9. "Cambie el ánimo"

31 6 0
                                    




Nuevo día en la universidad, mis padres ya habían viajado hacia nuestra ciudad natal, Oxford. Obvio que antes de irse se pusieron muy tristes y mis hermanas chillaban por quedarse más tiempo. A mi madre le preocupaba tanto el transporte, que la consideró a Liliana como su cuarta hija porque ella se ofreció a llevarme y traerme todos los días a la universidad por un mes hasta que compre mi auto. Literalmente, en un mes ya recaudaba lo suficiente para comprarme uno, el más sencillo si podía. La ventaja de esto es que ya tengo licencia entonces no habría problema.

Llegué a mi casillero y recogí mis libros, me puse a leer la ultima clase de Literatura. Al pasar una hoja me fijo en todos mis útiles que estaban en el suelo.

-¡Justo ahora! -me dije a mí misma.

-¿Hablando sola? -me dijo con una media sonrisa Matías que se colocaba en frente mío, ¿él estudiaba aquí? ¿Desde cuándo?

-Es que estoy un poco apurada, tengo Literatura a la primera hora y ella es puntual. ¿Y tú, qué haces aquí?

-Recién entré hoy y la verdad no conozco esta universidad. ¿Te puedo acompañar? -asentí y fuimos juntos al aula.

Agradecí que la profesora no llegaba, todos los asientos estaban ocupados así que tuvimos que sentarnos en dos de tres asientos que quedaban al último.

-Amelia... mira... -se lo notaba medio nervioso. -Quiero que me perdones por lo que pasó en la fiesta, tal vez fue por que estaba descontrolado pero te lo prometo que ya no va a pasar....si es que hay una segunda vez -alzó una ceja sonriendo. -Y lo de la pelea, el que comenzó fue Oliver, en serio, y perdón por intervenir entre ustedes.

-No importa, está bien, pero por Oliver no te preocupes. Nosotros no somos nada.

-¡Qué alivio! Espera, ¿Somos nosotros o la profesora no vino?

-Si creo que no vino, pero mejor, supuestamente hoy teníamos lección.

Estábamos conversando y se abrió la puerta, todos se quedaron en silencio y yo rogaba que no fuera la profesora pero luego me calmé al ver a Oliver llegar bien campante, como si las clases fueran de llegar a cualquier hora. Cuando cerró la puerta, inmediatamente empezaron a hacer relajo de nuevo, pasó por todos los asientos de adelante, hasta que llegó hacia el fondo y se ubicó delante mío.

-Entonces no pasó nada y amigos....por ahora.

-Amig....-Oliver me interrumpió.

-¿Te importa si me ayudas en algo Amelia? Ven. -me dirigí a su puesto.

-¿Qué haces? -me quedé perpleja, ¿me llamó solo por eso? ¿estaba bromeando?

-Estoy ocupada. -me paré para regresar al puesto pero jaló mi brazo y me vio directo a los ojos. Sus ojos.

-Conversa conmigo.

En ese momento tenía muchas cosas en mi cabeza, estaba demasiado confundida, no sabía si creerle todos sus actos o simplemente ignorarlo. Porque lo que menos quería era ilusionarme.

-Pero bueno si quieres ándate con ese.-me dijo viendo hacia su escritorio, bajando su fuerza de agarre que contenía en mi brazo.

-Se llama Matías. -estaba retirándome pero mi brazo cayó de nuevo.

-¿Sigues enojada conmigo? Perdón por...

-Golpeaste a alguien que no te estaba haciendo nada. Ni siquiera disfruté una hora, y era la primera fiesta que había ido.

-Él te estaba manipulando.

-¿Cómo sabes? Aparte, eso es asunto mío....de todas maneras, gracias. -me levanté sin esperar a que dijera otra palabra.

El mejor reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora