CAPITULO IX

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"Déjame tomar tu mano, te haré bien. Juro que te amaré toda mi vida. Aguanta, aún te necesito"

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El día era realmente bonito, la nieve había caído durante la madrugada y ahora solo quedaban rastros en el suelo y en las hojas de los árboles, incluso el sol hacía un amague de querer salir.

Iban de camino al parque, Kaleb había tenido una seria conversación con el pequeño, en donde le explicaba lo importante que es relacionarse con más niños, a Luka no le pareció muy buena idea, pero tomó la decisión de ir al parque.

Y ahí se encontraban, la omega rogando en voz baja que Luka pueda encontrar a un niño con quien pueda jugar y no se aburra. Se sentaron en una banca y el pequeño caminó a pasos lentos donde estaba una pequeña niña intentando hacer un muñeco de nieve.

"Estará bien, tranquila". Kaleb sonrió mirándola.

"¿De dónde eres? Claramente no eres de Seattle"

El alfa negó con la cabeza mirando hacia al frente.

"Soy de Anchorage, Alaska"

"Del norte". Susurró pensando en las tantas conversaciones que había tenido con Luka sobre vivir al norte del mundo. "¿Qué hay de tu familia?"

Kaleb pensó en mentir, pero simplemente no podía.

"Viven en Anchorage. Mis padres y mis hermanos"

"¿Cuántos hermanos tienes?"

"Tengo dos hermanos. El mayor se llama Ibrahim, y la siguiente se llama Lydia"

"¿También son lobos?"

El alfa sonrió y la miró. Hoy no había agarrado su cabello, por lo que ciertos rulos caían sobre su rostro.

"¿Cómo sabes que soy lobo?"

"Pues porque... tu olor es diferente y eres grande"

Estaba muy nerviosa y era cierto, Kaleb nunca había mencionado que era lobo puro.

El alfa estiró su mano agarrando la de Violetta, las miró notando la gran diferencia de tamaño. La llevó a sus labios dejando un beso en los nudillos.

"Si, toda mi familia es de lobos puros. Cuéntame de la tuya, omega"

Los labios de Kaleb eran muy suaves, aun recordaba cuando estos habían tocado los suyos.

"Mi padre es de aquí junto a su familia. Mi abuela pertenecía a una manada de Turquía, tuvo a mi madre, pero tuvieron que mudarse... Mi madre nació mitad lobo"

"Tienes descendencia de lobos puros"

"Le he enseñado a Luka varias palabras en turco, mi abuela me enseñaba todo el tiempo"

Kaleb asintió, al parecer la omega guardaba mucho amor hacia su abuela. Violetta suspiró llevando un mechón de su largo cabello detrás de su oreja.

"Mi madre era muy buena, amorosa, responsable. Estoy intentando darle todo eso a Luka, solo". Hizo una pausa observando al pequeño aun tímido jugando con la nieve. "Se consumió ante la ausencia de su alfa. Nunca pude entender como en dos meses la tristeza y la desolación acabó con su vida". Terminó en un susurro.

Y sí, Violetta tenía un dolor muy grande en su corazón, su madre no fue la única que perdió a alguien cuando su alfa se fue. Violetta perdió a su otra mitad, sintió un lazo roto también, uno de amor, de unión, pero tuvo que ser fuerte, por él, por ese pequeño alfa de ojos brillantes y sonrisa con hoyuelo. 

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Luka realmente ya no quería caminar, era la primera vez en varias semanas que salía de casa y sus piernas dolían. Violetta quiso cargarlo, mas Luka estiraba sus pequeños brazos hacia Kaleb.

Invierno de ViolettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora