25. Culpable

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—Oficial White, algo ocurrió en Rushville. Algo que cambió a las personas y las llevó a la locura- me encontraba en una habitación gris sentada a la mesa con aquel hombre que apenas conocía—. Siete asesinatos, cuatro desapariciones y no un solo responsable— él me miró fijamente intentando estudiar mi expresión, pero yo no decía nada más que aquello—. Oficial White, Rushville se está pudriendo lentamente y todos arderemos en el infierno. ¿Sabe quién es el asesino?

—¿Lo sabes tú, Elizabeth?— preguntó con expresión seria.

Coloqué mis manos en la mesa y lo miré fijamente. Él no tenía idea de a dónde había llegado.

—Cualquiera puede ser.

La expresión en su cara detonaba confusión y yo sabía exactamente porqué. Todos en aquel pueblo éramos demasiado extraños para la naturaleza y él venía del mundo de afuera, del mundo en el que no ocurrían aquellas cosas. Era confuso.

—¿Qué relación tenías con Sussy Harrington?—preguntó mientras trataba de mantener el hilo de la conversación.

—Éramos amigas— murmuré y él anotó algo en su libreta. Los apuntes son muy importantes en esos casos, lo sabía perfectamente porque mi libreta estaba llena de apuntes importantes.

—¿Conocías a Tinny Campbell?— aquellas preguntas eran demasiado aburridas.

—No, solo sé que era una integrante de la pandilla de Jeff Hardy— murmuré con tranquilidad.

—De acuerdo, eso es todo— me dijo mientras se ponía de pie—. Hablaré con el resto de tus amigos.

Me puse de pie lentamente y me apresuré a salir de aquella habitación en la que me encontraba. Aquel hombre había quedado muy confundido y no era mi intención ocasionar una reacción en él, pero aquello solo había salido de mi sin que pudiera detenerlo, las ganas de asustarlo me había brotado desde el interior de mi alma y aunque quería sentirme mal, no lo lograba con nada.

Algo no iba bien en mi.

El siguiente en ser interrogado fue Ryan, que no tardó mucho porque al parecer no tenía mucho que decir más que era amante de las historias de terror y que la mayoría de pistas las habíamos descubierto Jeff y yo; Leila duró un poco más porque al parecer tenía mucho que decir sobre la última vez que había visto a Sussy con vida, ya que ella se había quedado hasta más tarde en la fiesta y por último llegó el turno de Jeff.

Ni siquiera me había hablado en el tiempo que Ryan y Leila estuvieron siendo interrogados y yo no quería invadir su espacio porque no podía lidiar con él. Sabía que algo le sucedía, desde la noche anterior cuando él y Dylan habían discutido, pero al parecer ninguno de los dos quería hablarme porque no tenía idea de dónde estaba Dylan y Jeff estaba ahí en el mismo lugar que yo, pero a kilómetros de mi mente.

Parecía inmune a mi.

—¿Estás bien?— me preguntó Leila cuando Jeff se marchó con el detective White. Me había observado mientras seguía a Jeff con la mirada y supongo que necesitaba preguntar.

—Si ¿Tú cómo estás?— murmuré y ella soltó un largo suspiro de cansancio.

—Mis padres tuvieron una extensa charla conmigo sobre la conversación de ayer— se llevó un mechón tras la oreja y continuó—, parecían asustados y se disculparon por no haberme dicho antes y les he contestado que las disculpas no harán que esos niños vuelvan y mamá se ha puesto a llorar.

—Lo siento mucho, Leila— dije en casi un susurro, pero ella negó con la cabeza y me sonrió.

—Tú no tienes la culpa, Elizabeth— me apretó la mano y me miró a los ojos—, no tenemos la culpa de que nuestros padres carguen con un enorme secreto.

Rushville ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora