"La luna está llena de miradas que se perdieron buscando una respuesta"
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"Yo quisiera ya ser el Rey". Luka cantaba en susurros mientras caminaba agarrado de la mano de Kaleb. "Usted y yo". Silencio, pareció pensarlo y continuó "De cara a cara hablar"
"¿Cuánto tiempo estará tu familia?"
Violetta caminaba con las manos metidas en los bolsillos de su abrigo, el día estaba muy frío. Ni la bufanda en su cuello le ayudaba.
"Espero que mucho"
Asintió.
"Mis hermanos han pensado en hacer una especie de pijamada en casa hoy, me preguntaba si Luka y tú quieren ir"
"Es algo familiar, no quiero que se incomoden"
Kaleb sonrió y la miró.
"Por favor, me lo han rogado toda la noche y Lydia prometió no hacerme parte si no te convencía de ir"
Luka levantó la mirada al oír el nombre de la omega.
"¿Tía Lylia va a estar?"
Ambos lo miraron con un poco de confusión.
"¿Tía?". Dijeron dos voces al mismo tiempo
El pequeño puso una dulce sonrisa en su rostro muy grande y continuó cantando en susurros.
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"¿Lylia?"
La omega se arrodillo hasta estar a la altura del pequeño y puso toda su atención en él.
"Dime, cariño"
"¿Me puedes dar un poco de chocolate caliente?". Agachó su rostro jugando con sus manitos.
La omega sonrió pensando en lo tierno que era el pequeño, y en lo mucho que se parecía a su madre.
"Claro que te daré, cielo". Luka alzó su rostro y sonrió sin mostrar los dientes, pero si su hoyuelo. "Pero antes hay una pequeña regla"
"¿Re... gla? ¿Qué es?". Ladeó su cabeza confundido.
"Normas y mandatos que debes cumplir y blah blah". Movió su mano restando importancia. "¿Puedes llamarme tía? soy hermana de tu padre"
"Hermana de baba. Tía... Tía Lylia". Esta vez sí sonrió.
"Eso es, pequeño". Lydia aplaudió emocionada y se levantó a servirle una taza con chocolate caliente.
Luka la tomó y se inclinó un poco haciendo una reverencia de agradecimiento y Lydia no podía estar más encantada.
"Evan, amor, escucha esto, tengo un sobrino". Salió de la cocina en busca de su alfa.
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Habían conseguido un parque cercan al consultorio médico, estarían ahí la media hora que faltaba para la cita de Luka, el pequeño se encontraba agachado mirando a una iguana muy de cerca, Violetta solo lo veía susurrar y luego mover la cabeza de un lado a otro, soltando risas cuando la iguana lo imitaba.
"Tengo una pregunta para ti"
"Te escucho, ást"
Violetta se acomodó mirándolo de frente y sonriendo un poco al verlo apoyado en sus dos brazos con los ojos cerrados disfrutando de la brisa.
"¿Me mirarás todo el día?". Abrió un ojo al escuchar la risa de Violetta.
"Bien, bien. ¿A qué te dedicas?". Se aclaró la garganta. "Digo, es que pasas cinco de siete días a la semana con nosotros, y los otros dos apenas te comunicas"
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Invierno de Violetta
Science FictionLa nieve había llegado a Seattle y el alfa no quería que el invierno toque a su Violetta.