19. Alianza por conveniencia

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La ira nunca ha aportado nada bueno, pero en este caso, le había regalado a Hayden una idea, que realmente esperaba que saliera como lo esperaba, porque sino se iría a lo bruto.

Es decir, destruir todo.

Todos los recuerdos de su infancia habían venido de golpe justo después de ver a su antigua ella caer en el río Leteo, y todo cayó en su lugar después de ver a Hades robar sus recuerdos, pero no solo los de ella, sino también los de sus antiguos amigos que la habían traicionado entrando a su hogar con una desconocida, los de la hija de Malefica: la ladrona, toda la Isla de los Perdidos no tenía ni la más mínima idea de quién era ella o quién solía ser.

Gracias a papá.

Caminaba decidida a enfrentar a su padre, aunque no tuviese ni la menor idea de cómo hacerlo, pero en su cabeza seguía repitiéndose que en algún momento fue muchísimo mejor que él y ese tipo de cosas no pueden borrarse.

Estaba segura de que seguía lo siendo.

Se detuvo en seco, tras escuchar unas risitas detrás de ella, rodó los ojos y frunció los labios ¿Acaso Maddy no se cansaba de molestar? Se volteó sorprendiéndola, esta se echó para atrás y cayó sentada.

—Inútil —masculló Hayden.

Maddy se levantó con un puchero y las cejas fruncidas, se limpió y se acercó a Hayden, como si fuese a caerla a golpes.

Pero solo se arrodilló.

—¿Qué tengo que hacer para que te unas a nuestro grupo? —lloriqueó— ¡Por favor!

Hayden no pudo evitar sonreír, a pesar de la actual situación que estaba pasando, hacía ya mucho tiempo que alguien no le imploraba o le rogaba, aquello la hicieron sentir extremadamente bien, incluso la hicieron olvidar que Maléfica la llevó a ver su accidente y la hizo sentir miserable.

Se agachó quedando a su altura, Maddy la miró.

—Nope —sonrió.

—¡Agh! Ya basta, Maddy —gruñó alguien saliendo de una esquina: era Ginny Gothel—. Si ella no se quiere unir no insistas más, no la necesitamos.

—Dices tú —inquireó.

Los ojos grises de Ginny aterrizaron en ella, con unas ganas inquietantes de golpearla en la cara, quizás era también por lo mucho que su madre la prefería en secreto, aunque no fuese ni siquiera un familiar lejano ¿Por qué tener a alguien que odiaba en demasía tan cerca de ella todo el tiempo? Todos se podrían de su lado a fin de cuentas.

Era la única que no la quería en el grupo.

—Si me preguntan a mi —Dijo un chico saliendo del mismo escondite que Ginny—. Diría que si mil veces.

Había algo en el que causo en Hayden unas ganas de vomitar realmente inmensas, quizás era su atuendo pirata o... no, realmente había sido eso.

—Harold Hook, princesa —dijo este deslizándose a su lado.

En un intento de tomar su mano para besarle Hayden se soltó de un jalón, luego le dio un golpe en la frente, lo cual hizo a Maddy explotar de la risa y a Ginny contener una.

—Manten distancia —dijo Hayden con severidad—. No los tolero.

—Ella prefiere a los pelirrojos —dijo Anthony Tremaine saliendo cerca del escondite de Ginny y Harold—. Gusto en verte, preciosidad.

La chica rodó los ojos ¿Por qué era que los seguía escuchando? se sentía tan ofuscada que tuvo que alejarse un poco.

—¿Son todos o falta el número musical? —preguntó Hayden con ironía.

Todos le dieron espacio a Maddy para que se acercara, pudo notar que su cabello estaba un tanto más oscuro que antes, incluso pudo asemejarla con Mal un momento y aquello le dio escalofríos, se la imaginó como la gemela malvada.

—¿Qué esperas? —preguntó Mad Maddy— Debes sacarte ese pensamiento de la cabeza que vencerás a ese centenar de personas tú sola, incluso el peor de los peores tenía a un aliado cuando trató de dominar el mundo.

—Tienes razón —reconoció Hayden dejando a Maddy con la boca casi abierta—: Necesito esclavos.

Ginny gruñó y se palmeó fuertemente los muslos, Anthony hizo una mueca confundido y Harold reprimió una risita, luego entendió el chiste y se mantuvo serio, Maddy exhaló fastidiada.

—¡Nos está tomando el pelo, maldición! —chilló Ginny.

Hayden soltó una risa bastante genuina, le hacía falta sacar a la gente de quicio, no se sintió tan necesitada por los demás desde que su padre le pidió que consiguiera arañas para cocinarlas con salsa agria.

Pensó por un momento, quizá, la idea de estar en el grupo de esos cuatro papanatas no era tan mala, Maddy lamentablemente tenía razón, incluso su padre tenía a Pena y Pánico para apoyarle, Uma tenía a Harry y Gil ¿Y qué tenía ella? el brazo rasguñado y la chaqueta hecha jirones.

Sin embargo había un problema: tenía que trabajar para alguien más y eso no estaba ni remotamente en su código.

—No soy seguidora —sentenció—: Soy una lider, y si quieren que esté con ustedes deben darme ese puesto.

—¡Ni lo sueñes! —se negó Ginny— No trabajaré para una niñata que tiene cabeza de vela.

—Ah, pero si quieres que esa cabeza de vela trabaje para la esgreñada —divagó Hayden.

Maddy intervino antes de que ambas estuviesen por matarse a golpes, alejó a Ginny y volvió a mirar a Hayden con mucha más calma de lo que parecía expresar.

—Ese puesto es mio —respondió—. Sin embargo, puedes ser mi mano derecha.

—¿Disculpa? —exclamó Ginny indignada.

—Acepto —respondió Hayden sin dudarlo dos veces.

Maddy extendió su mano, Hayden la miró por un segundo y respiró hondo para luego tomarla, apretándola un poco, pero al instante se soltaron pues sintieron un fuerte corrientazo.

Aquello a Hayden le pareció un tanto familiar.

—Deee acuerdo —interrumpió Harold—. Ahora que la señorita no-me-toques está en el grupo gracias a la brujar del mar ¿Qué hacemos ahora?

—Iniciar la fase uno —sentenció Maddy.

Tomó a Hayden del brazo y muy radiante se dirigieron a su cuartel con un Anthony muy pensativo, un Harold babeante y una Ginny más que furiosa, pero aquello podía satisfacerle, pues podía destruirla sin la necesidad de hacer tanto.

Y mamá dijo una vez: Manten cerca a tus amigos y más cerca a tus enemigos.

Sabia es mamá.

Miradas del Inframundo [An Under Disney Descendants Story] "TERMINADA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora