Capítulo 13 (Ser una soñadora parte 1)

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Tik, tak, tik, tak...

Una y otra vez sonaba el maldito reloj, y junto a este, mi cuerpo se había coordinado para mover el esfero de lado a lado y morder mi labio inferior para luego soltarlo. Así sucesivamente durante la entrega de exámenes de física superior.

Había rezado tanto para que este día fuera el fin del mundo, pero nada extraordinario ha pasado.

Y no era la única que tenía la nuca rígida del estrés. Todos parecíamos estar un funeral, rostros pálidos y el silencio reinando. Parecía que a nadie le había ido muy bien ayer. Aquello no me hacía sentir mejor, pero tampoco es que fuera del todo malo.

Suelto un suspiro y veo que más de la mitad del salón ya tiene su condena en la mano. Eso hace que aumente mi desesperación.

¡Quiero que ya me entregue el maldito examen y largarme a llorar de una maldita vez!

—Martins Abigail.

¿Qué? ¡No! ¡Era una broma! ¡No quería que me lo entregue!

Levanto la mano nerviosa y me acerco a paso lento donde el profesor. Me mira y niega la cabeza mientras me entrega la hoja. Al ver la nota cierro los ojos.

—Esperaba más de usted señorita Martins. Me ha decepcionado, ¿cómo es posible que haya sacado una nota inferior a siete?

—No volverá a suceder maestro.

—De eso estoy seguro y como no quiero que la mejor alumna repruebe mi materia, he tomado la decisión de darle un tutor.

—¿Qué? Pero...

Estoy por replicar, pero la puerta es golpeada y luego abierta por la psicóloga de la institución. Así que el maestro alza la mano.

—Le diré los detalles luego. Muchachos, les dejaré con Leah, hagan la actividad que les indica y luego pueden salir —me regresa a ver —Excepto usted señorita Martins.

Asiento llevando las manos tras mi espalda y apretándolas mientras lo veo salir del aula.

—¡Buenos días chicos! ¿Y cómo han estado?

El silencio se desvanece y un coro de voces quejándose le responde a Leah haciéndole sonreír. Algunas chicas se acercan para ayudarle a repartir el material de clase cuando ella se los pide, y yo decido ir a mi asiento y refundirme en mi asiento mientras veo la nota.

Lo que no me gusta de esta materia es que si te olvidas una formula, no puedes avanzar. No me acordé una maldita formula de miles, y al final quedó el procedimiento inconcluso.

Y para el profesor no existe puntos o medios puntos por el procedimiento, si no llegas a un resultado para él no es factible.

Razón del porque en dos problemas, saque 5. Al menos pude llegar al final del primero, sino estaría como el resto, con mi 0 marcado en toda la hoja.

Muerdo mi uña. Porque siendo una nota media, el profesor hizo tanto énfasis en mí. Los demás tienen peores notas, no era necesario este tipo de trato donde los ojos de los demás me siguen.

A veces desearía ser ignorada, pero sacar buenas notas te hacía inevitablemente resaltar.

Es molesto, pero no puedo bajar mi promedio.

Una hoja es dejada en mi escritorio y presto atención a Leah.

—Bien chicos, sé que siempre les he dado una hoja con alguna actividad y que les dé ahora una hoja en blanco seguro les dejó con una cara... —se ríe y asiente —Pero es porque está actividad me la entregarán al final del año. El motivo de darse desde el comienzo es el siguiente, solo quiero que respondan una pregunta: ¿Qué carrera piensan seguir?, pero como es una pregunta muy grande y con mucha responsabilidad, empezaremos con la de esta semana.

Te enamoraré (EDITADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora