Capítulo 54

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Jaelyne

Kael me ha ignorado varios días seguidos. Cuando no está en el comite, se encuentra en la sala de entrenamiento y cuando parece que está libre, se pone hacer yo qué sé para evitarme.

Hoy es el día en que los príncipes Askar y Ankor vuelven a su reino. Aprovecho para ir a su encuentro, para ver si puedo lograr hablar con Kael de una vez por todas, ya que como príncipe tiene que estar presente para despedirlos. Me detengo en el pasillo al oír un grito de furia de mi amigo pelirrojo.

—¡¡¿Tratado de paz?!! Ni una mierda.

—Cálmate, hermano —le pide Ankor —. Mil disculpas —se excusa el mayor con el rey.

Visualizo a Rebecca y me agarra un escalofrío cuando se acerca Fared.

—Su majestad —Hace una reverencia el general —¿Hay algún problema?

—Ninguno —responde el rey algo nervioso.

—Yo sí tengo un problema —exclama lleno de ira Askar —. Estoy cansado de estar en este asqueroso lugar, aquí ni se puede respirar y sus actitudes me repugnan.

—Lo que vio, fue un malentendido —ahora se excusa el rey.

Miro a Rebecca, que baja la vista avergonzada, entonces me doy cuenta. No puedo creerlo, lo vio, Askar lo vio ¡Tengo un testigo masculino de los abusos del rey! La palabra de Askar vale más que la mía, ¿pero Kael me creería? No puedo dar fe de eso, no le cae muy bien y conmigo está enojado.

Ilusiones al pozo.

—¿Qué malentendido? Yo vi perfectamente cuando...

—¡Askar! —lo reprende Ankor —No es tu asunto, olvídalo —Mira al rey y le sonríe —. Su majestad, somos unos salvajes y no nos molesta pasar por usted —expresa tranquilo —. Sin embargo respetamos el tratado, solo que mi hermano es más impulsivo que yo y no ve con claridad el asunto.

—Príncipe Ankor —reponde el monarca —, me alegra que usted sea más sensato, espero que esta estrepitosa escena no arruine la relación de los reinos.

—Tranquilo, hablaré muy bien de usted a mi padre.

—Yo no —Rueda los ojos Askar y Ankor bufa —¿Ya nos vamos?

—No seas caprichoso, nos hicieron un banquete de despedida.

—No me importa, yo me voy —Comienza a caminar pero se detiene, vuelve en dirección hacia a Rebecca y agarra sus manos —. Señorita, si un día se cansa de este maltrato, la invito a mi reino. Seremos salvajes, pero no andamos tratando mal a la gente sin razón.

—Me halagas, pero yo no... —la rubia lo mira confundida y luego observa al rey sin saber qué decir.

Askar suelta las delicadas manos de Rebecca y hace un chiflido, poniendo los dedos en su boca. De repente un pequeño halcón llega volando y se apoya en el hombro del pelirrojo.

—Un regalo —Le sonríe bajando la mano y se lo muestra en un movimiento sutil.

—¿Gracias? —expresa confundida y desconcertada —No sé si debería...

—Adelante —le dice el rey, estando molesto, pero dando su consentimiento.

Askar le acerca al animal con su brazo y este se pasa al de ella, por lo que la hace sobresaltar, cuando siente sus garras.

—Vaya —expresa Rebecca impactada.

—Se llama Trinay, mándame un mensaje cuando quieras, mujer de sueños —El pelirrojo le hace una reverencia.

—Hacerle una reverencia a una mujer —susurra el rey irritado —. Qué horror.

Askar lo ignora y se me acerca.

—Jacky —me saluda —. Ya me voy.

—Buen viaje —Le sonrío.

—Salúdame a Kael —Asiente y luego mira a Fared —. Espero que si un día se acaba el tratado, estés en frente del pelotón, así puedo cortarte el cuello, justo como intentaste con Jacky.

—Yo también lo voy a extrañar, su alteza —le contesta sarcástico el rubio y le hace una reverencia.

La verdad Wash no responde a sus provocaciones, aun así sé que quiere matarlo, podría distinguir su falsa sonrisa a kilómetros.

Al final no me he cruzado con Kael. Maldición, esto va de mal en peor.

Belleza del Desierto #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora