Belleza del Desierto #1

Capítulo 1

Jaelyne

Una cueva, una maldita cueva será el lugar de mi muerte. Malnacido, fui su novia, mínimo una muerte más digna. Aunque la dignidad ya la perdí hace tiempo, habiendo salido con ese idiota. Tampoco es que tenía muchas opciones. Si la gente de este barrio peligroso sabía que salía con Wash, dejarían de molestarme. La personas de por aquí piensa que si eres mujer eres manejable, y ya estaba cansada de demostrar que no era frágil y él fue mi salida más moldeable. Un jefe pandillero, fue mi mejor opción. Aunque le fueron con el cuento de que lo engañaba y terminé aquí.

Observo las paredes de la cueva, que tiene algunas runas extrañas dibujadas, mientras forcejeo con las sogas que tengo a mi espalda. Estoy arrodillada en el suelo y no me puedo levantar, pero si tuviera alguna cuchilla podría deshacerme de estas cuerdas. Lamentablemente mi mochila está demasiado lejos de mí, para intentar agarrarla.

Me sobresalto cuando oigo un ruido.

—¿Ya estás lo suficientemente asustada para pedir piedad? —Regresa Wash.

Mierda.

—Muérete, imbécil.

—¿Te das cuenta que no estás en posición de decirme eso Jacky? —Apoya el cuchillo en mi cuello.

—Ya me cansé de chuparte las medias, idiota.

Bufa.

—Jacky... —me llama por mi mote otra vez —creo que no estás entendiendo, te vas a morir.

Me río.

—¿Y crees que no oí la conversación con tus amiguitos? Me quieres hacer creer que vas a arreglarlo, follar y después matarme, no soy estúpida, Wash. Así que termina de una vez y punto.

Sus dientes se presionan.

—Perra, lo iba a hacer más fácil para ti, pero no me dejas opción —Me arranca el top dejando mi sostén expuesto.

—Púdrete —Le escupo.

Me golpea para luego tirarse sobre mí. Mantengo mi vista en el cuchillo, mientras besuquea mi cuello, cuando lo deja a un lado, logro agarrarlo, se lo clavo en la pierna, ruedo por el suelo alejándome de su cuerpo, me levanto como puedo y escapo, ya que me persigue. Dentro de la cueva, llego a un camino sin salida y veo una enorme runa en frente de mí.

—¡Jacky! —grita mi ex y levanta un arma.

Mierda, es mi fin.

Oigo el tiro, pero también una luz destellante me cega la vista, pero no es el disparo.

Kael

El clima del desierto está calmo hoy, mi regreso al palacio será tranquilo y por suerte, sin tormentas de arena. O eso creía hasta hace un segundo, mi camello se detiene de repente, pero logro manejarlo para que no me tire.

—¿Qué ocurre? —le pregunto a mi consejero y guía.

—Mire —Señala el cielo —el día se hizo noche solo allí.

Es cierto, ha sido de repente.

—¿Magia? —Hago avanzar a mi camello hasta él.

—No creo, no está en los límites.

—¿Entonces qué?

—Será mejor que sigamos camino pronto antes de que nos alcance.

Frunzo el ceño.

—Si regresamos tan rápido y nos vamos como cobardes, nunca le demostraré a mi padre que no necesito una mujer para sentirme completo, que no requiero compañía y que puedo estar solo sin que me tenga que enviar una chica cada dos por tres al cuarto. Estoy harto, por eso hice un trato con él, si vuelvo ahora le daré la razón, así que seguiremos el camino largo —dictamino.

—Pero su alteza...

—He dicho que no —expreso fríamente.

Baja la vista.

—Sí, su alteza.

Continuamos camino, entonces más nos acercamos al lugar donde el día se ha convertido el noche, más oscuro se pone. Cuando estamos por llegar al centro, una luz destellante nos cega los ojos y como si algo cayera desde el cielo, toda la arena se dispersa.

Nos acercamos allí y me quedo impactado, una bella e inconsciente chica de cabellos dorados ha aparecido de la nada en el desierto.