Capítulo 40, alternativo 33

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Berlín, año 2011


Habían pasado 3 meses. En ese tiempo, Bill y Andreas se habían mudado a Berlín como ya habían planeado.

Andreas pidió un traslado al Charité, uno de los hospitales universitarios más grandes de Europa. Allí asistía a la facultad de medicina y hacía sus prácticas que para suerte de Bill le mantenían todo el día ocupado.

Mientras que Andreas estudiaba él se había dedicado a acomodar su nueva vivienda, tal y como le había dicho Andreas estaba completamente amueblada y solo cambió algunos muebles de sitio para ponerlos a su gusto.

El dormitorio principal era el de ellos, compartían cama pero para sorpresa de Bill Andreas no había insistido en ir más allá de dormir abrazados. Y se lo agradecía, era verdad que había cambiado mucho y no se lo esperaba. Aún recordaba lo pesado que se ponía a veces hasta conseguir lo que buscaba...

El otro dormitorio sería el del bebé, el tío de Andreas les dio total libertad de amueblarlo como quisieran y los muebles que no iban a utilizar serían guardados en un guardamuebles que había en el mismo edificio donde vivían.

Un edificio de lo más lujoso la verdad, Bill no sabía que la familia de Andreas estaba tan bien acomodada y no podía quejarse del apartamento, que en un principio pensó que sería demasiado pequeño para convivir con Andreas pero tuvo que admitir que era ideal nada más poner un pie en el.

Era más grande de lo que se había imaginado, con un amplio salón y la cocina le dejó sin habla. Era también muy amplia, bien equipada y al lado de la ventana tenían una gran mesa donde poder comer todos los días.

Los dormitorios también eran amplios y tenían también 2 baños. Bill no sabía como iba a poder encargarse de la limpieza en su estado, pero para asombro suyo Andreas le explicó que su tío tenía contratada una mujer de la limpieza que iba 3 veces por semana y además era una buena cocinera.

Bill supo que se iba a llevar muy bien con ella nada más conocerla, la señora Roberts era muy simpática y nada más saber que iban a tener un bebé les prometió tejer ropita y una manta para el recién nacido.

Pero todo el día metido en el apartamento le agobiaba a Bill. Salía a dar sus paseos diarios pero no conocía bien esa parte de Berlín y sin Andreas para guiarle apenas pasaba de la tienda de la esquina donde compraba los suministros. Sentía que se le venía la casa encima, sobretodo cuando se ponía melancólico y con una manos en su ya abultado vientre sentía los movimientos de su hijo y lloraba al pensar en su verdadero padre...

Por suerte las numerosas visitas y llamadas de su madre le animaban. Esa semana tenía una ecografía donde le iban a decir el sexo del bebé y Simone quiso estar presente. Andreas había intentado cambiar su turno de prácticas pero le había sido imposible y en cierto modo Bill se alegraba.

Esa mañana fue con su madre andando hasta el hospital, comentándole sus dudas al ver su vientre tan abultado de si podía esperar o no gemelos, ya que en la familia de Thomas los había.

Una ecografía les sacó de dudas, solo era un bebé y pudo saber ya el sexo.

—Es un niño—anunció Simone emocionada.

—Jamie...—susurró Bill sintiendo los ojos llenos de lágrimas.

— ¿Ya les has escogido nombre?—preguntó Simone.

—Se lo prometí a Thomas—explicó Bill—Le llamaría como su padre si era niño.

Simone le notó emocionado, como se pasaba las manos por su vientre hinchado suspirando. Le partía el corazón verle en ese estado, con el corazón roto y un hijo en camino al que le faltaba uno de sus padres.

Once in a lifetime (Je suis prest)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora