CAPITULO XXVII

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Antes de leer el capítulo, algunos al parecer leyeron solo el capítulo 26, dado que fue doble actualización la última vez y Wattpad los mandó directamente al 26, si eso pasó contigo, ve a leer el 25 y continúa en orden la lectura.

Te amo.

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Sonrió con los ojos cerrados, se dio la vuelta lentamente y miró los ojos de Kaleb. Estaban de un verde muy brillante, vidriosos, sus labios entre abiertos y sus manos instaladas en la curva de su cadera por debajo de su abrigo.

Juntaron sus labios en un tierno beso, levantó sus brazos rodeando su cuello y se puso de puntillas dando un mejor balance al beso.

Sentía el calor emanar del cuerpo del alfa, y su olor se hacía más fuerte a cada segundo que pasaba, sus manos curiosas estaban quitando las prendas sobre su cuerpo y ayudando a quitar las que estaban en el suyo.

Violetta perdió la noción del tiempo, había oído muchas historias de amor, había visto muchas películas románticas y leído libros del mismo género, e incluso ciertas veces con sus amigas de la secundaria habían tocado el tema sobre acostarse con chicos. Pero, ella se negaba a creer que todo era sexual y pervertido, guardaba la esperanza de que el día que encontrará a su alfa, su primera vez sería inolvidable.

Y aunque desde que cuidaba a Luka, esos deseos y esperanzas habían quedado enterrados, pero ahora se daba cuenta de que no estuvo equivocada al creer que el amor aún existía entre una pareja.

Sentía a su omega desesperada por entregarse a su compañero finalmente. Y el deseo era palpable en ambos, la ternura con la que manejaban la situación hacia que el corazón de ambos latiera a un ritmo incontrolable.

Extrañamente la mezcla de sus aromas era lo mejor que el alfa había olido en toda su vida, incluso podría asegurar que olía un poco mejor que las violetas.

La sensación de estar junto a su omega, la necesidad latente en sus manos al tocarla, al besar cada rincón de su cuerpo, lo tenía al borde de la locura.

Y cuando el cuerpo de Violetta fue azotado por un corriente que hizo temblar cada una de sus extremidades, pasó.

Kaleb escondió su rostro en el cuello de la omega, abrió su boca y hundió los colmillos, rasgando la piel, cortando todo lo que se interpusiera en su objetivo.

Violetta ardió, sintió el fuego en todo su cuerpo, especialmente en donde sentía los colmillos incrustados de su alfa.

Gritó de dolor, lágrimas inundaron sus ojos. Se sostuvo de la espalda del alfa encima de ella, sollozando y tratando se respirar con calma, pero Kaleb seguía penetrando su piel hasta que la sangre salió.

Kaleb se despegó de su cuello y empezó a lamer la herida. El alfa reclamando a su nueva compañera, oía los sollozos de su omega, pero estaba muy concentrado limpiando la marca.

El calor se dispersó en ondas dentro del pecho de la omega.

Lo sentía.

Sentía la protección, el amor y la seguridad del alfa dentro de ella. Eso hizo que una pequeña sonrisa se dibujara en su rostro llenó de lágrimas. Esta vez pudo respirar mejor, cerró los ojos y se dejó llevar por lo tranquilizadoras que eran las lamidas del alfa en su cuello.

"Mi omega, mía". Su voz estaba muy ronca. "Mía"

Violetta quería llorar, estaba tan llena, y descubrió que la voz de su alfa tenía cierto efecto en ella.

"Alfa". Susurró con la voz rota.

Aquello era lo más maravilloso que había sentido en toda su corta vida.

Invierno de ViolettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora