capítulo 23.

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En realidad Jaebum había regresado bastante noche a casa. Encontrando a Youngjae dormido en su lado de la cama, caminó de puntas para despertarlo.

Estuvo pensando mucho en un momento que le pareció realmente efímero. «No lo pierdas» decía su voz interna. «Intenta entenderlo». Pero que él también lo entienda... su esfuerzo, las cosas que está dejando por estar tranquilo a su lado. Sin que haya todavía un poco de barrera de su parte. Jaebum dejó soltar un largo suspiro.

Se recostó a su lado, permitiendo que su mente continúe hablando. ¿Y si solo necesita un poco de apoyo? Posiblemente, de alguna manera, pueda encontrar esa forma de destruir ese muro. Como Jaebum quiere y ha querido siempre, desde las historias que le contaba su abuela: un amor inmarcesible.

—Youngjae —Susurró, asegurándose de que el aludido yacía profundamente dormido—, te voy a conquistar a como dé lugar —Lo abrazó, tratando de no lastimarlo y acariciando su vientre con parsimonia—. Lo juro.

Con el corazón a mil por ciento, Youngjae oyó hasta la ultima de sus palabras. Tragó saliva. Él también había pensado mucho, incluso sintió que su cabeza echaba humo por trabajar demasiado.

Solo entonces, lo decidió.

Aceptaría de nuevo. Sin condiciones. Permitiendo enamorarse nuevamente.







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Jaebum se levantó mucho más temprano esta vez, pues era cierre del mes y ganancias de las cuales mandar. Youngjae no se despertó ni cuando se despidió casi gritando y dándole un beso corto en su mejilla. Pensando que era demasiado tarde.

Por otra parte, el rubio (con el tinte ya cayéndose) tenía pocos ánimos de levantarse. Sabía de sobra que su... novio se marchó con anterioridad. No tenía idea de que hora era, hasta que tocaron su puerta. Con toda la fuerza que encontró, se puso de pie poco a poco, acomodándose su cabello despeinado en el proceso.

Cuando abrió, Bambam lo miró horrorizado.

—¡Estás fatal!

—Gracias, amigo. Nunca nadie me había dicho tal halago.

Se giró, permitiendo que entrara. Bambam cerró la puerta a su espalda.

—Ya, pero es verdad. ¿No te has dado un baño o algo así?

—No sabía que tenía que arreglarme antes de abrir la puerta.

Bambam soltó una carcajada. En cierta parte, tenía razón. Probablemente las ojeras de Youngjae eran notables, también las ganas de seguir durmiendo. Mantenía sus ojos cerrados e intentaba comprender lo que Bambam decía.

—... Pasar Navidad ahí, ¿eh? ¿Qué opinas?

—Ajá —Murmuró.

—¡Youngjae! —Saltó en su sitio, abriendo los ojos como platos y despertando de golpe— ¿Me hiciste caso? Estoy comentando algo sumamente importante.

—Perdón, perdón —Estiró sus brazos, emitiendo un sonido quejica—. ¿Qué decías?

Bambam bufó, pero volvió a repetirlo.

—Te decía que estaba planeando celebrar la Navidad en mi casa, ¿quieres?

—¿Y terminar en una orgía? No, gracias.

Bambam puso los ojos en blanco.

—No pasará nada. Irán solamente conocidos y pocos.

—Eso dijiste la última vez y, ¿sabes? Terminé enterado de que soy fértil.

❝Cuídalo Bien❞. [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora