le miento, la atrapo y cuando menos se lo espere, Caronte la lleva a su nueva casa.
Maddy cambió su expresión a confundida, pues no tenía ni media idea de quién era Caronte, pero a fin de cuentas tenía razón.
—Estoy perdiendo mi tiempo aquí contigo —dijo Hayden—. Encontraré a esa chica yo sola.
Se dio media vuelta, haciendo que su cabello golpeara a Maddy en la cara quien se lo quitó rápidamente, gruñó, respiró hondo y ya derrotada gritó:
—¡Está ahí adentro!
Hayden se detuvo, volteó a mirarla, estaba señalando la peluquería de las Tremaine.
Mal estaba ahí adentro.
Caminó hasta quedar frente al local, dejando a Maddy atrás, y al voltearse para preguntarle si le estaba tomando el pelo, se había desvanecido.
Se escuchó una risita de bruja.
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Miradas del Inframundo [An Under Disney Descendants Story] "TERMINADA"
Fanfiction"Venid, venid hacia aquí, princesa, encontraras más de lo que esperas, sabrás más de lo que deseas y recibirás justo como lo anhelas, al principio no entenderás por qué todo da tantas vueltas pero una vez que lleves el compás, solo usted decidirá a...