capítulo 11.

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Estaba empezando a desesperarse. Es decir, ¿por qué cuando había decido superar a Jinyoung, su mejor amigo lo abandonaba? No entendía qué le había hecho para que Youngjae ni siquiera le hablara.

Hace un par de días lo encontró en el mercado mientras compraba algunas frutas para el desayuno. Jaebum se veía bien, bastante bien. Pero cuando lo vio, sintió pena de haber causado eso. Youngjae tenía ojeras a morir, su cabello rubio estaba desordenado y mal cuidado. Sus labios demasiado resecos. Por lo tanto, Jaebum se acercó a saludarle. Youngjae, en cuanto encontró su mirada, corrió lejos. Dejó lo que había escogido y salió.

¿Por qué? Continuaba preguntándose.

Jaebum terminó de revisar unos papeles en su oficina. Yoongi y Jimin habían salido antes, pues tenían una cosa entre ellos dos. No le molestó, porque le faltaba realmente poco, otra cosa es que su cabeza diera vueltas a pensamientos que no eran correspondientes para esos momentos. Se levantó cuando hubo guardado sus cosas y se coló el abrigo antes de salir.

—¿Aún te falta? —le preguntó a Namjoon. Éste negó.

—He terminado también, al parecer en un tiempo récord.

—Siempre sales después de mí. Será demasiado.

El platinado se encogió de hombros mientras se giraba a tomar, de igual manera, su suéter. Por la hora; sí hacía frío. Ambos compañeros salieron del alto edificio de la empresa Choi.

—Oye... —empezó Namjoon, sin mirarlo—. ¿Faltarás mañana?

Jaebum funció el ceño. ¿A qué venía eso?

—No lo creo.

—Cuando faltes... ya sabes, puedes mandar a un suplente.

Entonces comprendió. El día que faltó, Youngjae había llamado a alguien para que lo supliera. Pero, ¿quién era? Recordaba escuchar su nombre...

—Tranquilo, Nam, yo le digo a Jin que quieres volverlo a ver.

—¿Qué? Eso no... es verdad.

—Seguro —cantó burlón.

Tras éstos, Namjoon rodó los ojos. Cambiando de tema, lo miró por fin, sonriendo ladino.

—Hace mucho que no veo a tu amigo. ¿Cómo se llama? Ah, sí: Youngjae.

Jaebum apretó los puños. De acuerdo, Namjoon sabía jugar.

—Ah —suspiró—, no quiere verme.

—¿Por qué?

—No lo sé.

Se mantuvieron en silencio por unos segundos en los que continuaron caminando y solo se oían sus pasos por la acera en la noche. Al parecer Jaebum es demasiado despistado, pensó Namjoon, pues él fue testigo de cómo a Youngjae se le iluminaban los ojos cuando hablaba con el pelirrojo. Y cuando éste aparecía con su ex-esposo, su sonrisa se volvía forzada.

—Deberías ir tú.

—¿Eh?

—Ya sabes lo que dicen —se detuvo—: si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña.

Entonces un foco se prendió dentro de la mente de Jaebum. ¡Claro! Él podría ir a hablar con Youngjae, estando ahí no lo echaría puesto que su casa estaba a una distancia bastante lejos.

—¡Gracias! —lo abrazó, sintiendo como el cuerpo ajeno se tensaba—. Mañana no vendré y enviaré a Jin para que cubra mi puesto.

Aseguró. Si no fuese por el frío que hacía a esas horas, hubiera notado su rubor.

—Uhm sí, de nada. Aquí me quedaré.

—Te cuidas —Jaebum sonrió como despedida.

Por el camino fue intentado reflexionar sobre todo lo sucedido. Estaba decidido, superaría a Jinyoung a como dé lugar, sin duda. Ahora pasaría su tiempo libre en algo de provecho (que no sea el trabajo) puesto que se mantendrá así mismo. Si su madre estuviera viva, estaría orgulloso de él.

Recordó cuando fue su boda, cómo un "estaré contigo" fue dibujado en sus ojos. Pero sus pensamientos fueron desviados a la cuestión de por qué Youngjae desapareció a mitad del festejo. Recordaba haberlo visto en la iglesia, pues antes de pronunciar el "sí acepto", volteó a sonreír. Pero, ¿qué hubo en esa sonrisa que fue devuelta? Ni siquiera llegaba a sus ojos.

Jaebum era un estúpido, lo tenía claro ahora. Golpeó su frente con la palma de su mano cuando se dio cuenta. De igual manera, ¿cómo iba a darse cuenta que su mejor amigo estaba enamorado de él si sus ojos pertenecían a otra persona?

Iba tan centrado en regañarse a sí mismo, que no se dio cuenta de la persona que caminaba por delante hasta que chocaron.

—Oh, lo siento...

Levantó la vista. Justo la persona que no había visto hace unas semanas, ahora con su cabello teñido de morado.

—No te preocupes, Mark.

El chico sonrió. Joder, ¿así de bastardo era? Después de haber hecho lo que hizo.

—Bien. Hace mucho que no te veía, Jaebum. ¿Tanto trabajo, eh?

No sabía por qué, pero esas palabras las oyó en burla. Y le molestó. Vaya que le molestó.

—Sí, ya sabes. No tengo tiempo de andar por ahí, conquistando algo con propiedad.

—Pues que mal... seguro que Youngjae se le ocurre algo para sacarte. Como eres importante para él.

Jaebum sonrió forzadamente.

—Ya lo creo, no por algo es mi mejor amigo.

—También, pobre de él.

El pelirrojo apretó sus puños. Estaba conteniéndose para no soltarle un golpe.

—Ajá. ¿Ibas de casería otra vez?

—¿"Otra vez"? Oh, Jaebum —Mark rió—. Yo solo aproveché la oportunidad para conquistar a la persona que siempre quise.

—Mira, hijo de-

—¡Mark! He encontrado los cereales que queríamos y... ah, hola, Jaebum.

El paso que había dado, dispuesto a tomarlo por el cuello, fue retrocedido en cuanto Jinyoung llegó.

—Hola —murmuró—. Fue un gusto volverte a ver, moradito. Ya me voy.

—Lo mismo opino.

Jinyoung no se creía para nada esas miradas amables, sabía que había pasado algo y, caray, se sentía demasiado culpable. Pero ya no podía hacer nada más. Era tiempo de disfrutar...

—Nos vemos, Jaebum —se despidió. Luego Mark lo tomó de la cintura para alejarse.

Entonces Jaebum corrió lo más que pudo hacia su destino: el departamento de Youngjae.

Esto no podía continuar así.

•••

Siendo sincera, no había actualizado por estar escribiendo el otro fic 2jae 👀. Será publicado pronto.

¡Gracias por leer! 💜

❝Cuídalo Bien❞. [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora