7. Vamos a ser jóvenes.

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                        (***)
No había sucedido nada extraño desde la intoxicación de los chicos. Había pasado una semana desde el primer partido de Lacrosse y todo marchaba de maravilla o al menos así parecía, aunque Tinny Campbell seguía sin aparecer. Sus padres ya habían perdido la esperanza y se quejaban del alguacil Turner, ya que decían que no era un buen alguacil y no podía mantener el orden en Rushville.

Yo creía que los Campbell estaban siendo muy crueles con el alguacil, ya que él no era responsable de todo lo que sucedía en el pueblo, pero eso no lo entendían las personas, ya que se conformaban con la idea de que si involucraban al F.B.I Tinny regresaría pronto, pero aquello no sólo se trataba de buscar a alguien mejor para hacer el trabajo, sino de buscar alguien que supiera resolver este tipo de asuntos y la verdad es que el alguacil Turner no era muy bueno con esas cosas o al parecer la desaparición de Tinny y el envenenamiento de Luke Evans y Kate Sanderson, no tenía explicación porque aún no sabían cuál era el motivo que tenía el secuestrador- si es que eran los mismos-, para atacar a los jóvenes estudiantes; digo, todos sabíamos que después de la tragedia del 2005 no había sucedido nada extraño en ese lugar y era de esperar que el personal de la estación de policía estuviera tan comisionado como el resto de personas que vivíamos en Rushville, aunque la mayoría de las personas esperábamos que al menos supiera mantener el orden porque si los Campbell seguían sin tener avances de la investigación, iban a volver locos a todos los del pueblo y aquello era peor m, ya que nadie quería que la gente empezara a cuestionar los métodos del alguacil.

Me lavé los dientes y observé la fotografía que estaba sobre mi mesa de noche. Éramos papá y yo en mi décimo cumpleaños y parecía feliz en aquel momento y aunque ya no estaba muy segura de que seguía siendo feliz, no dejaba de recordar cada momento y las sonrisas estaban gravadas en mi rostro como si se tratasen de calcomanías. Mamá solía ser feliz y desde que Carl se había mudado a nuestra casa no parecía tan feliz y eso era un poco triste, ha que habíamos olvidado muchas cosas que solíamos hacer con papá.

Holly estaba tomando su desayuno para cuando quise salir de la casa. Ella siempre se despertaba muy temprano o al menos eso parecía, ya que siempre estaba despierta para cuando yo quería salir de casa y siempre estaba dormida cuando regresaba de la cafetería Olsen lo que significaba que despertarse temprano incluía ir a la cama temprano y eso me resultaba interesante.

Me encontraba sentada frente a la directora Andersson y asentía cada vez que ella decía algo.

—¿Estás de acuerdo con lo de la fiesta que solicitó Kate Sanderson? — ella revisaba unos documentos que tenía sobre su escritorio.

—Creo que todos asistirán a la fiesta de Josh Wesson—suspiré—, no creo que sea necesario hacer otra fiesta aquí.

—De acuerdo— se acomodó las gafas de pasta negra y me miró—, le diré a Kate que los profesores han negado la realización de la fiesta.

Asentí lentamente y me puse de pie dispuesta a marcharme ya que no me gustaba mucho la idea de tener que hablar con la directora cada vez que sucedía algo en el consejo estudiantil, para ser exacta ni siquiera sabía por qué estaba ahí, ya que yo había renunciado a la presidencia.

—¿Elizabeth?

Me giré lentamente y la miré. Era una mujer mayor que sin duda había sido guapa en sus tiempos de juventud, pero el tiempo ya había dado sus primeros pasos y se le notaban algunas arrugas en el rostro. Su cabello aún era castaño y siempre iba recogido en un bonito moño, eso la hacía conservar rasgos de su juventud, pero no del todo, ya que parecía agotada.

—¿Sí?

—Quiero que sepas que, si tienes algún problema o necesitas ayuda, puedes acudir a mí en cualquier momento.

Rushville ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora