c i n c o

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—pues...no es un sauna, pero si alguien nos puede ayudar todo estará mejor.

Ambos se asomaron por las ventanas de la cabaña, Jungkook fue quien se acercó a la puerta y la tocó con intención de que si alguien estaba adentro los ayudara. Después de unos segundos la puerta se abrió dejando ver a una anciana que miró a Jungkook con una ceja encarnada y cuando Saeron se asomó a la puerta terminó de alzar ambas cejas al mismo tiempo.

—buenas noches, ahjumma. Necesitamos ayuda, nosotros...—dijo Saeron amable, pero la mujer le interrumpió.

—se lo que necesitan. Entren.—indicó la mujer con su bastón de madera y paso seguido caminó hacia adentro mientras Jungkook y Saeron le seguían por detrás.—. Siéntense en esa mesa, los atenderé en seguida.

Los chicos asintieron y se sentaron donde indicó la mujer. Mientras tanto ella caminaba hacia lo que parecía una cocina, Jungkook y Saeron intercambiaron miradas. No era precisamente un sauna, tampoco una vivienda ya que había otras mesas pequeñas con bancas.

—tomen, asegúrense de comerlo todo. No me gusta desperdiciar comida—indicó la mujer mientras les entregaba dos platos con comida a los chicos.

ahjumma, necesitamos regresar a casa, ¿tiene algún teléfono con el que podamos marcar a casa?—preguntó Saeron.

—el teléfono está por allá—indicó la mujer, Saeron se levantó y caminó hasta el final del pasillo para tomar el teléfono. La mujer miró a Jungkook y se sentó frente a él mientras le observaba. El castaño tragó nervioso ante la mirada de la mujer de avanzada edad—. ¿Hasta donde eres capaz de llegar por ella, Jeon Jungkook?

—¿cómo sabe mi...?

—después de todos tus errores, ¿cual será tu oportunidad de demostrar lo que sientes? ¿Realmente serás Perfecto para ella?

—oiga, yo no le...

—¡escúchame, cabeza de coco!—los ojos de Jungkook se agrandaron en sorpresa y la mujer hizo una seña para que se acercara a ella—. Ella no está esperando un príncipe, pero si tú eres capaz de serlo, debes convertirte en uno. Llevará tiempo, palabras dolorosas, miradas dulces, pero logra hacerla llorar de felicidad. ¿Te quedó claro?—Jungkook asintió y la mujer se alejó.—. Entonces no pierdas el tiempo.—Jungkook asintió repetidas veces.

Saeron se acercó a la mesa, la mujer se alejó a la cocina de nuevo. La castaña se sentó de nuevo frente a Jungkook y suspiró.

—marqué como diez veces a Taehyung, no contesta.—le miró preocupada—. ¿Jimin te puede contestar?

—probablemente. Le marcaré.—Saeron asintió y Jungkook se levantó de su lugar para poder caminar hasta el teléfono.

La anciana volvió a acercarse a la mesa y se sentó frente a la chica mientras la examinaba con la mirada. Saeron le miró atenta esperando a que la mujer dijera algo.

—Kim Saeron, ¿qué escondes detrás de esa coraza?—los ojos de la chica se agrandaron en sobremanera y miró a la mujer estupefacta.

—¿c-cómo...cómo sabe...?

—tienes un corazón débil, pero lo proteges con una armadura. Y te diré algo, él la puede romper.

—¿qué es lo que...?

—te frustra saber que tu trabajo no es el mejor, tu padre, tu adoración te lo enseñó así.—Saeron presto atención a las palabras de la mujer—. Te va a costar mucho aprender qué hay cosas más importantes que perder una competencia. Así como vivirás una verdadera competencia, y cómo se siente ser el trofeo.

L'échange; J.jkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora