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[010]; Jungwoo.

Tarde, otra vez.

—¿Otra vez tarde, señorita Lee? —dijo observándome apoyado en el marco de la puerta.

—Lo siento, profesor Kim —. Hablé cabizbaja —. No volverá a ocurrir.

—Ha dicho eso muchas veces —. Dijo él arremangándose la manga de la camisa —. ¿Si sabe que de esta no se salva, verdad?

—Pero-

—Son quince minutos tarde. Me verá en detención al final del día. Pase.

Estaba entrando, pero escuché que me llamó para algo más.

—___, dime Jungwoo. Por favor —. Dijo él amablemente con su sonrisa. Sabía como hacerme caer fácilmente.

No dije nada y me me dirigí a mi asiento.

—¿Qué te ha dicho? —. Preguntó mi amiga a mi lado.

—Detención.— susurré sentándome a su lado.

—Suertuda, yo daría mucho por ir a detención con ese profesor.

Por un lado, sí el profesor Kim Jung Woo era el más joven, apuesto y caballeroso de los profesores de la escuela.

Para muchas era el hombre soñado, yo diría que no voy incluida en esas. Sí, es guapo y angelicalmente perfecto, pero no más.

Me sorprendía que no tuviese novia o quien sabe, él es muy reservado, pero jamás he visto alguna evidencia de que tuviera una relación con alguna mujer u hombre, aunque habían rumores de que salía con el profesor de química, Wong Yukhei.

—Como decía, tenemos dos tipos de células, la célula eucariota y la célula procariota.

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Estaba frente al marco de la puerta, con mi mano tomaba el plomo. Estaba deseando no ser la única, me incomodaría estar sola junto a él.

Miraba la puerta, tenía dos opciones, la primera era entrar y pasar dos horas ayudando al profesor Kim y la segunda era no entrar. La segunda era muy, muy tentadora, aunque en vano, ya que tendría que volver mañana, y no por dos horas si no cuatro.

Para mí ya era muy tarde para tomar una decisión, ya que tenía al mismo parado frente a mí, observándome con una sonrisa ladina, nuevamente apoyado en el marco de la puerta.

—La esperaba, señorita Lee —. Dijo del mismo modo —. Pase y deje su mochila, tendremos una tarde ocupada.

Pasé a un lado de él y dejé mi mochila. Me tranquilicé al ver que que no sería la única, había una mochila más.

—Joven Park, sus horas de detención han terminado, puede irse.

Y entonces quedamos él y yo.

—Señorita Lee. Tengo que rehacer unos papeles, para su primera tarea voy a pedirle que me ayude con eso.

Y bueno, ahora estoy sentada frente a él, organizando papeles, alfabetizándolos y pasándolos.

—Dime, ___. ¿Tienes novio? —preguntó sin dejar de ojear los papeles.

Abrí mis ojos como platos, su pregunta había sido tan directa que me ruboricé y era en vano esconderlo.

—Profesor Kim, con todo respeto, tuviese o no, eso no es de su incumbencia. ¿No lo cree? —. Me defendí intentando no parecer tan obvia.

_Bueno. Guardó su silencio un poco más. —No puedo cortejar a una chica con novio.

Me quedé un momento asimilando lo que acababa de decir. ¿Acaso le gustaba a mi profesor? Una parte decía hazlo, pero la otra me decía, no seas idiota niña.

El levantó la vista, me observó y se puso a ver a todo alrededor para luego bajar la mirada nuevamente los papeles finalizando con sus ojos posándose en mí nuevamente.

—Estamos solos, ___, literalmente. Puedes decirme Jungwoo.

—Prof- — se corrigió. —Digo, Jungwoo.

—¿Si?— preguntó del mismo modo.

—No tengo novio.— se apresuró a decir hablando mucho más rápido. —Pero no creo que sea lo correcto, usted es-

— Soy su profesor y usted mi alumna— completó la oración de la chica. —, sí, lo sé, pero no me importa.

—No es lo correcto —. Insistí.

—Me arriesgaré, por usted.

Silencios incómodo. Sonrojo incómodo. Mirada incómoda. ¿Qué más podía pasar?

—Entonces—. Dijo ojeándome por encima de los papeles —. ¿Te paso a recoger mañana a las cuatro?

—Está bien —. Dije un poco anonada.

Me esperaba una tarde muy larga.