CAPITULO I

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"So kiss me where I lay down, my hands press to your cheeks"

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"Luka, precioso, por favor, tenemos que irnos".

Violetta corría por toda la casa en busca de sus llaves, su cartera, sus zapatos y abrigos para Luka y ella. El pequeño alfa corría tras ella sin entender.

"¿Violetta?"

"Dime, bebé"

"Hambre"

"Oh, Luka, lo siento tanto" Se detuvo arrodillándose para quedar a su altura "Te prometo que de camino compramos desayuno" Juntó sus frentes dejando un beso en la punta de su nariz.

Una vez abrigados y con todo listo salieron de casa, la omega se aseguró de que el alfa menor estuviera caliente y cómodo, tomaron un taxi y fueron a su destino.

La cosa iba así:

Hace 2 años, la madre de Violetta murió debido a un lazo roto, su padre la abandonó al crear un lazo con otra omega. Veía a su madre consumirse día a día hasta volverse nada. Luka era su único hermano, alfa de nacimiento y ni él logró llenar el vacío del corazón de su madre. Desde entonces Violetta está a cargo de su hermano.

Lograron rentar un departamento, fue difícil ya que era una omega y la sociedad estaba tan en contra de que los omegas sean independientes. El lugar era pequeño, nada lujoso, pero los mantenía a salvos del frío, de las lluvias y ahora de la nieve.

Violetta no tenía pareja, ni hijos, tampoco amigos, ni una mascota.

Pero Luka hacía que su existencia y su sacrificio diario valgan la pena, anhelaban irse a vivir al Norte, lejos de todos aquellos que por la calle los miraban de mal gusto.

Llegaron a un quiosco en donde Violetta vendía flores es macetas. En los inviernos era un poco complicado ya que pocas eran las flores que sobrevivían a la nieve, y entre ellas se encontraban las violetas, los tulipanes y las delias. Todos los días se encargaba de arreglarlas, cuidarlas, regarlas e incluso hablarles.

En el quiosco tenía una silla acolchonada que había podido comprar con su primer sueldo, ahí era donde mantenía a Luka durante su turno, jugaba con sus juguetes, tomaba siestas, o tomaba macetas pequeñas y las acomodaba en su regazo para oler las flores.

A Luka le encantaban las violetas, todo lo que tuviera ese color, y su olor le hacía pensar en su cama o en chocolate caliente.

Violetta estaba atendiendo a un cliente que deseaba regalarle unas cuantas flores a su amada omega. Buscó los mejores tulipanes, las cortó y las armó en un ramo amarrándolas con un listón y se las entregó.

"Gracias muchacha". Sonrió con amabilidad y se inclinó un poco hacia adelante.

"Muchas gracias por su compra". Devolvió la sonrisa.

Miró durante un momento la nieve, se acercaba Navidad y quería comprarle algunos regalos a Luka, también arreglar la calefacción del departamento ya que la noche anterior se habían congelado, tuvo que llevar a Luka al auto y encender la calefacción.

"¿Todo bien por ahí? ¿Qué opinas de las violetas hoy?"

Se puso de rodillas, tomando una de sus manitos y dejando pequeños besos en sus nudillos.

"Rico"

"Huelen muy bien". Se alertó un poco al darse cuenta que Luka miraba por encima de su hombro.

Un cliente.

Se levantó rápidamente acercándose para poder atenderlo poniendo su mejor sonrisa.

"¿Crees que pueda obtener todas las violetas que tengas?"

Era un alfa... puro.


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Los capítulos no serán tan cortos como este, pero por ser el primero, decidí dejarlo así. 

Nos vemos en el siguiente.

Besos.

Invierno de ViolettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora