u n o

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—¿quién era ese?

Miré a Ryujin a mi lado. Analizaba al castaño con quien compartí clase. Dudé un poco en decirle que básicamente he vivido toda mi vida con él a mi lado como muela, molestando. Hice mis labios una línea y bufé.

—nadie en especial.—me encogí de hombros. Sin embargo, tenía curiosidad de algo. Aparentemente, Jungkook siempre ha sido bueno en...en todo, pero me interesaba saber la razón por la que había ganado popularidad con tanta rapidez, normalmente en años anteriores su época de auge no era apenas iniciaba el curso.—. Pero tengo una pregunta. ¿Por qué es tan popular?

—Ryujin se encogió de hombros, pero Hyebin se metió discretamente a nuestra conversación después de oír mi pregunta—. Fue el más social de la orientación. Participó en todo, nunca se mostró tímido. Explotó un cinco por ciento de su talento y bueno, todos están locos ahora por él.

Como siempre pasa.

—¿lo conoces de alguna parte?—preguntó la de pelo claro. Ryujin también me miró expectante. Tal vez les interesaba también saber más sobre el chico, después de todo siempre lograba capturar las miradas de todos y todas.

—simplemente lo conozco.—dije sin mucho afán. La de pelo obscuro asintió y siguió en sus asuntos. Hyebin se encogió de hombros y le preguntó a Mina por un sacapuntas.

Me aterraba que la gente supiera que no era muy buena en crear amistades. Quiero decir, esa no es la parte mala, quizá no a todos se les facilita, lo malo es que sepan que por ello Jungkook me molestaba. En mis años de primaria y secundaria, tenía pocos amigos, pero era una estudiante talentosa. No era particularmente bonita o simpática, tampoco muy graciosa. Pero sabía cómo hacer que mi desempeño en la escuela fuera casi excelente. Pensaba que si no iba a ser popular o bonita, por lo menos podría ser alguien cuyo trabajo fuera lo mejor en su vida.

Y ahí fue cuando el señor Jeon Perfecto Jungkook se encargó de hacerme saber que si él no era el primero en la clase nadie más lo sería. Cualquier cosa que hiciera yo era opacado por mí compañero, quien parecía esforzarse poco para hacer algo diez veces mejor que yo. Lo hacía a propósito, claro estaba. Me demostraba muchas veces que siempre sería inferior que él, no sólo con acciones sino con palabras.

Le pedí en varias ocasiones que dejara de molestarme y no me hizo caso. Parecía disfrutarlo y vaya que lo hacía. Nunca llegué a conocer a Jungkook como los demás lo conocían, nunca llegué a conocer la parte dulce y divertida que supuestamente tenía, así como lo contaban sus amigos y amigas.

Pedí ir al baño, la maestra me dio una tarjeta como pase de salida y yo salí del salón en el que estábamos. La verdad, necesitaba despejarme, no me sentía en condiciones de ser interrogada o peor, de ser observada por cierto chico de nariz grande y creciente ego que aparentemente tiene algo contra mí y mi salud mental.

—¡Saeron-ssi!

Detuve mi paso y me di la vuelta, Minhyuk, el chico que había conocido caminaba hacia mí.

—oh, Minhyuk. ¿Qué sucede?

—salí a despejarme. Te encontré en el pasillo.—dijo mientras comenzaba a caminar a mi lado y me regalaba una sonrisa gentil.

—¿qué no estás muy lejos de tu departamento?—pregunté un poco preocupada, podía tener problemas si se encontraba en un área en la que no debía.

—podría decir que los baños estaban cerrados y tuve que venir hasta acá.—se encogió de hombros y volvió a sonreír despreocupado. Este chico en serio me va a matar.—. ¿Cómo van tus clases? ¿Te gustan?

—son interesantes. Siempre me han gustado las artes, no me molesta si hay un poco de cada una—me encogí de hombros y le devolví la sonrisa. Espero no verme como una idiota porque siento que me veo como tal.

—estaba pensando en invitarte a comer. Claro, si no tienes con quien ir.—mencionó rascándose la nuca. Mis mejillas se ruborizaron y mi corazón comenzó a latir de nuevo. No sentía como si fuera obligatorio almorzar con Mina, después de todo, ella es más social que yo y creo que se alegraría de verme con una nueva persona.—. Hay una tienda de ramen en frente de la universidad. ¿Quieres ir?

—claro.—le sonreí.

—Perfecto, te veo en frente a la hora del almuerzo.

Se despidió de mí y se fue corriendo del edificio. Lo miré hasta que desapareció de mi campo de visión. Era impresionante como con palabrería bonita y una sonrisa me tenía babeando la banqueta. Pero no podía parecer una idiota, lo arruinaría completamente, incluso si él no estuviera interesado en mí.

Me devolví a mi clase, al entrar, dos orbes obscuros se posaron en mí inmediatamente. Le devolví la mirada e hice como si no me importara, con la cara en alto me devolví a mi lugar.

[.....]

—¿con un chico?—preguntó Mina estupefacta.—. ¿Quien es? ¿Cómo se llama? ¿Qué estudia? ¿Donde lo conociste? Oye, tienes que enseñarme a conocer chicos. ¡Ya dime quien es!—reí por su impaciencia y su reportaje que acababa de hacerme.

—se llama Minhyuk, estudia psicología, lo conocí esta mañana y realmente no te puedo enseñar a conocer chicos porque realmente no planeaba conocer ningún chico.—Mina hizo un puchero y un sonido de molestia—. Se me cayó una libreta y él me la devolvió, así de sencillo.

—debo comenzar a ser torpe entonces.—reí ante el comentario de mi amiga. Identifiqué a mi reciente amigo en la entrada de la universidad.—. ¿Es él?

—sí, de hecho. Ya me tengo que ir. Te veo después.—me despedí de mi amiga y caminé hacia donde estaba Minhyuk.

—oh, ¿ya estás aquí?—asentí con la cabeza cortamente y él sonrió.

Salimos de la universidad y fuimos al restaurante donde Minhyuk dijo que comeríamos. Ambos ordenamos nuestra comida y hablamos sobre nuestras clases, sobre las personas que conocimos. Minhyuk me habló sobre por qué le gustaba la psicología y yo le conté por qué me gustaban las artes.

Puedo jurar que me estaba volviendo loca, con la cara mas roja que un tomate y en veces tartamudeando de lo tímida que era al hablar con un chico que me gustaba. Me reía por todo y me venían las estúpidas mariposas al estómago.

La tarde se nos pasó muy rápido, me despedí de mí ahora amigo y posible crush y me dispuse a caminar hacia la estación de autobuses que estaba cerca de la escuela. Mamá me había dado la oportunidad de tener una casa pequeña para mí, para que pudiera empezar a adaptarme a vivir sola. De haber sabido que Mina estaría conmigo la habría rentado junto con ella pero, no pude.

Al llegar a casa recibí un mensaje de un número desconocido. Decía que me viera con esa persona mañana en la mañana e la universidad. Lo primero que llegó a mi mente fue que fuera alguien de la universidad por obvias razones, pero el caso era que no hice tantos amigos y bueno, nadie de las chicas me había pedido el número; Mina ya lo tiene y pensé que podría ser Minhyuk, después de todo podía habérselo pedido a Mina.

Pero no fue así.


[....]

—¿tienes un momento, Saeron?

L'échange; J.jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora