Capítulo 28

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Jaelyne

Me despido de Rebecca y me voy directamente a dormir. Al día siguiente, acordamos vernos otra vez, en esta ocasión me regresará el collar, dijo que me explicaría algo sobre él. El lugar de encuentro esta vez es el patio, donde están los establos y el dragón. Acaricio a Rojito cuando me le acerco y al principio parece tranquilo, pero en un momento se pone como rabioso mirando a un punto en específico. Guardias gritan y de repente un dragón violeta, más grande que Rojito o Caryn, salta sobre mí, es tan enorme que asusta. Sus garras me atrapan y no puedo soltarme.

—¡Jaelyne! —Veo llegar a Rebecca al patio, pero el gran monstruo ya está alejándome de todos.

Mierda, estoy acostumbrada a los secuestros, pero que me rapte un dragón, eso es nuevo y de locos.

Kael

Visualizo a Rebecca levantar su vestido para correr rápido hacia mí, se detiene agitada y me mira fijamente con sus ojos azules.

—¿Qué sucede? —le pregunto ya que no habla.

—Es... es Jacky, se la han llevado.

—¿Qué? —digo con impacto.

—Un... un dragón violeta —expresa nerviosa.

—Qué mierda, ¿Dónde?

—En el patio, los guardias no pudieron hacer nada.

—Entiendo —Hago una pausa y me giro —. Debo ir a buscarla.

—Kael —Me detengo cuando me llama y la miro —. Ten cuidado —me aclara.

Asiento y me dirijo a la sala del trono. Tengo que hablar con mi padre. Los únicos que tienen dragones son los habitantes del reino de los cielos.

Jaelyne

¡Ah voy a morir, voy a morir!

¡¿Dónde está el piloto de esta cosa?!

¿Se dice piloto? ¡¿Qué importa?!

¡Un dragón me secuestra!

¡Voy a morir, me va a comer!

Dejo de chillar todos mis pensamientos cuando cruzamos las nubes y me quedo estupefacta viendo un castillo flotante.

¿Estoy delirando?

—¡Ay! —chillo cuando el dragón me suelta y caigo en una colchoneta.

Al menos no me mató.

He caído en una sala lujosa, que tiene una abertura, que es por donde caí. Una mujer con aros largos, que tiene un vestido rojo, se levanta de su trono y camina hasta mí, así que acerca sus uñas largas, puntiagudas y plateadas a mi rostro, entonces sonríe.

—Bienvenida, belleza del desierto.

Trago saliva.

¿Por qué es que siento que ella quiere comerme y no el dragón?

Kael

—¿Por una concubina? Ni hablar —expresa mi padre indignado —. Espera a que se comuniquen.

—¿Y si no lo hacen? —Alzo una ceja.

—Pues olvídala, consíguete otra.

—Padre...

—Siento interrumpir —Entra Rebecca a la sala del trono —. Quizás pueda ayudarte a entrar sin que se enteren —Alza la mano y me muestra el collar de Jaelyne.

—Eso...

Se pone seria para aclararlo.

—Es más que una simple runa.

Belleza del Desierto #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora