CAPITULO XI

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"I'll be your light, you'll never feel like you're alone, I'll make this feel like home"

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Kaleb se alistaba para ir a la colina, hoy sería la última noche del año y debía recibir a la luna nueva. Aunque ya no se encontraba dentro de la manada, la tradición y respeto no cambiaba.

Llamaría a Violetta en la mañana para desearle feliz año.

Hizo el mismo recorrido que todos los años a pie, con las manos en el bolsillo de su abrigo y su cabeza en alto. Llevaba un bolso donde había ropa de repuesto.

Al entrar al bosque tomó impulso y corrió hacia un árbol, su cuerpo convirtiéndose en el aire, regresó tomando el bolso en su trompa y adentrándose más por lo arbustos. En Anchorage alguna vez fue felicitado por su velocidad, así que en un corto tiempo llegó a la colina.

Una vez arriba caminó a paso lento viendo las estrellas en el cielo, eran casi las doce. La luna estaba ubicada a un lado del cielo, llena, brillante, majestuosa, reflejándose en el largo pelaje de su cuerpo, reflejándose en sus ojos.

Y lo sintió, sintió en su corazón el lazo familiar palpitando con fuerza. Sus ojos se llenaron de lágrimas y se inclinó hacia la luna mostrando su amor y respeto.

Este ritual de bienvenida a la luna llena que los lobos hacían cada año en el último día, ayudaba a fortalecer lazos, creían firmemente que la luna y un ser más poderoso de lo imaginable eran los proveedores de la sabiduría, la audacia y la inteligencia que cada lobo necesitaba en su vida.

Sin embargo, Kaleb estos últimos seis últimos días del año lo había hecho con el simple deseo de sentir a su familia cerca.

Y con la emoción a flor de piel, desde su pecho creció un sonido. Elevó su cabeza con su trompa hacia la luna y aulló. Una y otra vez, hasta que el dolor fue lo suficientemente fuerte y lo tumbó al piso.

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Se encontraba toda la familia reunida. Cinco lobos en el patio de su hogar, esperando la hora exacta para hacer el ritual juntos.

Cuando todos se miraron, sabían lo que ocurría, lo sentían vibrar en su interior. Se reunieron en el centro del patio inclinando su cabeza hacia el cielo.

Los cinco al mismo tiempo elevaron su cabeza con sus trompas en lo alto dejando salir el aullido desde su pecho. En toda Alaska se escuchó una melodía cantada por lobos, lobos felices. Familias unidas y amores restablecidos.

Al terminar Kaleb se acercó a su madre sobando su cabeza con la ella con los ojos cerrados, ella  tenía el mejor olor que alguna vez ha existido. Su madre lamió su rostro con mucho cariño. Toda la familia se juntó a ese momento, siendo complacidos e iluminados por la luna que resplandecía en lo más alto del cielo haciendo brillar sus pelajes.

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"Feliz año, omega"

Kaleb brillaba. Sus ojos eran de un verde mucho más intenso, su piel blanca resaltaba y se veía aún más clara de lo que era, su cabello caía en rulos por sus hombros y definitivamente su olor era irresistible.

Tanto que Violetta se encontró tartamudeando en busca de alguna frase que tenga sentido.

"Hmm, si, hola". Kaleb rió llevando una mano a su mejilla acariciando la zona.

"¿Me dejarás pasar?"

"Oh, claro, pasa, pasa". Abrió la puerta completamente dejando al alfa entrar a casa con una risa nerviosa. "Luka está..."

La velocidad en la que el pequeño corría hizo que su cuerpo se balanceará y cayera al piso antes de llegar a su objetivo.

"Ahí"

Antes de que el llanto de Luka se llevara a cabo, Kaleb ya lo tenía sujeto en sus brazos meciéndolo mientras el pequeño recostaba la cabeza en su hombro inspirando su olor.

"Buenos días, pequeño alfa"

Luka se separó de Kaleb agarrando su rostro entre sus manos.

"Hola, baba"

Violetta miró con mucha sorpresa a Luka e intercaló su mirada a Kaleb, no vio alguna reacción extraña en su rostro. ¿Kaleb sabrá el significado de "baba"?

"¿Bebé?"

Captó rápidamente la atención del pequeño, y la de Kaleb por supuesto.

"¿Puedes buscar lo que dibujaste para Kaleb?"

El alfa instantáneamente lo colocó en el piso, el alfa menor inclinó su cabeza hacia su madre y corrió en busca de lo pedido.

Ambos fueron a sentarse en el sofá, la omega tomó aire para hablar.

Pero como siempre, alguien fue más rápido.

"Es la segunda vez que Luka me dice 'baba'. ¿Me dices que significa?"

"Papá"

Kaleb arrugó las cejas confundido.

"Significa 'papá', se la enseñé hace casi un mes".

"¿Luka me dice papá en otro idioma?"

Violetta soltó una risa haciendo a Kaleb sonreír, le gustaba, le gustaba esa omega de cabello negro, de ojos color miel, de manos frías y mejillas sonrosadas. Y le gustaba su olor, podría acostumbrarse a él y amarlo más cada día.

Luka volvió con una hoja de papel en sus manos y se la entregó a Kaleb poniendo luego sus manos detrás de su espalda.

"Es muy... único y bonito". Sonrió viendo el dibujo, aunque no le encontrara forma.

"Es al revés"

Lo giró con una risa nerviosa.

Vaya, ahí si tenía forma. Era una taza con ¿chocolate caliente?, y tenía unas rayitas simulando ser humo. Alrededor tenía muchas flores dibujadas con color violeta.

"Es lo más especial que me han dado en la vida". Tomó la manito de Luka y la llevó a sus labios dejando un beso en sus nudillos. "Gracias alfa"

Luka rodeó su cuello con sus brazos muy satisfecho de que su dibujo le haya gustado.

"Feliz año, baba"

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Holaaaa! Buenas madrugadas. Aquí te dejo el capítulo once! Tómalo más bien como un especial que decidí escribir para cerrar el tema de la Navidad y eso. (Si, estamos casi Agosto y ya tengo espíritu navideño).

Lamento decirte que... Se acerca la tormenta.

DATO:

Los omegas y niños, independientemente de si es alfa u omega, tienden a ser muy cariñosos y afectivos. Por eso Luka ama la atención y el cariño que ambos le dan, y ama dar cariño de la misma manera.

FIN DE DATO.

TENEMOS NUEVA PORTADA <3

No olvides VOTAR, COMENTAR Y COMPARTIR si te va gustando la historia <3.

Te agradezco por todo con el corazón.

Nos vemos en el siguiente cap! Besos.


Invierno de ViolettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora