extra 3: consejos amorosos.

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Sumando seis años más... 

Se sentaron enfrente de los tres con algo de nerviosismo. La causa principal de esto era muy sencilla, los ahora adolescentes de quince años necesitaban consejos de quienes fueron más cercanos desde su infancia. Y no exactamente cualquier tipo de consejos, pues eso creyó Jinyoung desde que su sobrino le pidió asistir a su casa; ni tampoco de moda como lo había pensado Bambam cuando su sobrina lo llamó urgentemente. Eran consejos amorosos, como lo imaginó Youngjae. 

Así pues, se encontraban sentados en una cafetería, lejos de los otros tres hombres que probablemente hubieran hecho un escándalo a causa de los celos. 

Hyunjin comenzó, su rostro denotaba vergüenza. 

—Bueno... —se rascó la parte trasera de su cabeza—, ¿recuerdan a Jeongin?

—¿Y cómo no? Si hablas todo el tiempo de él —Youngjae le da la razón a Jinyoung—. Pero estoy seguro de que jamás te acercaste. 

—No. De hecho, fue él quien lo hizo. Somos amigos, y saben que me gusta mucho. Solo que...

Hyunjin se detuvo de golpe. Es que simplemente le daba un poco de rubor contárselo a esa edad a su padre y tíos. 

—¿Solo que, qué, Jinnie? 

—Tengo miedo de yo no gustarle a él. 

—Pero —Bambam ideó—, ¿al menos demuestras lo que sientes? —miró de reojo a Youngjae, y éste rodó los ojos. 

—Uh..., no. 

—¡Ahí está el problema! —comprendió Dahyun entonces. A pesar de tener quince años, no se cansaba de usar dos coletas. 

—Hyunjin, debes de expresarte un poco más. No cometas el mismo error que tu padre. 

—¿Mi padre? ¿Por qué, qué hizo? —sin embargo, Bambam no respondió. 

Finalmente le aconsejaron que debería darle indirectas, o directas, o que simplemente debería ser él para demostrar lo lindo que era. Lo cual, dejó todavía más desconcertado a Hyunjin. Tuvo que quedarse analizándolo mientras Dahyun decía su "problema". 

—Mi problema es... —empezó— que no tengo amigas.

—Dubu, si tu eres de lo mejor, eh.

—Tío Bam, las chicas de mi salón no opinan lo mismo —se lamentó Dahyun, recordando cómo a veces, en especial esa tal Jimin, la miraba con asco. ¡Y eso que intentaba ser amigable con ella!—. Aunque... —sí había alguien que solo de vez en cuando le hablaba para preguntarle cosas pequeñas—, me agrada Momo.

—¿Momo? —Youngjae ladeó su cabeza— ¿Esa acaso no es estatua de Japón? Da miedo.

—No es tan terrorífica —dijo Jinyoung.

—¡No es la estatua!

Youngjae suspiró aliviado. Ya había pensado que su hija hacía rituales satánicos o algo por el estilo para comunicarse con aquélla estatua.

—Es una compañera, papá. Además, es la única que me habla..., más de lo que harían las otras.

—Ah, no te preocupes —Bambam cruzó las piernas—. Seguro mueren de envidia porque tú sí eres bonita y con estilo.

—¿Entonces por qué no tengo novio? —Dahyun formó un puchero—¡Hasta Amber tiene uno!

—Es que Amber tiene...

—¡Shh! ¡Shh! —interrumpió Hyunjin a Jinyoung con un siseo, pues veía peligro a la vista—. Ahí vienen.

Youngjae alzó su cabeza para verificar a quiénes se refería. Sin embargo, se hubiera quedado donde estaba, porque Jaebum no tardó en visualizarlo y sonreír como estúpido. Por lo tanto, se acercó. Pero no venía solo, sino con Mark y Yugyeom. ¿Acaso no les encargó de cuidar a Coco? Aquel que terminó siendo una cachorra en lugar de un cachorro.

❝Cuídalo Bien❞. [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora