[030]; Jungwoo.

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Porque ustedes lo pidieron.

Segunda Parte

Me decidí por un vestido blanco un poco más alto de la rodilla y con el, mis zapatillas de tennis blancas, también

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Me decidí por un vestido blanco un poco más alto de la rodilla y con el, mis zapatillas de tennis blancas, también. Durante todo el día me dí la tarea de evitar a mi profesor. Sabía que sería incómodo si me lo llegaba a topar en algún lugar y mi experimento dió resultados exitosos.

Ya por último me observé una vez en el espejo. Aún no creía en la posibilidad de que mi profesor me haya invitado a una pequeña cita. Sí, no podía negar el propio encanto que él tiene pero se llena de riesgos al salir con su estudiante.

Mamá, por suerte, aún no llegaba a casa, su trabajo por lo general, llegaba a altas horas de la noche y en otros casos, no llegaba a casa, así que posiblemente tendré el día libre. Yo dije que nos encontraramos en el parque. Se había ofrecido a recogerme, pero me negué.

Ya en el parque me senté cerca de un gran árbol de cerezo. Estábamos cerca del otoño, por lo que sus hojas ya eran de un color más oscuro, me dí tiempo de observarlo mientras esperaba y me di cuenta. Me dí cuenta de que estaba ahí conmigo por la sombra que hacía cuando bajé mirada.

—Estás radiante —se limitó a decir, sin quitar su vista de mí. Mientras yo me ruborizaba —. ¿Estás lista?

Caí en cuenta de que estaba por empezar la tarde más capsiosa de toda mi vida y empezó justamente cuando tome su brazo para comenzar a caminar por el parque mientras lo observaba, más guapo que de costumbre.

—¿A dónde iremos? —me atreví a preguntar.

—No lo sé —. Fue lo que respondió —. ¿A dónde quieres ir tú?

Tenía exactamente el lugar.

—Conozco un lugar que te va a gustar mucho.

—Mientras esté contigo, va a encantarme. —dijo y yo me ruboricé.

Durante el camino, topé con la gran suerte de observarlo mientras me observaba. Se portaba como todo un caballero, algo que, esperaría.

Llegamos al lugar, el aroma a café salía cuando otra pareja salió del lugar. Se veían iguales a nosotros, sólo que imaginaba que ella no era alumna del tipo que la acompañaba.

Tomamos lugar en una mesa y de inmediato una camarera nos atendió. Sólo ordenamos café, dos, para mí, y mientras esperábamos se desató la cuarta guerra de mis pensamientos.

—¿En qué piensas tanto? —me preguntó.

—Yo.. ahm, en nada. Realmente, en nada —. Me apresuré a decir, estaba nerviosa.

Jungwoo acomodó una mano en la mesa y con la otra sostuvo su barbilla mientras dejaba caer su cara en esta, tomando una posición completamente adorable pero a la vez, completamente atractiva.

—Hoy te ves muy bonita, más que de costumbre —. Dijo con una de sus típicas radiantes sonrisas. Caí en la barata cuenta de que me había ruborizado por su comentario, puesto a que su sonrisa se volvió más amplia. No me atreví a contestar.

—¿Podría hacerle unas preguntas, prof- Jungwoo? —dije con cierto nerviosismo a lo que podía ser su respuesta.

—Pregúntame lo que sea, cariño. —dijo seductor.

—¿Por qué me invitó a salir?

—Mira, ___. —dijo con mucha serenidad —. Te reconoceré algo, eres muy hermosa, inteligente y tienes ese toque que aún no logro decifrar muy bien que es. Eres joven. Tienes 19 y yo tengo 21 años.

—¿Esto cómo responde mi pregunta? —le dije atónita por su respuesta anterior.

—¿No te queda claro? —dijo posicionándose de diferente manera. Colocando sus manos en el centro de la mesa. Cerca de las mías.

—Disculpen, aquí están sus pedidos —. Dijo la mesera al llegar a nuestra mesa —. Dos cafés para la señorita y para el joven uno. Disfruten —. Dijo y no la volví a ver.

Mientras tomaba de mi café noté que Jungwoo no dejaba de mirarme, claramente estaba esperando a una respuesta a lo que me había preguntado antes. No dormiría con la idea de atraerle a mi profesor, me parecía insólito y algo perturbante.

—Sale humo por tus orejas que hasta están muy rojas. —dijo él —. ¿Te sientes bien?

Yo sólo asentí. Tomé aire para preguntar —: ¿Podría saber ahora por qué me ha invitado?

—Lo diré sin rodeos —. Dijo y yo ya estaba prediciendo la catástrofe —. La primera vez que te ví en mi clase, me parecías una persona muy lista, muy hermosa y agradable. Y bueno, no te voy a mentir que intenté la mayor cantidad de veces en intentar acercarme a ti y hablarte. Puede que te tome por sorpresa pero sólo lo diré —. Ahí venía —. Me atraes mucho, no sólo eso me gusta tu forma de ser, la manera en que te concentras en las cosas, todo de ti me atrae... mucho.

Yo me mantuve observando, escuchando y analizando todo lo que me decía. Pensaba que estaba totalmente loco. No podía ser, él es mi profesor, no lo conocía lo suficiente, en cambio el sí.

—Permítame decírselo —. Le observé —. Me parece que usted está loco.

—Sí, lo estoy —. Dijo con una sonrisa ladina —. Pero por ti.

Estaba muy acalorada. En efecto, le gustaba a mi profesor. No estaba bien, quería que supiera que estaba mal, totalmente. Él arruinaría su reputación y yo, seré tomada aún peor que él, además, se arriesga a perder su trabajo.

—Muchas gracias, Jungwoo, por tal halago, pero está mal, no debe ser así. Ya se lo había dicho usted es mi-

—Sí, lo sé. También te lo dije. Soy su profesor y usted mi estudiante, pero también le dije que no me importaba y que haré cualquier cosa por usted.

—Bueno, entonces... Deberá encontrar la manera de converncerme de que siento lo mismo. Y le advierto, no será fácil.

—Yo le advierto, no voy a rendirme.

Ahora estaba decidida a ver a lo que estaba dispuesto, así que sólo me dediqué a esperar y ver que sucedía.

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