[033]; Xiao Jun

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Sería mentir completamente si dijera que las relaciones no tiene problema entre sí, ya sean indiferencias, por dinero, confusión y hasta por la misma religión e incluso raza, pero lo que sí desmiente todo eso, es que saben cómo arreglarse

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Sería mentir completamente si dijera que las relaciones no tiene problema entre sí, ya sean indiferencias, por dinero, confusión y hasta por la misma religión e incluso raza, pero lo que sí desmiente todo eso, es que saben cómo arreglarse.

Porque existen personas que no están hechas el uno para el otro, aunque se insista, como hay personas que son almas destinadas y que mientras esté el paso de los años estos seguirán amándose como se han amado e incluso más.

Aún si, las relaciones perfectas y de color de rosa no existen, aunque estén o no estén destinadas, no existen la pareja perfecta, sin discusiones o riñas entre sí, porque existe una balanza que mantiene la relación estable y que cada persona debe de tener en cuenta para no acabar con aquello a lo que le dedicó tiempo, dinero, lágrimas y esfuerzo.

Y este es mi caso, Xiaojun y yo estábamos destinados completamente, pero aún así habían problemas, pero lo que más me gustaba de esas peleas, era que siempre lográbamos conciliarnos, y eso me hacía quererlo casa vez más.

—¡Es que tú nunca te decides!—

Tenía que darle la razón, siempre era muy indecisa con respecto a mis decisiones, casi nunca sabía que que quería tanto para mí como algunas cosas para él.

—¡Acaso es mi culpa! ¡Tú tienes la culpa de haberte enamorado de una persona indecisa!

No quería pelear, pero cada vez que tratábamos de buscar algo con el que reconciliarnos, sólo hacíamos algo peor, y volvíamos a nuestra discusión.

—Si no piensas quedarte conmigo y todas mis indecisiones, te invito a salir por aquella puerta.

Pero por más que yo decía que se fuera, claramente no quería que me abandonara, en ningún momento, pero tenía que darle mucha razón por estar enojado conmigo.

—¿Quieres que me vaya, o te vas a poner indecisa otra vez?

—¿Cómo te atreves a preguntarme una cosa así? Podré quererte mucho, pero nunca me subestimes Xiao de Jun.

—Es que nunca sabes que quieres, por eso todos te pisotean, debes aprender.

—¡Pero no quiero!

—¿O no sabes?

—¡Jun no me ayudas!— y en teoría él debería estar de mi lado, y quererme tal y como era. —¡Deberías apoyarme!

—____, yo te apoyo, pero no me dejas ayudarte más de lo que debería.

Amaría poder decir que esas peleas terminaban en cosas malas, puesto a que sí, él y yo nos entendemos, en ciertas ocasiones terminamos enojados durante mucho tiempo.

Lo cual me llena de rabia, se supone que debemos manejarlo juntos, como una pareja, pero siempre que alguno interviene, de resulta mal, pero podría decir que son muy pocas veces las que suceden.

—¡Pero yo no quiero un psicólogo, y de eso sí estoy completamente segura!

Él suspiró profundamente.

—Cariño— él se acercó algo más tranquilo a mí. —Eschúchame.— y yo asentí levemente para que supiera que tenía toda mi atención. —Es necesario, mi vida. Yo estaré todo el tiempo contigo, vamos por favor.

Yo rodé mis ojos, estaba cansada siempre de que tratará de convencerme con las mismas dulces palabras que a fin de cuentas funcionaban y terminaban haciendo lo que él quería, pero yo, esta vez no quería ir a ese lugar, simplemente quería hacerlo sola.

Jun entendió que no quería, puesto a que a pesar de mi actitud hacia aquellas bellas palabras con las que se atrevía a lavarme la cabeza, mi respuesta fue agitar bruscamente la cabeza para que supiera que yo estaba completamente en desacuerdo con aquella propuesta.

La manera en como había tomando mis manos, se había deshecho y éste había pasado las manos de él a su cabeza donde sacudió bruscamente su cabeza mientras bufaba ante mi respuesta, estaba enojado.

—Bien, sí eso es lo que quieres, entonces jódete.— él tomó la chaqueta y se dirigió hasta la salida, la cual yo ya había señalado.

—Jódete tu, Xiao de Jun. Y cierra bien la puerta.— y la final de mis palabras escuché el portazo.

Yo me dirigí al baño donde la rabia y enojo fueron consumidas por mí tristeza de saber que se había ido y no sabía si él regresaría y entonces me senté y me dí cuenta de que dije todo lo que nunca quise decir, y mucho menos a él.

Me sentí débil por un momento y no sabía que hacer, así que sólo salí del cuarto y escuché la cerradura de la puerta, y con ella, la puerta donde poco a poco se iba abriendo y Xiaojun caminaba lentamente.

Yo corrí con fuerzas, me lancé sobre la cama sin que me importara que había ahí, igual Jun, corrió hacia mí quitando lo que había a su paso, y fue cuando me tiré encima de él, enrollando mis piernas en su abdomen, y simplemente lo abrace.

Pero luego, estrellé mis labios con los de él, muy agitadamente se me iba subiendo a la cabeza y claramente ninguno tenía intenciones de parar aquel beso, mientras me encaminaba hasta la cama, pero luego paré, cuando se puso sobre mi.

—Discúlpame, no sé qué haría sin ti. Perdón.— y escondí mi cara entre mis manos, apenada.

—¿Sabes por qué volví?— yo negué de la misma manera en la que me encontraba.— me aterra saber que puedo perderte cuando eres lo que más amo.

Yo quité mis manos y lo vi a los ojos, estaban brillosos, como siempre, y estaba completamente segura de que él tampoco quería que aquella discusión llegara a tan lejos, y por eso digo que somos almas destinadas, porque a pesar de los malentendidos, él se queda conmigo.

—Te amo, lo siento.

nct stuff ✧ nctDonde viven las historias. Descúbrelo ahora