nct stuff ✧ nct

[025]; Ten.

La cabeza me daba muchas vueltas, y lo más gracioso es que no recuerdo nada de lo que ocurrió ayer. De lo único que queda en mi mente, sólo están mis amigos, bebidas y una chica, a la cual, sólo recuerdo sus ojos.

Había tenido una buena noche, de eso estaba completamente seguro, pero lastimosamente no recuerdo con quién fue que la pasé.

¿Debería sentirme culpable? Realmente pienso que no y estoy seguro de que en algún lugar de mi organismo, algo me carcomía por dentro, y puedo decir que era intentar saber el nombre de la chica.

—¡Oye, Chittaphon! —gritó mi mejor amigo, Doyoung, por detrás de la puerta. —¿Estás despierto?

—¿Qué quieres? —le dije con la cabeza en la mano.

—Te traje unas aspirinas. —dijo abriendo la puerta con una mano, mientras que con otra sostenía un vaso pequeño y las pastillas. —Debes sentirte terrible por la fiesta de anoche.

—Recuérdame no volver a ir a una fiesta de Jackson. —dije tragándome las pastillas.

—No estuvo tan mala. ¿Acaso te recuerdas algo?

—Quisiera. —dije suspirando. —Pero no puedo, y quiero hacerlo.

—¿Qué es lo último que recuerdas?

—Tú, los chicos, bebidas, Jackson y... Una chica, de ojos miel.

—¡Ah! Debiste haber estado con ___ cuando desapareciste.

—¿___? —un pequeño recuerdo apareció en mi cabeza. Ese nombre se hacía tan conocido. —¿Ella tenía ojos claros?

—Sí, es la prima de Jackson. Recuerda que la fiesta era un tipo bienvenida de vuelta.

—¡¿Qué?!

Divertido, no se acercaba, pero lo era. De lo que recordaba, sólo era su nombre y sus ojos. De esto, lo más gracioso sería que ella me recordara, no estaba seguro de que eso pasara.

De hecho, a Doyoung, también le causó gracia, porque se hecho a reír, mientras yo intentaba formular la mejor forma de buscarla.

Quería conocerla, volver a verla, tener otra noche así con ella, en la que solo hablamos y nos conocimos un poco, y ahora no recuerdo ni su cara, sólo sus maldito hermosos ojos claros.

—¿Sabes cómo puedo dar con Jackson? —le dije a Doyoung.

—Él está, de seguro, en su casa. ¿No lo crees?

—¿Por qué crees que pregunté?

Me levanté de la cama y me puse un pantalón y una camisa manga larga negra, no sabría con cual suerte toparía, así que decidí vestirme lo más formal, con su toque casual.

Fácil no iba a ser, lo sé. De seguro, fue cosa de una sola noche y nada más, o quizá sólo pude haber tenido una sola noche para saber de ella, y el mundo la tenía en contra mía que hizo que yo no supiera de ella algo más.

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Ya me encontraba fuera de la mansión Wang, listo para tocar las puertas y encontrarme a las empleadas del lugar, limpiando el desastre que quedó desde anoche, pero para mi sorpresa mo fue así.

—Hola —saludó —, ¿Qué haces aquí a esta hora? ¿Buscabas a Jackson? Él acaba de irse.

—No, —respondí observando muy bien sus ojos. —de hecho de buscaba a ti. ¿Vas a salir?

—Sí, saldría de compras, pero puedo posponerlo.

Era ella, el universo conspiró hacia mí y me permitió volver a verla. Sabía que había sido buena idea, pero no que me encontraría con tan buen regalo.

—¿Quieres ir a caminar conmigo? Puedo enseñarte la ciudad.

—Claro, vamos.

Salimos de la mansión caminando. Llegamos hasta un lindo parque que había cerca, habían muchos cerezos y también muchas personas vendiendo banderillas en carritos de comida.

—Sentémonos aquí. —ofreció y yo acepté su oferta. —Imagino que me buscaste por la fiesta. ¿No es así?

—Sí, bueno. —dije tocando mi nuca, en señal de nerviosismo. —Me gustó compartir contigo esa noche y yo me preguntaba, sobre que opinabas de conocernos más a fondo.

—¡Me encantaría!

—Pero...

—¿Pero?

—No tienes peros, pensé que los tendrías.

—¿Cómo tenerlos? —aclaró ella. —También disfruté mucho pasar el rato contigo. Te dejo mi número, para que sigamos en contacto.

Ella dejó su número marcado en la palma de mi mano y se despidió sin más. Luego de eso, nuestra amistad creció y nos hicimos grandes amigos, luego más que eso. Más que unos simples amigos.