Capítulo 61, alternativo 54

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Edimburgo, año 1764

Thomas aún no podía creerse tener ante él a Lord John por un lado y por otro a su hijo, un fiel reflejo suyo.

— ¿Qué te ha pasado Billie?—preguntó Lord John al verle la mano vendada.

Fue entonces cuando Bill lo comprendió todo, el niño al que acababa de curar era el hijo de Thomas. Había crecido mucho, recordaba el retrato que Thomas le había enseñado y no le había podido reconocer en el hombrecito con el que casualmente se había encontrado.

—No ha sido nada—intervino Bill una vez repuesto de la sorpresa—El chico se clavó un anzuelo y yo se lo he quitado. Hemos venido a limpiarle la herida.

—Mi médico personal se encargará, muchas gracias—replicó Lord John con cierta brusquedad.

—Mi esposo es también médico—intervino Thomas—Y de los mejores. Ayer mismo atendió un parto y yo le pude echar una mano.

Lord John se quedó sin habla al escucharlo, no la parte de que Bill era también médico, sino que era su esposo.

—Permítame que le presente a mi esposo, Bill—dijo Thomas haciendo las presentaciones oficiales—Bill, te presento a Lord John Grey y su hijo, Billie.

—Me llamo *William Clarence Henry George Ransom*—se presentó secamente Billie por si mismo, haciendo una perfecta reverencia—Soy el noveno Conde de Ellesmere y Vizconde de Dunsany.

Thomas le devolvió la reverencia, notando que sus modales seguían siendo algo altivos aún.

— ¿Me permite curarle la herida a su hijo, Lord John?—preguntó Bill.

—Por supuesto—contestó Lord John sin dudar—Si su esposo me confirma que es uno de los mejores médicos de Edimburgo no soy nadie para desconfiar de su palabra.

Bill asintió con la cabeza y tomando del hombro a Billie entró en el camarote que Jared le ofreció. En el encontró una tina con agua limpia, toallas y el alcohol que necesitaba para desinfectar la herida.

Una vez a solas, Lord John se fijó en Georg y le reconoció de inmediato. Era el pariente de Thomas, por quien cedió su puesto para que no fuera a parar a las colonias sabiendo que el viaje iba a ser peligroso y largo.

— ¿Y qué le trae por Edimburgo?—preguntó Thomas, rompiendo el incómodo silencio.

—Me voy de viaje con Billie, viajaremos a Jamaica en el Artemis—explicó Lord John.

— ¿A Jamaica?—repitió Thomas.

—Si, me han nombrado su gobernador—explicó por encima Lord John.

—Entonces debo felicitarle—murmuró Thomas.

Se sentía mal, su hijo estaría al otro lado del mundo y nunca más se volverían a ver. Era una casualidad del destino haberse podido encontrar para despedirse.

—Gracias—respondió Lord John—La verdad es que me costó aceptar el puesto, pero estoy seguro que el viaje le vendrá bien a Billie.

— ¿Está enfermo?—quiso saber Thomas.

—No...no es eso—murmuró Lord John—Aún no ha superado la muerte de Isobel.

Thomas se quedó de piedra al escucharlo, recordaba lo dulce que había sido siempre Isobel tanto con él como con su hijo. Era la madre que Billie nunca había tenido, pues Geneva no vivió para conocerle.

—No sabe cuanto lo siento, Lord John—dijo Thomas con pesar.

—Fue el invierno pasado, tuvo unas fiebres que el médico no logró remitir y nos dejó antes de navidad—explicó por encima Lord John—Desde entonces hago todo lo posible para que Billie se recupere, estaba muy unido a Isobel.

Once in a lifetime (Je suis prest)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora