26. La Más Pura de Todas

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No sabía si era por todo lo que había corrido, o porque no tenía ni una gota de agua en su estómago que ahora empezaba a delirar, incluso sintió que caía, pero estaba tan débil que no podría sentir ni un golpe, pero aquella mujer la había ayudado, había evitado que se diera tremendo golpe en la cabeza.

—¡Cuidado, pequeña! —Dijo la líder de las Musas sujetando a Hayden— ¿Estas bien?

—Si —asintió con la cabeza—. Creo que me estoy muriendo.

Calíope la sujetó fuertemente del brazo y le acarició el cabello, sintió aquello que no era de Hades, sino de Maléfica y recordó que había otra descendiente, mayor que ella y el único varón.

—¿Hada? —preguntó la mujer confundida.

—¿Qué? —preguntó Hayden débilmente.

Se descompensó un momento y todo comenzó a dar vueltas ¿Qué le había pasado? Estaba bien hace un momento.

—Al parecer hay que llevarte a que te hagan un chequeo —mencionó la Musa.

Hayden sacudió la cabeza expresando negación y con la fuerza que le quedaba, trató de zafarse.

—Necesito ir a ver si están bien —balbuceó.

—Ellos están mucho mejor que tú, mi niña —recalcó Calíope.

Hayden bufó y al momento se desmayó en los brazos de la mujer, esta como pudo, empezó a hacer magia y al instante ya no estaban ahí.

Fue un largo sueño, Hayden soñó con tantas cosas que estuvo segura de que habló dormida (e insultó a alguien frente a ella), luego empezó a abrir los ojos muy lentamente, habían cinco manchas frente a ella, parpadeó, ahora tenían sonrisas, volvió a parpadear, ahora eran cinco mujeres de toga blanca y tremendas melenas de cabello.

—¡Bienvenida! —dijeron todas al unísono.

La semidiosa soltó un gritito y se incorporó rápidamente, ahora estudiaba el sitio, quedó más que encantada.

Era un palacio, pintado de blanco, dorado y tonos pastel, con objetos bañados en oro, lleno de luz y hacía mucho frío.

Era el palacio de Las Musas.

Eso significaba que estaba ahí arriba, con los buenos.

Estaba en El Olimpo.

—¡No puede ser! —Exclamó levantándose del lujoso sillón.

—¡Debemos mostrarte el lugar! —Dijo una de ellas, la más bajita— Pero primero nos presentaremos.

Somos las musas —comenzó a cantar una de ellas—. Diosas de las artes que proclaman a los her...

—Ya sé, quienes son —interrumpió—. No hay necesidad de empezar a cantar.

Las Musas fruncieron el ceño y desilusionadas se acercaron a ella, rápidamente olvidaron el tema y la tomaron de los brazos pues recodaron que alguien estaba muy ansioso de verla.

—No voy a ver... —hizo una pausa— a mi tío.

—¡No, pequeña! —Dijo la de cabello ondulado— Es alguien más.

Hayden frunció el ceño y cuando Calíope abrió la inmensa puerta cayó en cuenta que todo había sido idea de él.

Caer a las catacumbas, recuperar su parte Maléfica, pasar un rato con su mamá, conocer a su Voz de la Razón, absolutamente todo había sido su idea.

—¡Hadie! —Chilló Hayden e inconscientemente saltó a darle un abrazo— ¡Tremendo inútil!

—Vaya, gracias —dijo él burlón.

Miradas del Inframundo [An Under Disney Descendants Story] "TERMINADA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora