The Batfamily

Extra: ¡Noche de películas!

Narrador

Invierno puede ser tan agobiante para algunas personas, el resto de ellas adoran esa época del año ya que es mucho mejor que el ardiente calor de verano. Puedes pasar el tiempo bebiendo un caliente y delicioso chocolate humeante.

Ver las congeladas carreteras de la ciudad es un motivo para no conducir a alta velocidad sino quieres pasar un largo tiempo en el hospital. Así que este es uno de los motivos por los cuales los ayudantes de Batman no salen a su patrullaje de siempre.

Aquí lo tenemos, Dick Grayson mirando por el gran ventanal, con notoria tristeza en su rostro. El tiempo para divertirse en el verano; viajes a la playa, “divertirse” con sus hermanos en el mar (porque casi siempre termina con alguno de ellos intentando ahogar al otro), comer tantos helados sin temer a enfermarse, poder nadar en la piscina de la mansión, entre muchas otras actividades que hacían que los cuatro hermanos se relacionaran sin tantas discusiones y peleas.

Jason estaba recostado en el sofá para tres personas, mirando el techo, posiblemente perdido en sus pensamientos. Llevaba rato así, incluso se podría apostar que ya han pasado más de dos horas desde que lleva tumbado ahí.

Tim miraba las noticias en el televisor con el control en mano, pero con una notoria mueca de aburrimiento, en cierta parte le gustaba esta época del año, pero le quitaba muchas de sus actividades favoritas como ir a su cafetería recurrente, la cual cerró temporalmente por fuertes alergias que sufrían sus trabajadores. Y eso es todo, ese es su único pasatiempo que lo distrae de su cansada vida.

Damian, pues, estaba en el sofá individual, escuchando música con sus audífonos puestos, con la capucha de su suéter gris puesta, y su típica mirada de “no me molestes” de siempre.

Completamente cansado de esperar a que algo pasase, Dick se levanta de su lugar captando la atención de solo el joven detective.

—¡Ya no lo soporto! Tenemos que hacer algo, ya no soporto estar aquí sentado muriendo de aburrimiento.

—Bienvenido a la vida de un adulto —le responde sin ganas Tim.

El primer petirrojo se coloca de rodillas al lado de su hermano, como si le estuviera suplicando.

—¡Por favor, Timmy! Sé muy bien que tú también estás igual de aburrido que yo, así que hagamos algo juntos.

El joven detective bufó y apagó el televisor, ahora prestando suma atención a su hermano, esperando que comentase sus ideas.

—¡Genial! Prometo darte tanto dinero como quieras para que puedas comprarte todo el café que quieras.

Los ojos del tercer petirrojo se iluminaron y una inevitable sonrisa comenzó a asomarse en su rostro.

—Entonces acepto cualquier requisito que propongas.

Su hermano mayor sonrió con victoria.

El adolescente se levantó del sofá, estirando su cuerpo, dándole una señal a Dick que se levantaste del suelo, lo cual hace hiperactivamente.

—¿Cómo los convencerás a ellos? —apunta a los dos chicos perdidos en sus propios mundos.

—Tengo mis métodos —le dedica una sonrisa al tercer petirrojo, y se encamina hacia Jason.

El acróbata, ya a un lado de su hermano, se inclina para verlo a la cara, tapando su vista hacia el techo que miraba embobado.

—Sabía que un eclipse se aproximaba… pero no creí que fuera tan feo —murmura al ver el rostro de su hermano, ahora cierra sus ojos y frunce el ceño.