28. Una Croqueta para El Cachorro

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Ya no era un niño asustadizo, eso era muy notorio, era alguien nuevo, esa persona que la Isla (y su madre) en su momento le prohibieron ser, ahora miraba atrás y no podía creer que hace mucho le tenía miedo al que ahora era uno de sus mejores amigos (también le había ayudado a conquistar a una chica).

Carlos siempre estaba aspirando a hacer cosas nuevas, luchar todos los días con sus ya casi inexistentes miedos y pasar tiempo con su familia, que, eran sus mismísimos mejores amigos, cuando no estaba inventando alguna cosa nueva, usando su impresora 3D o rascándole la panza a Dude, estaba cerca de ellos (y pensando en cómo estaba Cruella).

Pero, justo ahora, algo había golpeado su mente, alguien, había invadido y se había hecho un lío ahí adentro, y estaba completamente seguro de que ese alguien no era Jane, su novia, sino alguien más que no lograba recordar, no podía verle con claridad, no sabía cómo era su rostro, sus facciones, no había nada de esa persona, sin embargo, estaba ahí, esperando que lograra recordarle, pero al final del día, con una jaqueca inmensa, se rendía y dejaba esa tarea para el siguiente día, y, con el pasar de estos, le era más difícil, como si este fuera un nivel de un videojuego el cual no podía desbloquear.

Jay sentía lo mismo, era muy inquietante, incluso, llegó a mencionárselo a Lonnie pero esta lo pasó de largo (sin intención, lo nombró justo cuando hablaban de a qué universidad asistirían), pero en Carlos era un poco más estremecedor, llegaban veces que se quedaba tan hipnotizado con el tema que aunque estuvieses hablando con él, no estaría escuchándote, como sucedía ahora con más frecuencia.

—¡Carlos, te lo he dicho ya tres veces! —Chilló Jane— Si quieres lo dejamos para otra ocasión.

—Lo siento —dijo este al salir del trance—. Es que...

Ahí iba de nuevo, una excusa nueva, no quería hacerlo, pero justo ahora quería mantenerlo como un secreto, algo entre Jay y él, después se las arreglaría para decirle a Mal y a Evie, luego a Jane y todo estaría bien.

—¿Qué es esta vez? —Preguntó Jane con inocencia— Estas muy extraño estos días ¿Es por el Vk Day?

Se sobresaltó, podría decir que si, como podría contarle de una vez, sin embargo podría ser muy raro contar algo de lo que no tienes una prueba concreta y la cosa se malentienda, asi que, para defender su fiel pensamiento de que había alguien ahí, se excusaría, solo esta vez (supuestamente la última).

—Si —respondió—. Estamos tratando de que sea algo que los Vks recuerden y, también pensaba visitar a mamá un rato, ya sabes, quiero saber cómo está y todo eso. Ha pasado mucho desde que no...

Jane se adelantó y plantó un beso en la comisura de sus labios, luego le sonrió.

—Te creo —dijo—. Quizás yo también estoy un poco atareada por la propuesta de Ben a Mal —susurró.

Carlos rió un poco, no podía mentir, todo ese tema tenía al Reino entero comiéndose las uñas.

El celular de Jane sonó, era su madre, quien la necesitaba para seguir planeando toda la sorpresa.

—Tengo que irme —dijo un poco desanimada— ¿Te veo después de las prácticas de ROAR?

—Claro que sí, linda —sonrió Carlos.

Se abrazaron, se sentía bien, él pensó que nunca tendría a alguien de esa manera, pero luego apareció ella y todo dio un vuelco, en el buen sentido.

—Hey —lo llamó Jane desde la puerta.

—¿Si?

—Te quiero —dijo dulcemente y luego se fue.

Cualquier otro que la hubiese visto, pensaría que había salido huyendo.

Carlos se quedó ahí, pensando, procesando, asimilando, luego cayó como plomo en su cama, ahora miraba el techo.

—También yo —dijo en un hilo de voz.

Se sentía bien, era como un nudo en la garganta y luego de que ella lo dijo y él le respondió (tarde pero lo hizo) había desaparecido un inmenso peso de encima, incluso sonrió por un buen rato.

Luego volvió a hundirse en ese alguien, el náufrago de sus pensamientos actuales.

¿Quién era?

Miradas del Inframundo [An Under Disney Descendants Story] "TERMINADA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora