The Batfamily

Una misión en la mansión (parte final)

Narrador

Martes, Mansión Wayne, 3:30 a.m.

Quién diría que aquel chico, despreocupado pero atormentado por su trabajo ya lo tenía en un agujero del cual no saldría.

Tim Drake.

Vivía normal, no se entrometía mucho con aquella familia de murciélagos.
Vivía tranquilo, pues pensó que comenzaría a tener la vida que jamás tuvo.

Pobre e ingenuo Tim.

Intentaste salir del hoyo pero las rocas se desmoronaron y te hicieron caer a lo más profundo de ese oscuro lugar, ahora atormentado por resolver un caso del cual tiene todo el peso en tus hombros.

¿Por qué no te unes al resto?

Hablaba la voz que ignoraba. Y que ciertamente comenzaba a desesperarlo.

Pobre e ingenuo Tim.

Intentaste salir del hoyo buscando una manera de distraerte, pero cuando esa forma murió, caíste mucho más profundo, donde las rocas no se molestan en apiedrarte.

¿Porque te sientes culpable de haber caído?

No somos capaces de saber cuándo caeremos, pero si somos capaces de levantarnos y seguir.

Pobre e ingenuo Tim.

Perdiste tu oportunidad y decidiste quedarte hundido.

Cassandra, habitación de Tim, 3:35 a.m.

Me estaba mirando, esperando una respuesta.

Más nerviosa no podía estar. Y maldigo mis sentimientos encontrados por haber corrido a lanzarme encima de ese chico que se miraba tan pálido, tan agotado, tan nervioso.

Me lancé sobre él, sí, provocando quedar encima de él mientras que él estaba tendido en su cama, ahora pasando sus brazos por mi espalda y nuca, arrancando de mi cabeza la máscara negra que llevaba puesta. Ahora dedicándose a acariciar lentamente toda mi espina dorsal, no dándose cuenta que aquello causaba un gran revoltijo dentro de mí.

No es un secreto que estuve enamorada de este chico cuando lo conocí por primera vez. Pero eso no funcionaba para mí, y terminé aceptándolo como mi mejor amigo.

Y estoy tan contenta que él esté con alguien como Steph.
Aunque por el momento no lo esté, sé que estarán juntos pronto. Eso espero.

—Yo también me alegro de verte, Cass, pero eso no responde a mi pregunta —susurra cerca de mi oído.

—Yo... yo —ni siquiera podía pronunciar una oración bien, estaba temblando por volver a tenerlo aquí, quizá no de la mejor forma, pero lo tengo aquí.

¿Cómo explicarle que estoy husmeando la mansión sin que nadie se dé cuenta?
Sin contar a las otras tres chicas que me acompañan.

—No es fácil de explicar —pronuncio por fin.

—Puedo intentar entenderte.

A veces odio que sea algo terco.

¿Qué parte de "no es fácil de explicar" no entiende?
Aunque está en su derecho de querer una respuesta, yo también la querría si hubiese alguien en mi casa a tales horas.

Iba a responder con la verdad, ya que no me veo capaz de mentirle a él, pero ni siquiera estaba mirándome a mí, estaba mirando la misma esquina que hace rato fulminaba con la mirada.

—¿Tim.…? —intento llamar su atención.

—Ella nos está mirando.

Por inercia volví a echar un vistazo, pero no había nada.
Esto ya me está dando miedo.