Damian, lunes, Mansión W, habitación, 6:00 p.m.Tristeza.
Como odio ese sentimiento.
Parece que encontré a mi archienemigo.
Aquel que hizo que lágrimas brotaran por mis mejillas.
Aquel que me hizo sentir débil e incompetente.
Aquel que me hizo ver al mundo diferente.Quisiera levantarme de esta cama, pero no puedo, mi cuerpo se niega a levantarse, y parece que las gotas que salen de mis ojos no paran. Salen las que nunca pudieron salir. Queriendo dejarme seco.
Tallo mi rostro, quitando la humedad de mis mejillas y la que se acumula debajo de mis párpados con las mangas de mi camisa verde.
La perdí, perdí un ser que tanto amaba, algo por lo que cambié, y que perdí.
Jason Todd.
Hundo mis cejas y aprieto mis dientes, intentando no estallar en cólera.
Ese bastardo me quitó algo que tanto quería.
Pero en esta vida nada sale sin un precio.
Me encargaré de ser la etiqueta de ese precio, uno que le saldrá muy caro.Pero...
Mis hombros se relajan, al igual que mi expresión que ahora pasó a ser una melancólica mirando el techo oscuro.
Me abrazo a mi mismo para contener las lágrimas que fuerzan salir. Pero eso no funciona porque terminan saliendo, al igual que mis sollozos.Me giro sobre mi cama y observo lo que yace sobre mi mesa de noche: la bandeja de plata con... con la que solía ser mi mascota.
Me arden los ojos y odio eso, es un dolor que hace años no siento. Y justo tenía que regresar de esta manera.Me levanto lentamente para sentarme en la orilla de mi cama, aún observando aquella bandeja con dicho filete, preparado por la maldita miseria conocida como Todd.
Vuelvo a tallar mi rostro desesperadamente, arañando mi cara de paso, por que no soporto este dolor y no quiero sentirlo, el dolor físico es mejor que eso.
Coloco ambas manos en mi regazo, y mi vista cae abajo.Lo odio.
Quiero levantarme y torturarlo de todas las formas posibles, inclusive, recuerdo haber visto un libro en la librería de la mansión sobre torturas de la era medieval. Y las ganas para ponerlas todas a cabo no me faltan, pero si las energías. Por más que quiera salir, mi cuerpo se siente pesado y solo me deja moverme en mi cama, y en situaciones extremas, también para ir al baño que está en mi habitación.
Mi estómago ruge de hambre. Siento mis entrañas retorcerse y hace que abrace mi estómago con fuerza, rechacé tantas veces a Alfred que me arrepiento de ello, pero...
¿Qué más da?
He perdido la energía que bombardeaba mi corazón y ahora solo soy un inútil saco de carne que ya no merece nada.
Vuelvo a recostarme en mi cama, tapándome con las suaves sábanas de seda, queriendo dormir para así no pensar en el horrible dolor que hay dentro de mi estómago, y cuerpo.
Hace un rato escuché la puerta de la mansión en ser cerrada, quizá alguien entró, quizá alguien salió, pero no me importa.
—Amo Damian, su almuerzo.
Ahí está otra vez.
Ya ni siquiera me esfuerzo por gritarle que no quiero nada.
Me quedo callado esperando que deje de hablar y se marche, no tengo el ánimo para gritar, ni siquiera para poner un pie fuera de mi cama.Después de dos minutos sin respuesta mía lo escucho suspirar y alejarse, por sus sonoros pasos.
Cierro mis párpados preparándome para tener una larga siesta, la cual desearía que durara para siempre, para no volver a sentir dolor.
Pero al cerrarlos siento como escurren lágrimas entre ellos.
Odio esto, llorar hasta dormir.
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The Batfamily
FanfictionNo se han preguntado ¿Qué pasa día a día en la batifamilia? ¿Siguen salvando el día aún cuando no llega la noche? todos los involucrados con el murciélago tienen cosas interesantes por hacer. la única forma de averiguar que hacen, es adentrarnos en...