Capítulo 41.

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La luz roja frente a nosotros que indicaba "On air" se apagó y pude respirar con tranquilidad. Jhon McArthee siguió comportándose como un idiota por el resto de la entrevista y aunque no tocamos más el tema de Sara-Lee, podía ver en su cara la petulancia que podría haber arrancado de un puñetazo.

¡Diablos! Hace tanto calor que mis bolas se pegan, demonios.

Intenté salir del ser caminando cuando un llamado me detuvo.

- Oye, Espectro.- Exclamó McArthee a mis espaldas haciéndome respirar profundo. Wick llegó hacia mí y apretó mi hombro, otros creerán que dándome apoyo pero lo conozco, fue más como "Haz alguna estupidez y estás frito". Me giré en su dirección y le sonreí con hipocresía.- Hoy saldré con Price a una cita, ¿Quieres ir y ver cómo te olvidó con alguien mejor?

Enarqué una ceja y apreté los puños. Estuve a punto de decir algo cuando ella apareció detrás de él con cara de pocos amigos.

- Siempre has sido tan inmaduro, Jhon.- Dijo ella haciéndolo tensar.- ¿Con quién dices que saldrás? Porque recuerdo que ayer te dije que no por onceava vez.- Reí por lo bajo al escuchar eso.- Madura un poco, estás en el área de trabajo, no hagas ni digas estupideces y mucho menos al aire.- Su voz era seria, y podía notar que con el tiempo la dulzura en su voz de había extinguido un poco, dándole una imagen más madura y fuerte, lo cual supongo que es producto de dirigir y producir cosas tan grandes como lo son películas y series para Netflix y otras empresas.

McArthee no hizo más que asentir y salir del set, dejándome frente a frente con Sara-Lee. Una media sonrisa se abrió paso y asintió en dirección a mi entrenador y manager.

- Señor Wick, cuánto tiempo sin verlo.

- Realmente bastante tiempo, señorita Price.- Él sonrió y luego miró la hora del reloj.- Bien, iré con el asistente de Caleb para ver qué todo esté en orden con el regreso al hotel, no tardes mucho, niño.- Y así, sin más, se fue dejándome a solas con Sara-Lee mientras todo el equipo se movía de un lado a otro para guardar todos los equipos.

- El tiempo te ha hecho bien.- Dije sin saber qué más hacer. La verdad si presencia era increíblemente satisfactoria, extrañaba estar cerca de ella y tenerla a menos de un metro me estaba afectando.

- Sígueme, Espectro.- Dijo con una sonrisa pasando por mi lado.

Si cabello estaba largo hasta su espalda baja y eso hacía que me distrajera mirando su trasero, el cual creció tanto como su cabello, mientras caminaba detrás de ella.

Salimos del lugar, quedando bajo la noche de primavera en Nueva York, estábamos uno frente al otro y moría de ganas por volver a abrazarla.

- El auto será traído hasta aquí, esperemos.- Dijo y sin más comencé a debatir.

¿Qué debo hacer?

- A la mierda.- Dije y la apreté contra mí en un abrazo desesperado. Oler su cabello, rozar su piel me regresaba a sensaciones pasadas. No sabía que extrañaba tanto esto y hasta que la tuve contra mí.

Sus brazos se envolvieron en mi cuerpo con fuerza, y comencé a besar su mandíbula y una pequeña risa brotó de sus labios casi que regresándome a la vida.

- Cambié, tal y como te lo prometí.- Dije en su oído.

- Lo sé, yo también.- Dijo y la sostuve contra mi cuerpo con más fuerza.

- ¿Ya somos maduros?- Pregunté como un niño pequeño.

- Creo que sí.- Dijo escondiendo su rostro en mi cuello.

Tocaron la bocina de un auto y supe que era la camioneta que venía por mí, pero no quería soltarla, había esperado mucho para esto.

- ¿Podemos volver a intentarlo?- Me alejé ligeramente para verla a la cara. Una gran sonrisa de posó en su rostro, incluso mejor que la de hace años.

- Veamos qué pasa, ahora ve, aún tengo que verificar el equipo.- La besé en la comisura de los labios y corrí al interior de la camioneta antes de no poder controlarme más.

La sonrisa en mi rostro era imposible de borrar, sentía mucha paz en este momento.

- Tommy.- Llamé a mi asistente, quién yacía sentado en el asiento de adelante, junto al chofer.- Consigue para mí el número de teléfono de la directora de cámaras.- Él asintió con desenfreno y puso manos a la obra.

Es un buen chico.

- ¿Y bien? ¿Qué tal el reencuentro?- Preguntó Wick junto a mí con una gran sonrisa.

- ¿Tu lo sabías?- Pregunté entre-cerrando mis ojos hacia él.

- Oh no, ni me mires, me asombré igual que tú.- Dijo alzando las manos en señal de inocencia.

- Esa información sale en los contratos.- Me crucé de brazos.

- ¿Sabes lo largo que son los contratos, niño? No voy a leer todo eso.- Dijo con seriedad, la edad hacía que su acento sureño sonara aún más chistoso.- Solo veo la ganancia y luego firmo. No leo toda esa mierda.

Lancé una carcajada sin poder evitarlo y miré a Tommy, quién sonreía mientras movía en su teléfono, supongo que haciendo lo que le pedí.

De pronto, siento que mi vida está completa, y es que, aunque suene cursi, ella me completa y me alegra haberla visto de nuevo.

Tomé mi celular y llamé a Josh como le dije esta tarde que haría, sonó tres veces y luego contestó.

- ¡Hermano, mi novia me odia!- Le escuché gritar.

Escuchaba la voz de Hong en el fondo gritar quién sabe qué.

- ¿Ahora qué mierda hiciste?- Pregunté mirando por la ventana.

- ¡Solo hice un estúpido té!- Exclamó haciéndome fruncir el ceño.

- ¿De qué mierda estás hablando?- Pregunté con confusión.

- Llegué de entrenamiento y me di una ducha, cuando salí del baño vi una pequeña bolsa de te y era blanca y pensé "Uh, qué rápido avanza la tecnología" y me preparé un té y ¡Ahora Hong está fuera de control!- Exclamó lo último y escuché movimiento en la línea, supongo que corría antes de que Hong lo matara o algo.

- A ver ¿Qué forma tenía la maldita bolsa de té?- Pregunté, no entiendo la reacción de té.

- Era ovalada y algo grande, blanca y tenía unas costuras blancas alrededor.- Se me hizo raro, no he visto ninguna bolsa de té con esa descripción.

- A ver, ponme en altavoz.- Y así hizo.- Hong ¿Qué mierda hizo?

- ¡No era una bolsa de té, era un maldito tampón!- Exclamó y exploté en carcajadas.

- Josh, no puedo creer que no sepas qué es un maldito tampón.-   Dije tratando de contener la risa.

Este estúpido va a matarme.

- Está bestia va a matarme ¡Auxilio!- Suplicó mi amigo.

- Iré a tu funeral, no te preocupes.- Dije riéndome.- Oh no, no te escucho, se va la señal.- Y colgué.

Lo merece, no puede ser que sea tan tonto. Bueno, ahora que lo pienso... Sí, Josh nunca deja de sorprenderme.

HUG ME.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora