Capítulo 60, alternativo 53

35 4 0
                                    


Edimburgo, año 1764

Nada más llegar a su habitación del burdel se fueron directos a la cama. Ambos estaban agotados de la larga noche que habían pasado, Bill no podía estar más orgulloso de Thomas. No se había movido de su lado y había sido de gran ayuda atendiendo su primer parto. Para él no lo era, y tuvo tiempo de poder enseñarle algunos trucos de su época a los que Thomas prestó mucha atención.

—Serás un buen médico—dijo Bill orgulloso de su esposo.

—Tengo el mejor maestro del mundo—susurró Thomas ayudándolo a quitarse la ropa.

A pesar de lo agotados que estaban, sentir las manos de Thomas sobre su desnuda piel hizo que Bill gimiera y se volviera en sus brazos buscando sus labios hambrientos. Thomas se apoderó de ellos y sin dejar de besarse en ningún momento terminaron de desnudarse el uno al otro.

Fueron hacia la cama y dejando a un lado la sábana cayeron sobre ella entre risas y jadeos. Thomas se movió con rapidez y antes de que la cabeza de Bill rozara la almohada ya le había penetrado con firmeza.

Bill jadeó contra sus labios, le había pillado desprevenido pero no le importaba, le gustaba su brusca manera de hacerle el amor, muy acorde a la época en la que se encontraban.

Movió sus caderas contra la pelvis de Thomas, animándole a embestirle una y otra vez mientras se mordía los labios por no gritar. No dejaban de estar en un lugar público, solo una fina pared les separaba del resto del burdel, y en el fondo se sentía cortado de ser escuchados.

Pero Thomas era muy fogoso, y dejando a un lado su vergüenza, Bill separó los labios y soltó un pequeño grito con la siguiente embestida. Thomas sonrió al escucharlo, le gustaba saber que era él por quien gozaba.

Aumentó el ritmo de las embestidas, viendo como Bill se relajaba y daba rienda suelta a su pasión. Soltaba gemidos prolongados y gritaba cuando le sentía llegar a lo más profundo de su ser, hasta que un orgasmo le hizo gritar aún más alto y derramarse contra su piel.

Fue entonces cuando Thomas se derramó también entre gritos y jadeos, pensando que las chicas de Madame Jeanne no se escandalizarían por escuchar a dos personas haciendo el amor con una pasión nunca antes sentida...




Horas después despertaban mucho más descansados. Bill se volvió buscando la mirada de Thomas, sonriendo tras recordar lo sucedido anteriormente.

—Te noto muy feliz sassenach—murmuró Thomas acariciándole la mejilla.

—Porque lo soy—dijo con firmeza Bill.

—Siento mucho no haberte comentado mis planes de volver a Lallybroch—empezó a decir Thomas—Tomé la decisión tras pasar la noche contigo. Nuestro hogar no está en Edimburgo, teníamos planes que se cancelaron por culpa de Culloden. Te prometí un hogar, y pienso cumplir mi promesa.

—Pero...Lallybroch pertenece a tu primo Jamie...—susurró Bill.

—Jamie nunca lo ha considerado suyo—le explicó Thomas—Sabe que ante la ley lo es, pero ante la familia me pertenece a mi y no tengo más que regresar y reclamarlo.

—Pero no podemos echarle de su propia casa—insistió Bill.

Thomas se le quedó mirando, no hacía más que poner excusas como si no quisiera volver a Lallybroch...

—Si no quieres que regresemos solo tienes que decírmelo sassenach—dijo Thomas—No me sentiré dolido.

—No, no es eso lo que quiero decir—se apresuró a explicar Bill—Pero tampoco quiero echar a Jamie y a su familia.

Once in a lifetime (Je suis prest)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora