Capítulo 12.

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Intenté dormir más de media hora, pero los golpes secos que provenían de la planta de abajo no me lo permitían.

Varios pasos se escucharon subiendo las escaleras y yo en mi borrachera estaba más interesado en eso que en asistir a mi entrenamiento.

-A la Chinita la rechazaron, a la chinita la rechazaron.- Comenzaron a canturrear las voces de mi hermana y otra fémina.

¿Rechazaron a Sara-Lee?

¡Por Dios! ¿Quién fue el demente?

¿Ya le vio el trasero? ¿Será que es Gay?

No creo, hasta un Gay se la cogería.

-Chicas, ya cierren la boca ¿Si?- Murmuró/Gritó la "Rechazada" desde un poco más de distancia.-Ya váyanse a dormir y no me hagan subir por ustedes.- Risas irrumpieron por toda la casa y la puerta de la habitación se cerró con fuerza.

Mi papá me dijo una vez que una buena peda, se pasa comiendo. Y para ser sinceros, estoy muriendo de hambre.

Al comenzar a bajar las escaleras a tropezones y mareos, escuchaba el ruido desde la cocina de que había actividad dentro, sin mencionar el delicioso olor que emanaba de allí. Cuando al fin llegué, sano y salvo, a la planta baja, caminé a la cocina y apoyé mi hombro contra el marco, de brazos cruzados, mientras la observaba a Sara-Lee con la espátula en la mano, absolutamente sumida en sus pensamientos.

-Buenos Días. - Intentaba que mi voz saliera lo más seria posible, pero me sentía en las nubes. Mi vista saltó volando a la ventana de la cocina, que estaba abierta, y mis ojos se entrecerraron.

-Buen día.

¿Es ese un Jigglypuff?

-¿Tienes hambre?

¡BEBÉ, LLÉVAME CONTIGO!

-¿Caleb?

Ah no, falsa alarma, es otro unicornio verde con barba. Odio a esos tipos.

-¡Caleb!

-¡Perdóname, rey unicornio, no deshonraré más a tu gente!- Exclamé asustado.

Sara-Lee notó mi pequeña alucinación y se acercó a la ventana de la cocina para cerrarla y tranquilizarme. El rey unicornio quería quitarme mi presidencia en el club de cuernos de colores.

-Ya se fue, Caleb.- Dijo acercándose y colocando una pequeña piedra en mi boca.- Traga eso y pásala con agua.

-¿Para qué es?- Ya obedecí, ahora ¡Exijo explicaciones!

-Es una píldora, te ayudará a vomitar para sacar todo el alcohol en tu sistema y desintoxicarte.- Dijo dándome la espalda para hacer quién sabe qué mierda en la cocina.

-¿Sistema? ¡A poco ahora soy computadora!- Exclamé emocionado mientras di saltos de emoción.

-Si si, una "Macbook", ahora siéntate y come, no puedes vomitar si no hay nada en tu estómago.- Dijo empujándome de los hombros y sentándome en algún banquillo del pequeño mesón de la cocina.

-¿Tu no comerás, bello ángel?- Es tan tierna y sensual y hermosa.

¡Verga!

Me pone duro mirarla.

-Ya comeré después, primero hazlo tú.- Dijo sonriente y bajó la mirada con cansancio.

Disfruté mis huevos revueltos y macarrones con queso fundido con todo el placer del mundo, mientras ella solo estaba por quedarse dormida, sentada frente a mí. Mi estómago comenzó a doler y corrí al baño cuando una oleada de comida sin procesar se acercaba. Sara-Lee levantó con velocidad y me llevó rápido al baño, ya que yo solo no alcanzaba a llegar a ningún lado.

HUG ME.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora