No dije nada por un largo tiempo. Quería saber si podía entenderme con solo mirarlo y supongo que, si entendía porque me miraba de una manera extraña, como si supiera lo que podía pensar o porqué estaba ahí; no tenía miedo y esa vez estaba dispuesta a preguntar todo para aclarar mis dudas, aún sin saber si él quería hablar.—Volviste— dijo en un susurro, no era una pregunta, era una afirmación de que había conseguido lo que quería. Se giró y empezó a caminar hacia su cabaña, no lo seguí porque no pretendía visitar su casa, estaba ahí para encontrar respuestas, pero supongo que él no hablaría si no iba a su casa, así que no me quedó más remedio que seguirlo. La temperatura descendió nuevamente y me sentí muy cansada como si mi mente no fuera consiente de a dónde me dirigía.
—¿Conoces a la señorita Christy Dempsey? — pregunté mientras me giraba para observar si no había alguien observando. No es que me molestara que alguien nos viera juntos, pero debía tomar precauciones.
—Christy, claro que la conozco— abrió la puerta de su vieja cabaña y me invitó a pasar—,desde que éramos niños para ser exacto.
Aquello no lo esperaba, pero tratándose de él podía esperar cualquier cosa; me senté en una de las sillas que estaban en la cocina y observé el lugar nuevamente. Todo estaba perfectamente ordenado, todo parecía tener un punto exacto en la cocina y aquello me resultó extraño porque las cosas seguían exactamente igual a como las recordaba y eso era malo, muy malo, ya que había escuchado sobre la conducta obsesivo-compulsiva y eso no era bueno en ninguna persona.
Suspiré y empecé con el interrogatorio. En realidad, no sabía que tenía que preguntar o como tenía que hacerlo, pero era necesario si quería aclarar mis dudas. Era necesario si quería encontrar a Tinny.
—El otro día que te conocí, dijiste que venías a terminar algo ¿Qué era eso tan importante? — él no me miró sólo empezó a mover las brasas de la chimenea. Parecía que tenía todo calculado y eso me ponía nerviosa.
—¿Por qué debería decirte? Apenas te conozco— me miró con una ceja enarcada y yo sólo me puse de pie y caminé hasta donde estaba él. Tenía un buen punto y yo no tenía nada y eso sin duda era un problema, pero tenía talentos y podía utilizarlos.
—¿Conocías a Tinny Campbell? — pregunté casi en un susurro.
—¿Hablas de la chica que desapareció?
Empezaba a molestarme que respondiera con otra pregunta, no le costaba nada responder si o no a lo que yo le estaba preguntando.
—Si de ella— traté de no parecer vulnerable, pero eso no se me daba muy bien-¿cómo es que de pronto tú apareces y empiezan a suceder estas cosas?
—¿Insinúas que yo tengo algo que ver con la desaparición de esa chica?
Me tomó del brazo fuertemente y me obligó a mirarlo. No parecía molesto, en realidad no había ninguna expresión en su cara y eso me asustó aún más. Sólo los psicópatas actuaban de esa forma y él parecía ser uno y solo hasta entonces me di cuenta de aquello; acercó su rostro más al mío y me miró directamente a los ojos. Los de él eran fríos y extraños, yo en cambio debía tener una expresión aterrorizada porque aflojó su agarre un poco.
—¿Tienes el valor para venir a mi casa a acusarme de algo que yo no cometí?
El corazón me iba a mil por hora, estaba asustada y él estaba tomando ventaja de eso. Había sido una estupidez visitarlo, había sido la peor decisión que había tomado en mi vida porque ahí, en el bosque, nadie podía oírme, ni ayudarme si lo necesitaba. Me encontraba en la boca del lobo y no sabía si saldría con vida de aquel lugar.
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Rushville ©
Misterio / SuspensoBienvenidos a Rushville, el pueblo en el que puedes cometer cualquier crimen y aún así salir libre de todo. Miles de personas mueren a diario y solo el 50% los homicidios son resueltos y eso solo depende del lugar en donde estés, pero en Rushville l...