Un plan para los chicos

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Damian, martes, Escuela, 8:00 a.m.

Odio atrasarme.

—No era necesario esto Damian.

Yace en las manos de mi profesora; una tesis que tenía que entregar ayer, cual no asistí a la escuela, más una nueva tesis del tema visto de ayer.

En total de ambas serían unas 75 páginas, sin contar los índices y portada, tampoco soy un monstruo y dejo el trabajo sin una guía para leer.

—Lo es completamente, espero que con esto ya vaya a la par con las clases, gracias.

Tomé mi mochila de mi asiento y me retiré del, hace poco, vacío salón.

Caminando por los pasillos noto las rápidas miradas de los estudiantes sobre mí, y como respuesta miro a cada uno de ellos con mi mejor tangible mirada y las más de las arrogantes sonrisas.

Me acerco a mi casillero, con la intención de dejar algunos libros que no necesitaré, pero tan rápido como fui para abrirlo así de rápido se cierra causando un fuerte estruendo. Giro mi vista a mi costado para ver de quién se atreve a hacer tal estupidez y creer no salir lastimado. Pero me relajo, un poco, al ver el ansioso rostro de Jonathan.

—Oh, eres tú —digo entre dientes.

—¿Dónde estuviste ayer? ¡te perdiste del mejor partido! —exclama exaltado, y algo sudado, quizá estuvo jugando en el campo.

—Ya te dije que no me interesa tú estúpido juego de fútbol.

Iba a retirarme, prefiero cargar mi mochila pesada a tener que escuchar hablar al alien.

—Colin fue expulsado y cambiado de institución a Star City.

Me detuve a mitad del pasillo, a un metro de él. Genial, me voy por un día y causa un desastre, ahora me dejará solo con Jon.

Pero...

Ahora perdí a mi mejor amigo.

Pero eso no tiene que afectarme, el abuelo ya lo decía:

"Las personas tienen un tiempo relativo, no solo de vida, sino de compañía, un día pueden fingir que les importas y al otro te clavan una daga por la espalda"

Y así fue como clavé muchas dagas a los demás, para asegurarme que ellos no lo hicieran primero.

—Bien por él —finalizo sin ninguna pisca de sentimiento.

Me encaminé a la biblioteca, ahora quisiera comprometerme a formar un plan para sacar a Batcow de esa horrorosa granja de prisioneros e indefensos animales. Y también encontrar distintas formas de ocultar un cadáver, de Todd para ser exactos.

Abriendo aquellas pesadas puertas, me encuentro con los concentrados y nerviosos movimientos de la chica encargada de la biblioteca en su escritorio lleno de grandes pilas de papeles. Tengo entendido que ella es nueva en este trabajo, antes se encontraba encargando un chico retrógrada que solo dormía encima del escrito, con sus molestos ronquidos, perturbando la tranquilidad de los alumnos que vienen a buscar tranquilidad por aquí. Lo echaron cuando llegó una queja anónima, que no me molesta decir que fui yo, y ocuparon a esta chica joven, rubia de unos, debo decir, llamativos ojos color miel.

Siempre está estresada por completar todo el papeleo que aquel antes encargado no hizo. Tiene su rutina en la mañana, ya que en la tarde es otra chica la que viene a ocupar su lugar, digamos que es una actividad extracurricular mientras se busca alguien que se encargue de la biblioteca para todo el día. Ella está en el último grado de esta institución.

The BatfamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora