—¿tus padres saben que te quedas, Kook?—pregunté mirando al castaño cerrando la puerta del cuarto.—sí, les avise de camino. De todas maneras, mamá ya sabía que probablemente llegaría mañana a casa.
Reí y me acerqué a él, rodeé su cuello con mis brazos, Jungkook correspondió a mi acercamiento y acomodó sus manos a mis costados. Levanté mis talones para alcanzarle y besarle. Terminé enganchándome con él a pesar de que solamente quería darle un beso tranquilo.
—¿te desabrocho el vestido?
—reí por el tono pícaro en su voz y me alejé un poco—. Hoy no, Kook. Estoy cansada.
—no, lo digo en serio. ¿Te ayudo o no?—contestó riéndose. Me ruborice y terminé por aceptar, me di la vuelta y pase mi cabello por encima de mi hombro hacia mi pecho para que este no se atorara con el cierre.
Jungkook posó sus manos en el zipper y comenzó a bajarlo lentamente dejando al descubierto mi espalda desnuda. Sentí sus finos y delgados dedos pasar suavemente por toda la extensión de piel expuesta de mi espalda, marcando con su dedo índice la línea de mi columna, causando un escalofrío y una ráfaga de electricidad por todo mi cuerpo. Me hizo estremecer y esperar a que terminara de hacer lo que quisiera con lo que podía ver de mí.
Procedió a posar sus labios tiernamente en mi espalda cerca de mi cuello. Sus manos se infiltraron en mi espalda y dentro de mi vestido tomó mi cuerpo y lo jaló hacia él, pegándome con su pecho. Su rostro se metió entre mi cuello y mi hombro y justo como había dicho en el gimnasio del colegio, estaba besando la extensión de mi cuello que podía abarcar por la posición en la que estaba.
Justamente debajo de mi mandíbula, Jungkook dejó un beso húmedo para después pasar su lengua y proceder a morderme. Me hizo gemir levemente por el dolor y terminó tratando de aliviarlo pasando su lengua de nuevo y besando repetidas veces la herida. Y sí, definitivamente dejaría marca al día siguiente.
Repitió el mismo procedimiento varías veces por mi cuello, no me quejaba se sentía muy bien y aunque había dicho con anterioridad que estaba cansada, Jungkook todavía tenía energía. Pero debía cortarlo antes de que se saliera de control. Me separé poco a poco y le pedí privacidad para poder vestirme.
Jungkook salió al baño para cambiarse igual y tuve tiempo para poder sacarme el vestido y ponerme el pijama, además de quitarme por completo el maquillaje de encima. El castaño volvió a entrar a la habitación y me hizo una invitación a acostarme en mi propia cama.
Me acosté debajo de las frazadas de mi cama y me acurruqué contra Jungkook, este acepto mi abrazo y me rodeó con sus brazos cálidamente, acunando mi cabeza en su pecho y enredando sus piernas con las mías.
[......]
—¿tienes algún plan para las vacaciones?
Volteé a mirar al castaño a mi lado. Torcí la oca pensando. Sí tenía algo que quería hacer, pero justamente ahora que preguntaba, no me acordaba qué era exactamente.
—en realidad, tengo trabajo. Tenía la intención de visitar a mis padres, los extraño. Pero no estoy tan segura.—mencioné aún tratando de recordar qué quería hacer en vacaciones.
—¿si te vas, cuanto tiempo te quedarías allá?—preguntó Jungkook mirándome con un ligero puchero en los labios. Tierno.—. Quiero pasar tiempo contigo.
—bufé divertida—. Podrías venir conmigo, si tanto me vas a extrañar.—mi comentario hizo sonrojar a Jungkook, quien me miró con los ojos abiertos a más no poder.—. ¿Qué? ¿Tienes miedo de que te presente a mis padres?
ESTÁS LEYENDO
L'échange; J.jk
FanfictionKim Saeron es una estudiante universitaria, como cualquier otra. Pero hay algo que no soporta Saeron, y ese algo tiene nombre y apellido; Jeon Jungkook. Y un reverso del destino hará que tengan que pasarla juntos hasta resolver quien o qué los cambi...