Edimburgo, año 1764
El día amaneció gris, pero por algún motivo Thomas se sentía muy feliz y no sabía el porque.
Se levantó de la cama y se acercó a la ventana de su habitación. La abrió de par en par y sintió una fría brisa que revolvió su largo pelo. El aire le traía olor a lluvia, y no tardaría mucho en caer.
Cerró la ventana suspirando y se dio prisa en vestirse, había quedado en reunirse con uno de sus mejores proveedores en Leith, el puerto de Edimburgo. Su barco habría atracado la tarde anterior y llevarían toda la noche desembarcando su mercancía especial.
Whisky. Escaseaba y él tenía buenos contactos gracias a los cuales conseguía una buena cantidad que vendía a sus mejores clientes.
Siempre con discreción por supuesto, nunca se había probado que era él quien estaba a cargo de todo, solo tuvo un pequeño altercado el año pasado del que salió victorioso al no presentarse prueba alguna en su contra.
Desde entonces sabía que era estrechamente vigilado y procuraba pasar lo más desapercibido que podía dejando el negocio en manos de sus hombres, algunos de ellos procedentes de Ardsmuir y que eran de su total confianza.
Y había una persona que era su mano derecha, su primo Gustav Fraser. Hacía años que no se veían y cuando coincidieron en Lallybroch y Thomas tomó la decisión de marcharse a Edimburgo Gustav se fue con él.
Rose y él llevaban años pensando en vivir en otro sitio, tras Culloden lo habían perdido y todo y si no llega a ser por la generosidad de la familia de Thomas que los acogieron en Lallybroch no sabían que podía haberles pasado a ellos y a los niños.
En Edimburgo, Rose trabajaba como costurera y Gustav había conseguido trabajo en el puerto descargando barcos mientras echaba una mano a Thomas en sus negocios.
Sus hijos ya habían crecido, Cameron se había casado el año anterior y esperaba su primer hijo. Y la pequeña Rose no era ya tan niña y empezaba a verse con un chico al que Gustav y su mujer veían con buenos ojos, pues se notaba que quería mucho a su hija y se desvivía por ella.
Muchas veces Thomas era invitado a comer en su casa, aunque no eran muchas las invitaciones pues no quería que se les relacionaran con él y tuvieran problemas.
Seguía usando un nombre distinto al suyo, no quería implicar a su familia en sus turbios asuntos y de nuevo volvía a ser Alexander Fraser.
Y mientras se dedicaba a su gran pasión: los caballos. Desde que se había instalado en Edimburgo hacía casi año y medio, había logrado un puesto de trabajo en la herrería del viejo Ian McKenzie quien viendo lo bueno que era no dudó en cederle su negocio al no poder seguir atendiéndolo y sin hijos que quisieran hacerse cargo.
Y a Thomas no le iba nada mal, tanto que tuvo que coger un joven aprendiz de nombre Fergus quien a pesar de sus 14 años había vivido demasiado.
Thomas recordaba la fría noche que le conoció, deambulando por las calles en busca de alimento. Le vio caer al suelo y no levantarse y le dio lástima, se lo llevó a su alojamiento y cuidó de él hasta que cedió al fiebre que tenía y decidió acogerle.
Fergus era huérfano y no tenía a nadie en Edimburgo, había viajado de polizón en un barco desde Francia y Thomas decidió que le podía enseñar el oficio y un ayudante le vendría muy bien.
Y no se equivocó, además de tener buena mano con los caballos Fergus le demostró que también podía contar con sus servicios para el contrabando de whisky, encargándose de montar guardia cuando era necesario y avisar si se acercaba alguna persona sospechosa.
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Once in a lifetime (Je suis prest)
RomanceBill Trümper Kaulitz (19 años): año 2010, es un joven estudiante de medicina que quiere seguir los pasos de su madre, aunque el trabajo de historiador de su padrastro también le llama mucho la atención. Gracias a ese mutuo interés, cae en su mano u...