capítulo 6.

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De todas las posibles alternativas que tenía en mente cuando Youngjae lo obligó a levantarse, no creyó que fuese esa última. Es decir, tuvo en mente que le haría asearse, vestirse con ropa limpia y, por lo menos, cepillarse. Pero al parecer Youngjae escogió otro vestuario, le puso gomina en el cabello y lo arregló de una forma... provocativa, por lo que notaba. 

—¿Y yo para qué quiero esto? —dio un vuelta sobre su propio eje, con una mueca—. No es muy cómodo. 

El rubio rodó los ojos, terminando de doblar las sábanas que estaban tiradas por el suelo cuando Jaebum se estaba deprimiendo. Eran aproximadas las ocho de la noche, por lo que seguramente Jin ya había salido del turno e ido a casa. Se giró, mirándolo de arriba abajo.

—Pero te ves bien, es el punto.

—Dime, ¿adónde iremos? Ya es tarde.

Youngjae lo tomó por los hombros, sacándolo de la habitación para llevarlo hacia la sala y guardar sus cosas.

—Iremos a un bar.

—¿Para qué? Estoy bien en casa.

El castaño lo miró con molestia. Se acercó hasta que sus rostros estuvieron a centímetros de distancia.

—Eres mi amigo, y lo último que quiero es verte así de deprimido.

—¡Es que... —iba a reprochar, pero Youngjae puso una mano en su boca para que se callara.

—¿Quieres ver la reacción de Bambam cuando le cancelan?

Jaebum analizó un poco sus palabras. No. Probablemente ambos despertarían sin miembro esa misma mañana si se atrevían a cancelar algo que, supuso, Youngjae había pedido.

—Bien...

—¡Genial!

Youngjae se apartó para abrir la puerta y pedirle que saliera primero, asegurándose de que no hiciera trampa.

Así pues, salieron de casa con el menor dirigiendo su paradero. Luego de unos diez minutos caminando y cruzando calles, logró diferenciar a lo lejos a Bambam, con su teléfono en manos mientras se tomaba una foto. Sonrió en cuanto los notó aparecer.

—Ey, cuánto tiempo.

—Sí, sí, también te extrañamos —Jaebum rodó los ojos.

—No dije que los extrañé.

—Y no has cambiado.

—¿Acaso quieres que cambie en meses?

El pelirrojo iba a continuar con la pequeña "discusión" que había empezado con el menor, pero Youngjae los detuvo. A pesar de eso, sí llevaba tiempo sin verlo y, siendo sincero con él mismo, sí había extrañado su extrema "modestia". Luego de un par de risas, siguieron su destino.

♦♦♦

El bar ciertamente no estaba muy lleno. Bambam decía que conforme pasaban las horas iban llegando más, así que era buen tiempo para ganar un espacio, no amontonarse y pedir bebidas.

—Iré por unos refrescos por mientras.

—No tenemos sed ahora —Youngjae frunció su ceño.

Bambam bufo, inclinándose sobre la mesa para hablar más cerca de ellos.

—¿Ven a ese mesero de allá? ¡Es tan guapo! Y yo lo conseguiré.

Ambos amigos se miraron entre ellos, poniendo los ojos en blanco y dejando que Bambam saliera corriendo hacia el susodicho. Era un chico alto, de cabellera purpura y con rasgos de niño. Pero a su amigo le había parecido sumamente sexi. Vieron como éste se acercaba, enredando un mechón de cabello en su dedo índice y sonriendo de forma coqueta.

—Parece increíbl-

Youngjae paro su habla con gracia hacia Bambam, cuando alguien más entró al bar. Jaebum volteó hacia el mismo lado, quedando confundido. El chico de gorra miró a su amigo, sonriendo al instante.

—¡Hey, Jae!

El rubio quiso hundirlo bajo tierra.

♦♦♦

Perdón si no actualizo seguido, pero las clases me tienen ocupada.

Gracias por seguir aquí❤.

❝Cuídalo Bien❞. [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora