Narrador
En alguna residencia, 5:30 p.m.
El mayor tocaba desesperado la puerta de la casa, gritando y suplicando que le sea abierta, pero de los 3 minutos que lleva haciendo eso no tenía respuesta alguna.
Incluso hasta sus acompañantes estaban igual de preocupados que él. Y cada segundo que pasaba sin habla alguno los ponía aún más nerviosos.
—Mierda —vocifera Jason, completamente abrumado por la espera —hazte a un lado.
El más alto alejó al acróbata de su camino, empujándolo levemente, quedando parado frente a la puerta y con toda esa furia pateó la madera oscura fuertemente provocando ser abierta, no esperando una reacción por parte de los espectadores, él y sus dos hermanos fueron los primeros en adentrarse a la oscura casa.
A comparación cuando vinieron de día todo parecía más lindo y acogedor, ahora que es de noche y las luces apagadas todo tenía un aire más aterrador. Contando que todas las pinturas que se posan en las paredes, algo bizarras, no ayudaba al ambiente.
Dick iba al frente guiando a sus hermanos y chicas, ya habiendo conocido la casa no sería problema alguno.
Llegaron hasta la sala en la que anteriormente ya habían estado, observando que todo estaba como antes, a comparación de las luces que yacían apagadas.
—Esto ya no me está agradando —comenta Bárbara, y más razón no podía tener.
Todos asintieron, aun mirando todo a su alrededor, comenzaron a separarse por toda la habitación, intentando encontrar algo para llegar al dueño de la casa.
Dick se encuentra mirando sobre la mesa de centro, buscando algo entre todos los papeles. Jason se encarga de encontrar algo relevante en las repisas encima del televisor, solo encontrando discos de música y unas cuantas llaves. Las tres chicas husmean entre los estantes de libros, pero no logrando hallar nada importante. Finalmente, Damian, que en un principio solo se quedó parado de brazos cruzados mirando como los demás buscaban, notó que, por el pasillo a las habitaciones de esa residencia, solo una puerta desprendía luz por debajo de esta, así que lentamente se fue acercando por ahí.
Los otros presentes notaron que el menor se había separado para ir por su propio camino, así que ellos lo siguieron también igual de intrigados por aquella única iluminación. Cada paso que daban podían apreciar de mejor manera esa blanca luz, quedando de pie frente a ella sin saber que hacer.
Por iniciativa propia, el acróbata es quien posa su mano sobre el polmo dorado, soltando un agitado y pesado suspiro antes de girar y empujar levemente la puerta.
Gritos.
Unos gritos por parte de las chicas al ver la soga rodeando el cuello de aquel chico, colgando del ventilador de techo, justo teniendo al lado una silla.
Dick más petrificado no podía estar, difícilmente se acercó al cuerpo del chico que vestía con la misma ropa cuando lo vino a visitar, arrodillándose frente a él.
Había fallado otra vez. Logró que una persona más se uniera a ese misterioso caso, siendo esta vez una víctima que estaba al alcance de ser salvada por el acróbata.
Su vista calló al suelo, igual que sus ánimos, pero ciertas manos se posaron sobre sus hombros; levantó la mirada a ambos lados encontrándose a sus hermanos mirando al muerto chico.
—¿Lo dejaremos aquí? —pregunta el pequeño, mirando indiferente la situación.
—¿No deberíamos llamar una ambulancia? —el mercenario gira para buscar una respuesta en el menor, pero él solo eleva los hombros.
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The Batfamily
FanfictionNo se han preguntado ¿Qué pasa día a día en la batifamilia? ¿Siguen salvando el día aún cuando no llega la noche? todos los involucrados con el murciélago tienen cosas interesantes por hacer. la única forma de averiguar que hacen, es adentrarnos en...