"I've been running through the jungle, I've been crying with the wolves to get to you"
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Ahora que estaban los tres alfas dentro del auto es que a Kaleb le pegó la realidad, sabía muy bien que cuando todo esto acabara su familia tendría muchas preguntas.
Tenía su vista fija en la carretera, le había costado despedirse de Violetta, abrazarla, marcarla con su olor y prometer que Luka estaría de regreso en sus brazos.
Y ahora que lo pensaba mejor, se culpaba a sí mismo ya que nunca debió confiar en un extraño para cuidar del pequeño.
Estacionó frente a una casa de una planta, los lobos bajaron del auto olfateando el aire, pero no olieron nada raro. Caminaron a paso rápido deteniéndose en la puerta.
"¿La tumbamos o qué?". Ibrahim preguntó.
"Adelante"
Ibrahim sonrió de medio lado tomando impulso y lanzando una patada que hizo que la puerta se abriera.
Silencio.
Jabel recorrió la sala con la mirada, las cosas estaban perfectamente acomodadas, se miraron y cada quien tomó una dirección diferente.
El alfa mayor registró la sala, olfateó, movió, tiró, incluso levantó la alfombra comprobando que no hubiera sótano, sin embargo, no encontró nada.
Ibrahim se encargó de la cocina, registró las planillas, la refrigeradora, la cocina, la ventana, mas no tuvo resultados.
Kaleb fue por la habitación, abrió la puerta encontrándose con la cama tendida, la luz de la lámpara encendida reflejando el foco haciendo algo brillar en el piso. Caminó hasta el velador y se arrodilló encontrándose con una llave, era la llave de una puerta sin un código. En Seattle cada llave tenía un código, aquel código se encontraba registrado en los documentos de las autoridades de la ciudad dando la dirección exacta de la casa en donde estaba la puerta correspondiente a la llave. Y eso solo significaba una cosa:
No estaban en Seattle.
Su corazón latía muy fuerte, se enderezó con la llave en sus manos y la guardó en su bolsillo. Se sentó en la cama inspirando hondo, olía suavemente a Luka.
"Desgraciado". Cerró los ojos y suspiró. "Te encontraré"
Se levantó y caminó fuera de la habitación, dos pares de ojos lo miraban atentamente. Su manzana de adán se movió de arriba hacia abajo y se remojó los labios.
"Es hora". Susurró y los alfas asintieron en respuesta.
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Al llegar a casa el primer grupo ya estaba ahí, sentados en el piso. Cuando abrieron la puerta todos giraron su cabeza para mirar a los alfas.
"Es hora de irnos".
Todos soltaron el aire que estaban conteniendo en sus pulmones, Violetta fue la primera en reaccionar poniéndose de pie y caminando hasta Kaleb.
"Yo iré". Dijo firme.
El lobo agarró una de sus manos y tiró de ella acercándola a su pecho, dejó un beso en su cabello.
"Claro que irás, pero necesito que te quedes conmigo, por favor". Rogó con la voz cansada y recibió un suave susurro afirmativo por parte de la omega.
"No están en Seattle". Ibrahim se cruzó de brazos recostándose en la pared, por primera vez Violetta logró verlo bien.
Tenía el cabello color chocolate, muy parecido al de Kaleb, pero no tenía rizos. Tenía los ojos del mismo color de su cabello, pero mucho más claros, era alto, de postura imponente. Tal vez todos los lobos eran así.
"Creemos que están a las afueras, pero del lado sur, hay algunas casas por ahí. Podría estar en una de ellas". Jabel abrazó a Estela, y dio un beso en su mejilla.
"¿Iremos como lobos?"
"Si, pero debemos irnos ahora. Aún tenemos tiempo antes de que caiga el sol y el camino nos tomará treinta minutos". Todos asintieron.
Irían todo menos Estela, ella cuidaría de Camelia mientras los lobos se ocupaban de rescatar a Luka, le preocupaba que Violetta vaya, pero no podía hacer más que entenderla, ella sería capaz de dar su vida por sus cachorros y por su alfa.
Jabel agarró el rostro de su compañera entre sus manos y besó sus labios, con la silenciosa promesa de que volverían con el pequeño a salvo.
Estela fue rodeada por cinco pares de brazos más transmitiéndole amor, seguridad y paz.
Violetta preparó una maleta en donde metió abrigos y cobijas para cubrir a su pequeño cuando lo encontrase.
Cuando estuvo lista tomó la mano de Kaleb y lo siguió con cuatro lobos más al auto.
Condujeron durante veinte minutos hasta la entrada a los bosques del sur de Seattle. Antes de bajar Kaleb les pasó a todos un suéter de Luka, lo olieron y memorizaron su olor. Todos salieron del auto con el viento golpeando sus rostros. Se miraron entre ellos y Kaleb quiso llorar al sentir la conexión con los suyos nuevamente.
Violetta suspiró y mordió su labio evitando las lágrimas, lloraría todo lo que quisiese luego de tener a Luka con ella.
Kaleb apretó su mano mirándola, sonrió tranquilizador.
"Falta poco"
Violetta asintió y soltó su mano, sabía lo que venía a continuación. Los cinco lobos tomaron impulso.
"¿Listo otra vez, hermanito?". Lydia sonrió soltándose el cabello de la coleta.
"Creo que ya olvidó correr como lobo". Ibrahim se movió impaciente.
"Cierren la boca". Kaleb negó con la cabeza sonriendo.
"La verdad siempre lo pone así". Jabel le guiñó el ojo y dio la voz de mando.
Todos corrieron y saltaron tomando su forma de lobo en el aire, los pedazos de su ropa cayendo al piso en sonidos sordos y sus patas aterrizando sobre el pasto.
Kaleb se acercó a Violetta y agachó la cabeza la cual fue acariciada por un suave mano. Se inclinó lo suficiente para que la omega trepe en su lomo, y le hizo señas para que lo haga.
Violetta se acomodó y acomodó su bolso para no botarlo en el camino. Se sentía todo tan irreal, estaba rodeada por cuatro lobos y trepada en el quinto, e iban a correr por todo el bosque en busca de Luka.
Jabel se colocó al frente y dio los primeros pasos ladeando la cabeza dando paso a que todos corran.
Violetta se sujetó muy bien del alfa agachando la cabeza para no golpearse con las ramas de los árboles, eran muy veloces, el olor a bosque inundaba sus sentidos. En un punto salieron lágrimas de sus ojos, quería tanto ver a Luka, olerlo, besarlo, abrazarlo.
Saltaban troncos caídos, esquivaban ramas, se movían con una agilidad impresionante, con un solo objetivo. Fueron disminuyendo la velocidad conforme iban avanzando más adentro. Hasta que Lydia se detuvo abruptamente y todos tuvieron que parar observándola.
Vieron a la omega inspirar hondo y sacudir la cabeza.
Quiere que la sigamos.
Doblaron todos hacia la derecha, siguiendo a Lydia. Se detuvieron frente a una pequeña casa rústica.
Luka.
Olía a Luka.
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Holaaaa! Felíz sábado! Aquí está el capítulo QUINCEEEE!
Disfrútalo mucho tanto como yo <3
¿Será que encontraron ya a Luka? :(
Jabel, Lydia y Kaleb en multimediaaa <3
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Gracias infinitas, tu apoyo siempre será mi impulso <3
Nos vemos en el siguiente cap! Besos.
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Invierno de Violetta
Fiksi IlmiahLa nieve había llegado a Seattle y el alfa no quería que el invierno toque a su Violetta.