Capítulo 50

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Jaelyne

Abro la puerta despacio y maldigo por lo bajo cuando se oye el rechinido de esta. Aunque todo mi esfuerzo por hacer silencio es en vano, porque tengo a Kael esperándome, parado en medio de la sala, hasta frunce el ceño.

—¿Se puede saber dónde estabas? —pregunta molesto.

—No —digo cortante.

Camina hasta mí indignado.

—Creí que nos estábamos entendiendo, no puedes salir por ahí como si nada, eres mi concubina.

—Algo así, pero no soy de tu propiedad, para que me andes controlando.

Bufa.

—No quise decir eso, entiéndeme a mí, yo te traje al pueblo, estás bajo mi responsabilidad, no puedes irte así como así.

—Con ese argumento me das a entender que no vas a ayudarme a volver a mi mundo —Ruedo los ojos —¿Qué excusa pondrás cuando me largue de aquí? —Vuelvo a mirarlo fijamente —¿O acaso no planeas dejarme ir?

—Yo no dije eso.

—Entonces abandona el interrogatorio —Frunzo el ceño y me giro en dirección a la cama —. Me voy a dormir —Me detiene agarrándome del brazo y lo miro —¿Qué?

—¿Dónde estabas? —insiste.

—No quieres saberlo.

—Si te estoy preguntando es porque sí.

—Bueno, ya que estás insoportable, te lo diré, fui con tu madre —confieso sin filtros.

El agarre en mi brazo se afloja y me suelta despacio.

—¿Qué hiciste qué?

—¿Ves? Te dije que no querías saberlo.

Me mira con angustia, frustración, enojo, quizás indignación, no consigo distinguirlo, pero no es una emoción buena.

—Me rompes el corazón —exclama finalmente con una mueca que demuestra desagrado —. Endek te dejó en claro que no me gusta hablar de esa mujer, ¿y tú vas y la visitas? Ella no merece nada de eso —Suspira con pesar —. Me desconcierta, Jaelyne, me... no puedo ni hablar, no quiero decir nada —Se dirige a la puerta.

—¿A dónde vas? —pregunto preocupada.

—A tomar aire —Oigo el portazo cuando cierra y me sobresalto.

Sabía que iba a arruinarlo si se enteraba, pero no pensé que me dolería tanto. Mi pecho se comprime y me aguanto las ganas de llorar. Debo ser fuerte, seguir adelante y cumplir mis objetivos. No importa lo que pase, ese era el plan, no debería haber sentimentalismos en esto. Me refriego un ojo y suspiro.

Anhelo tanto volver a mi mundo y extraño a mi abuela, pero ahora se agrega un dolor a la lista, y tiene un nombre.

Kael.

¿Cómo puedo borrar mis sentimientos por él? Porque lo sabía, sabía que iba a lastimarlo, para conseguir lo que buscaba.

Belleza del Desierto #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora