Capítulo 10

2.1K 312 69
                                    

Kael

Me giro para retirarme del harem, pero Jaelyne se pone en mi camino, así que me detengo, su mirada llena de confianza me dice que trama algo, esa sonrisa lo demuestra.

—¿Qué sucede? —pregunto cortés.

—¿Me traes a tu castillo y no me haces una visita guiada? —Alza una ceja —Qué malo, hazme un paseo, ¿qué te cuesta? —me provoca.

Entrecierro los ojos.

—¿Qué tramas?

Sonríe.

—Nada.

—No te creo, pero de acuerdo —Bufo —. Si eso te tranquiliza, será lo mejor.

—¡Me tranquilizaría mucho! —expresa muy animada, apoyando la mano donde está su corazón.

El gesto no se lo cree nadie, pero hay que intentar, además quizás por ahora me salve de su locura al acceder. Nunca se pierde nada por probar, aunque parezca muy ingenuo de mi parte.

Avanzamos por los pasillos del palacio y ella observa a todas partes de una forma en que parece que calcula todo, lo analiza. Empiezo a entender la razón de este paseo, quiere verificar cada área para saber de qué lugar le sería más fácil escapar.

Pobre, hay guardias por todos lados. Su idea no es mala, pero no le servirá de nada. De todas formas, ¿para qué huir? Hay mucho desierto, moriría.

—¿A dónde quieres ir? —le cuestiono.

—¿Qué pregunta es esa? —Alza una ceja y pone las manos en la cintura —No conozco nada de aquí para que me preguntes eso.

—Por eso lo digo, es obvio que quieres escapar, pero no sabes a donde —Sonrío con arrogancia cuando la observo.

—Pues ya que tú no me vas a decir cómo tomar un avión, tendré que encontrar personas más inteligentes.

—Vienes nombrando eso hace rato, ¿qué es un avión? —pregunto curioso.

—¡¿Ay ni eso sabes?! —expresa indignada —Es un vehículo volador, tiene alas y es enorme, fácil.

—¿Un avión? —repito pensativo —¡Ya sé! —Chasqueo los dedos —Sígueme —Camino a paso más rápido y ella avanza detrás de mí.

—¿Eh? ¿De verdad me entendiste? —expresa sorprendida.

—Lo más parecido a lo que nombras es el regalo que nos dió el reino de los cielos.

—¿Qué regalo? —pregunta confundida —Malditos ricos que se regalan cosas tan caras —se queja.

Salimos al lado descubierto del castillo, donde están los establos y los animales, entonces nos acercamos a la reja enorme, le digo al guardia que la abra, por eso Jaelyne se queda quieta y aterrorizada viendo a la enorme bestia.

—¡¿Qué es eso?! —grita impactada tanto que retrocede.

Miro al dragón rojo que se acerca, el animal alado avanza despacio hasta nosotros. Me sorprende que no tironee las cadenas, siempre es muy gruñón y agresivo.

—El avión, el reino de los cielos nos regaló a este ser volador como ofrenda de paz, aunque la verdad odia a todo el mundo —explico.

El guardia me mira incrédulo viendo lo que yo, el bicho está tranquilo, así que mis palabras no tienen mucho sentido.

—¡¡Eso no es un avión, es un monstruo!! —chilla Jaelyne.

—Es un dragón, es el transporte del cielo, como tú dices, es lo más parecido a lo que nombraste, aunque no podemos usarlo porque no le caemos bien.

—¡Aléjalo de mí! —grita cuando el animal alado está cerca de nosotros, tanto que ella se cae al retroceder por el impacto de verlo —¡Ay mierda!

Yo sigo sorprendido por su tranquilidad, así que intento tocarlo, pero el dragón se aleja de mí, es obvio que se le quiere acercar a Jaelyne, por alguna extraña razón.

Belleza del Desierto #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora