23. Noción del Tiempo

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Tres días enteros en las catacumbas, tres días y tres horas ahí abajo, junto a su Madre, quien le enseñó a canalizar y encontrar su magia.

Tres días y tres horas que en la superficie era un mes y dos semanas.

Sin embargo, al pasar tan increíble rato allá abajo no se había percatado de ello, pues estaba perdidamente enamorada de la magia que le estaba mostrando Maléfica, magia de verdad.

La cual ella dominaba con rapidez.

—Tengo un par de cosas para ti —dijo Maléfica de la nada.

Hayden, quien estaba haciendo levitar una mesa la dejó caer de golpe y se volvió añicos, pues aquello la había desconcertado un poco.

Nunca nadie le había regalado algo, es decir ¿Por qué lo harían de todos modos?

Maléfica le indicó que se pusiera a su lado, luego tomó su mano y le pidió que cerrara los ojos.

Ojo interno que todo lo ve, muéstrame la superficie esta vez —conjuró Maléfica y al abrir sus ojos estos brillaban cual esmeraldas.

Hayden abrió los suyos y su mechón se encendió, al frente de ellas, un portal se abrió mostrando La Isla de los Perdidos, cada rincón, el viejo castillo donde Mal vivía con su madre, El Restaurante de Úrsula (desolado), a Harry y Gil jugando cartas, luego estaba Mad Maddy, mirando el cielo acostada en un montón de paja, el Mechón de Hayden avivó su llama de repente.

—Quieta —dijo Maléfica.

Siguió mostrando lugares, a Cruella De Vil riéndose sola, a Ginny Gothel jalándole el cabello a su hermana menor, Giselle, luego dejó de enfocar a los sucios habitantes, ahora miraban desde el puente roto, el que separaba la Isla de Auradon, el que nunca estará, pensaba Hayden.

Cruzaron el mismo, como si estuvieran volando, el mar pasaba de estar sucio al agua más cristalina que pudiese existir, Hayden se sobresaltó y apretó la mano de su madre, creyó que caería por un segundo, pero antes de lo pensado ya estaba del otro lado, incluso las vibras que le transmitía aquel lugar eran diferentes.

Buenas vibras, qué asco.

Pero de repente, alguien llegó a sus recuerdos, y antes de emprender un rápido viaje por Auradon en busca de lo que ella suponía que sabía, tuvo que llamar a su madre.

—Quiero ver a papá —dijo apretando de nuevo la mano de Maléfica.

Ella la miró cuestionándolo, sin embargo, encogió los hombros y moviendo su mano de repente cayeron en picada.

Hayden dio un saltito y se estrechó contra su madre, la imagen frente a ella se detuvo y comenzó a enfocar una mancha azul frente a ella, la cual era su padre junto a Pena y Pánico.

—¿Sin rastro de ella aún? —preguntó Hades.

Pena y Pánico negaron con cierta tristeza.

—Ha sido un mes muy largo, Nefastad —dijo Pena—. Los últimos que la vieron no quieren hablar, o más bien, nos están mintiendo.

—¡Saben dónde está! —Chilló Pánico— Pero nuestras amenazas no les asustan, los tiempos en la Isla no son iguales que antes.

Hayden tragó la bilis ¿Pena había dicho un mes?

Algo notó en su padre luego de ello, pero le pareció ridículo, muchísimo más mirarlo en alguien como él, más bien ¿Qué demonios? No podías ser posible.

¿Su padre estaba preocupado por ella?

—Pues tortúrenlos si es necesario —ordenó el dios—. Hayden tiene que aparecer.

—¿Qué tal si se ha ido por las catacumbas? —Mencionó Pánico—. Hadie confesó haber usado la brasa para abrir el lug...

El pequeño diablillo no pudo seguir hablando pues Hades lo había tomado del cuello, apretándolo cada vez más.

—Hadie se fue —masculló Hades—. Las catacumbas están selladas ¿Dónde está mi hija entonces?

—¿Con su mami? —susurró Pena aterrado.

Hayden aguantó una carcajada mientras que Maléfica rodó los ojos.

—Daré un paseo por la Isla —dijo Hades ignorando el comentario y soltando a Pánico—. Cuando regrese quiero a esa niña aquí o se mueren ustedes.

La imagen comenzó a tonarse borrosa y rápidamente volvieron a la superficie, Maléfica exhaló, de repente sus facciones cambiaron, se veía un poco angustiada para ser la Emperatriz que tiene todo bajo control.

Aterrizaron en un nuevo sitio, específicamente en un pequeño castillo llamado Evie's 4 hearts que mostraba a aquella princesita azul que andaba con el Rey el mismo día que Mal estaba en la Isla.

—¡Dude, las telas no se muerden! —gritó la princesa tratando de quitarle un pedazo de tela al perro— ¡Carlos!

Hayden soltó la mano de Maléfica de repente y se acercó al portal, por la puerta principal se mostró un chico de cabellos blancos y negros, tratando de localizar a su amiga en apuros.

—Amigo, esas cosas no son comestibles —dijo Carlos cargando al can.

El perro, en vez de ladrar dijo unas cuantas palabras, luego se disculpó con la princesa y Carlos lo dejó en el suelo, luego ayudó a su amiga con el desastre mientras hablaban de una chica.

Una tal Jane.

Antes de que Hayden pudiese preguntarle a su madre si la conocía, se escuchó un estruendo un gruñido y un quejido.

—¡La tienes aquí! —chilló Hades.

Hayden sintió como su tensión bajó y las ganas de vomitar llegaban a ella, miró a Maléfica que la miró a ella, la tomó del brazo y la arrastró casi volando, cuando casi no pudieron escuchar a Hades se detuvieron.

—Huye —jadeó Maléfica—. No debe saber lo que andas haciendo, no aún, lo entenderá pero mucho después, algunas cosas pueden consumirte, no dejes que eso pase contigo.

—¿Qué...? —logró decir Hayden pero los nervios no le permitían hablar más.

Maléfica tomó la mano de su hija y le entregó un pedazo de esmeralda, como el que había visto en su mente cuando se encontraba en el salón de meditación, cambiaba de color, de morado a verde.

Luego la empujó para que se apresurará a escapar, pero se detuvo y la miró.

—Antes de irme quiero decirte que...

—También yo —interrumpió Maléfica y le dedicó una sonrisa.

Hayden sonrió y antes de que su madre la viera llorar salió corriendo de allí.

Dejando atrás aprendizaje, un buen momento, secretos descubiertos y a su Padre ardiendo de ira.


Miradas del Inframundo [An Under Disney Descendants Story] "TERMINADA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora