CAPITULO XXIX

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"Baba, regresa rápido". Luka hizo un puchero con sus labios enredando sus brazos en el cuello del lobo. "Por favor..."

Kaleb cerró los ojos dejándose envolver por el suave olor del pequeño alfa en sus brazos. Llevaba consigo un bolso en donde guardó ropa, su identificación, su celular y cosas de suma importancia para hacer los trámites lo más rápido posible, lo pondría en su cuello al momento de transformarse para que esté seguro enredado en su cuerpo durante el viaje.

Regresó al pequeño al suelo, dándole besos en todo su rostro y marcándolo con su olor. Se enderezó mirando a la omega cruzada de brazos con la mirada en el suelo. Podía sentirla, su angustia y preocupación clavada en su pecho.

"Mi preciosa omega". Caminó hasta ella extendiéndole una mano. "Dulce flor, ven aquí"

Violetta alzó sus ojos con lágrimas brillando en ellos y se enredó en los brazos de su alfa inspirando hondo en su hombro.

"Lo siento-o, solo..."

"No, shh, está bien". La sostuvo un rato más calmándola con susurros de amor. "Necesito que estés bien, así podré viajar tranquilo y no regresaré corriendo hacia ti"

"Tienes que regresar a mí". Apretó más sus brazos sobre el torso de Kaleb. "Yo... estaré bien, habla conmigo siempre"

"Lo haré, mi amor, lo haré". La alejó suavemente sin soltarla, besó sus labios con una sensación punzante en su corazón, pero no dejaría que el miedo tenga lugar en él.

"Kaleb...". Conectaron sus ojos, la omega hizo puños sus manos en la desgastada ropa que llevaba el alfa. "Te amo"

La sonrisa del alfa era preciosa, dimples adornando sus mejillas.

"Te amo". Besó su mejilla. "Te amo yo a ti". Besó sus labios nuevamente. "Ástin mín... Frelsi mitt"

.

El viaje había sido peor de lo que había imaginado, New York estaba en su temporada caliente húmeda, mientras Seattle muy fría. El cambio de temperatura había afectado considerablemente su sistema inmune. Por primera vez sentía que su calor corporal lo estaba sofocando, probablemente tenía mucha fiebre, sus ojos lagrimeaban cuando el viento azotaba su rostro. El bolso seguía bien sujeto a su cuerpo, era un peso insignificante, por lo tanto, no le molestaba.

Siempre fue reconocido en Anchorage por su velocidad, pero en ese momento la fiebre estaba atacando queriendo que bajara su guardia, su cuerpo gritaba descanso, pero no podía darse ese lujo. Llevaba una hora y media corriendo por el bosque, estaba cerca, solo faltaban diez minutos y estaría en la frontera. El lazo punzaba en su pecho, su sentimental omega debe estar llorando y muy asustada, pero él lo prometió, y un lobo jamás rompe sus promesas. Tenían algo que se llamaba honor.

Gruñó al sentir una rama con punta lastimar la base de su pata trasera, no se preocupó, una de las cualidades de los raza pura, era la sanación inmediata. Estaría ileso al volver a su forma humana.

Llegó finalmente a la frontera, encontrándose con una garita de guardias y militares, redujo su paso caminando lentamente hacia ellos. Tenía que anunciar su presencia con ellos, de lo contrario se tiraría varios problemas encima.

Uno de ellos lo vio agrandando los ojos, retrocedió dos pasos intentando hablar, mas ni una palabra salió de su boca. Kaleb bajó la cabeza en señal de calma, se sentó descansando un momento sobre sus patas, pero en cuando su cuerpo dejó de estar en movimiento sintió una corriente fría a través de sus huesos haciendo que se recueste en el suelo.

"Ca- capitán". Gritó el soldado corriendo hacia Kaleb, supo de inmediato que era un lobo del norte. "Es- es un lobo... Un lobo de verdad"

Kaleb lo miró fijamente haciendo temblar al pobre hombre que volvió a retroceder dejando al lobo transformarse en humano nuevamente.

"¿Qué pasa, Demitri?"

"Este hombre, ha venido en forma de lobo desde el bosque". Señalo a Kaleb que estaba buscando ropa en su bolso para no presentarse de forma tan... transparente. "Seguro ha cruzado la frontera"

"Wow, un lobo puro"

Kaleb consiguió ponerse una camisa, ropa interior y un pantalón. Se puso de pie sacudiendo su ropa, quedó frente a ellos e inclinó la cabeza en saludo.

"Buen día. Y sí, es correcto, he cruzado la frontera desde Seattle hasta aquí"

"Necesito tus papeles, hijo. Acompáñanos hasta adentro, por favor"

Entraron a la garita, Kaleb presentó sus papeles, explicó el motivo de su visita, le prestaron el baño y lo dejaron marchar hacia la ciudad.

No había una ley que prohibiera a los pocos habitantes lobos puros que cruzaran fronteras en su forma de lobo por el bosque, penado era que no se reportaran al llegar a una ciudad o pueblo nuevo. 

Se apresuró adentrándose a la ciudad, lo primero que hizo fue a ir a la Institución correspondiente a realizar los trámites, no fue mucho el tiempo que demoró en hacer fila, en realidad solo había quince personas en todo el lugar. Lobos, cuando cruzó la mirada con cada uno de ellos pudo sentir un cosquilleo familiar en la punta de sus dedos.

Alquiló una habitación en un hotel que encontró cerca, se dio un baño y luego llamó a Violetta.

"Alfa". Sonrió cerrando los ojos, estaba cansado.

"Hola, mi omega". Oyó un quejido del otro lado de la línea, llevó una mano a su pecho sintiendo la falta de ella.

"¿Estás bien? ¿Estás lastimado? ¿Te dejaron entrar?". Rio por la nariz al oírla. "¡No te rías, alfa!"

"Estoy muy bien. Vine a un hotel a esperar la llamada de los encargados, creo que será más pronto de lo que imaginamos". Suspiró. "Te echo de menos"

"Yo a ti, mi amor. Luka está dormido, me dijo que en cuanto llames te salude de su parte"

"Volveré pronto. Y nos podremos ir" Apretó el celular en sus manos.

Se quedó dormido un par de horas hasta que su celular sonó con un número desconocido.

"Hola". Su voz sonaba ronca por el sueño.

"Buenas tardes, llamamos para indicarle que sus papeles de residente legal en el país están listos en físico. Puede pasar por la Institución a retirarlos cuando deseé. Que tenga un buen día"

"Muchas gracias"

Recogió sus cosas y en menos de media hora tuvo sus papeles en mano. Se hidrató muy bien, comió lo necesario en un restaurante que encontró cerca. Volvió a la garita de los guardas para anunciar su retirada por la frontera.

Y corrió en su forma de lobo.

Ahora solo quedaba la siguiente parte. Rezar para que los dejaran entrar a Anchorage.

☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆☆
Holaaaaa!

Sisisisisiiii, tardé mucho, lo siento tanto :c

Quedan 3 capìtulos para el final :')

Nos vemos en el siguiente cap! Besos!

Invierno de ViolettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora