Capitulo 9

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Llegada la hora de la cena, Bill estaba ya más tranquilo. Hablar de la muerte falsa de su madre le había dado un fuerte dolor de cabeza por las lágrimas derramadas. Solo remitió cuando se acostó en la cama tratando de alejar la visión de las desnudas nalgas de Thomas que aún perduraba en su memoria.

Cuando notó que se estaba anocheciendo, decidió bajar y reunirse con la familia que tan bien le había acogido. Fue directo al salón, encontrándolo vacío y se guió por las voces que oía desde otra habitación y se dirigió hacia ella.

Resultó ser el comedor, igualmente tan bien decorado como el salón. En el se encontró con toda la familia reunida terminando ya de cenar. Todos callaron al verle, poniéndose Claire en pie e yendo a su encuentro.

—Bill, pensaba que no ibas a bajar y te iba a subir una bandeja explicó tomándole de la mano—Que alegría que estés aquí, siéntate a mi lado.

Bill así lo hizo, ocupando la silla que Thomas amablemente le cedió. Pronto sirvieron ante él un suculento plato de carne estofada que comió con timidez, las voces habían callado y parecían estar todos pendientes de él.

—Te presento a mi otro hijo, Duncan—dijo Claire rompiendo el tenso silencio.

Bill miró al joven que comía al lado de Jamie, era una mezcla de ambos, tenía el cabello oscuro de Claire y los ojos azules de Jamie. Al parecer solo las gemelas había heredado el color pelirrojo del padre.

Por lo que había leído en el diario, sería de su edad o quizás un par de años menos. Aunque aparentaba tener más, ambos hijos varones habían heredado la anatomía del padre y se conservaban en buenas condiciones físicas.

Quizás no tanto como Thomas, pero podía apreciarse sus músculos bajo la fina camisa blanca que vestía.

—Muchas gracias por la ropa—dijo Bill con cierta timidez.

Duncan respondió solo con un gesto de la cabeza y siguió comiendo en silencio.

—Niñas, terminad de cenar en la cocina—pidió Jamie de repente.

Las gemelas se levantaron de inmediato y tomando cada una su plato obedecieron a su padre, seguidas por Claire. Una vez a solas los hombres, Jamie tomó la palabra tras intercambiar una mirada con Thomas.

—Thomas me ha contado que un oficial británico trató de... —murmuró Jamie carraspeando.

Bill asintió con la cabeza avergonzado, sabía a lo que se refería aunque le costara decir las palabras. Había tratado de abusar de él, de violarle en mitad del bosque utilizando la autoridad que le otorgaba su rango de capitán.

—Thomas te salvó, pero también puso un precio a su vida—siguió diciendo Jamie.

— ¿Cómo?—susurró Bill sin entender.

—No me vio, padre—dijo con firmeza Thomas.

—No lo puedes asegurar—intervino Duncan—Reza para que no se presente esta noche a exigir tu cabeza. Se lo prometiste a padre, ¿recuerdas?

—Thomas no ha olvidado su promesa, Duncan—murmuró Jamie.

Bill escuchaba en silencio, notaba el tono de dolor de Jamie en su voz. Y algo más, mucha rabia.

— ¿Quería que dejara a Bill en sus manos?—interrogó Thomas mirando fijamente a su padre.

—No, claro que no—contestó Jamie sin dudar.

—Solo hice lo que usted me ha enseñado, ayudar al más débil si estaba en mis manos—dijo Thomas—Siento mucho que pueda traer consecuencias, lo último que quiero es poner en peligro a la familia.

Once in a lifetime (Je suis prest)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora