Epílogo

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Gotham me recibe una vez más, esta noche tan lluviosa solo es el presagio de mi llegada a la mansión que alguna vez consideré mi hogar, pues aun recuerdo todos los momentos que pasé aquí, me pregunto si me recibirá con una cálida sonrisa o solo me repetirá en la cara lo equivocado que estaba y que ser líder de los jóvenes titanes en San Francisco solo fue un capricho mío para llevarle la contraria y molestarlo con eso, pero la verdad es que yo cambié.

¿Lo hice?

Este ultimo año que estuve fuera me ha servido para descubrir quien realmente soy o que es lo que quiero ser, aprendí a medir mi temperamento y actitud pues no fui un buen líder, solo me convertí en la peor versión de mí mismo.

Pero estoy aquí devuelta, en mi hogar, donde crecí mayormente y donde mi familia se encuentra.

Me detengo frente a la puerta doble de la mansión, cargando conmigo mi mochila en la espalda y una maleta en mi mano. La ultima vez que vi este umbral fue justamente el día en el que los dejé a todos atrás, y puedo notar que realmente nada a cambiado fuera de la mansión desde que me fui, incluso Gotham parece más tranquilo, bueno, eso debí suponerlo, Bruce se deshizo de sus mayores problemas hace un año: nosotros.

Pero estoy de vuelta, carraspeo y con mi mano libre arreglo un poco mi cabello, pues la noche de hoy viene acompañada de una fuerte brisa que me ha hecho estremecer en varias ocasiones mientras buscaba un taxi; con un poco de nerviosismo presiono el botón que es el timbre de la mansión, me sorprende que no hayan cambiado la contraseña del portón inteligente de padre en la entrada, pero me pone aun mas nervioso tener que enfrentar a la persona que me vaya a abrir la puerta frente a mí.

Espero un par de minutos hasta comenzar a escuchar como el viejo metal de la puerta es arrastrada, comienzo a sudar, aun no me siento listo para enfrentar la realidad una vez más, cada segundo que pasa mientras espero a que la puerta sea abierta por completo es un infierno, ¿me aceptarán? ¿me odiarán? No he sido el mejor durante todo este tiempo, pero he dado mi mejor esfuerzo.

Me quedo congelado cuando las puertas son abiertas por completo, sin nada que decir o hacer, solo puedo mirarlo parado recto ahí bajo el umbral, realmente no ha cambiado nada desde la ultima vez.

—Amo Damian, es un placer volver a verlo.

—Me alegra volver a verte, Alfred.

Lo mejor en lo que pude pensar fue en dejar mi maleta en el suelo y acercarme rápidamente a abrazarlo con una enorme sonrisa, realmente lo he extrañado durante todo este tiempo, nada ha sido igual sin él, de hecho, nada ha sido igual sin mi familia, después de todo eran ellos quienes se mantenían a mi lado siempre.

—Por favor amo Damian, permítame ayudarlo, su padre ha estado esperando su regreso.

Lo que más temía, el momento que he querido evitar: enfrentar a mi padre, temo lo que vaya a decir de mí, o que mirada vaya a darme al verme, o simplemente que piense lo peor de mí, pero no puedo huir de eso más, si quiero volver a adaptarme tengo que enfrentarlo.

—Está bien Alfred, gracias.

Le dedico una sonrisa y, dejando mi mochila y maleta a manos de Alfred me adentro en la mansión, siendo un golpe de nostalgia para mí.

¿La mansión siempre ha sido así de triste? La recordaba mas animada, mas colorida, mas... llena de energía.

Cierto, ellos ya no están aquí.

Mi sonrisa decae un poco ¿por qué? Esto era lo que esperaba, esos idiotas no se iban a quedar más tiempo aquí, después de todo ellos tienen sus propios asuntos personales que resolver.

The BatfamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora