23. "Se va a solucionar"

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Fruncí el ceño y me puse seriamente a pensar si lo que había escuchado era cierto.

-¿Qué? -tres letras soltaron de mi boca.

-Eso me dijo. Y no pienso perderte, Amelia. Ni ahora, ni nunca.

Él estaba a punto de darme un beso pero se lo impedí.

-Es que es injusto. Todo estaba empezando bien.... y esto pasa y...

-Tranquila. Ya se va a solucionar. Es cuestión de tiempo. -me acarició el cabello. -Ahora duerme porque mañana tenemos clases.

A pesar de todos los pensamientos que tenía, logré dormir. La alarma había sonado, así que me levanté y al sentarme en la cama olvidé que Oliver estaba conmigo por lo tanto me asusté, pero luego trate de calmarme sigilosamente. Se veía tan hermoso durmiendo, podría quedarme con esa vista para siempre. Mi interior no pudo evitarlo, así que cogí mi celular y le tomé una foto.

Los zapatos y la ropa deportiva estaban listos para que me pegue mi trote cotidiano. Junto a mis audífonos conectados al pequeño iPod y botella de agua, salí.

Regresé y la casa seguía en silencio, vi de reojo mi habitación y Oliver seguía dormido.

-¡Despierta! -me lancé a la cama y un brazo de él se estiró.

-No vayamos a la u. -me acostó a lado suyo y fuertemente me abrazó.

-Estoy sudada. -reí.

-Qué importa. No vayamos, por favor. -me soltó. -¿Dónde estabas? Estás demasiado sudada.

-Vine trotando un poco. -incorporé mi cuerpo fuera de la cama. -No puedo faltar, Oliver. Mejor dúchate bien mientras yo hago el desayuno. -besé su mejilla y me dirigí a la cocina.

Hace unas semanas compré tocino pero había olvidado que me hace mal, entonces aproveché la ocasión y le hice huevos revueltos con tocino. También cociné unos pancakes y finalmente batí fresas con leche.

Al servir el batido en vasos de vidrio, Oliver salía todo bañado y bien vestido del cuarto.

-¡Qué rico huele!-se sentó en la silla del comedor.

-Espero que te guste. -serví los vasos en la mesa y me senté. -Primero oremos.

Después del agradecimiento, procedimos a comer. Oliver insistía que pruebe su plato pero me negaba rotundamente, todos los embutidos le caían mal a mi cuerpo, no los toleraba muy bien.

-¡¿Cómo así vienen juntos?! -dijo Liliana apenas nos vio entrando al aula.

-Porqu...

-Porque nos encontramos en la esquina. -interrumpí a Oliver.

-¿Y tu carro? ¿No lo dejas atrás en el estacionamiento? -Liliana se dirigía a él.

-Sí, pero esta vez no lo trajo. Lo dejó descansar. -le sonreí.

-¿Por qué no dejas que hable Oliver? ¿Acaso me estás ocultando algo, Ame? -cruzó sus brazos.

-¡Cómo crees! Es qu...¡Ahí viene el profe!

El profesor llegó y me acomodé rápidamente en el asiento. Apenas me senté, Liliana hacía señas desde su puesto que estaba adelante, acerca de que teníamos algo pendiente qué hablar, pero en realidad no quería decirle nada sobre Oliver, porque quiero evitar a toda costa sus críticas.

El timbre para el receso llegó y traté todo lo posible para que Liliana no me alcanzara pero una mano agarró mi brazo y afortunadamente era Oliver.

-¿De quién escapas?

-De Liliana.

-Está en el baño. Podemos quedarnos aquí, no se dará cuenta. -nos sentamos y empecé a respirar con tranquilidad. -¿Por qué no le dijiste la verdad?

-Yo la conozco y sé lo que me va a decir. Puede que la esté juzgando pero prefiero no decirle nada.

-¿Qué piensas que te va a decir?

-Primero que cómo voy a ser capaz de tener un hombre en mi casa. Y luego se va a contradecir diciendo que debería aprovechar de que estamos los dos solos y así. Pero la verdad es que no le veo sorprendente al hecho de que dos personas de distintos géneros se encuentren totalmente solas en una casa.

-Te entiendo, ya comprendí eso. Me fue difícil pero contigo lo aprendí. Y ella con el tiempo también lo entenderá. Ten paciencia.

-Eso es lo que a veces se me esfuma, la paciencia.

Me dio un beso en la cabeza y luego nos dirigimos al patio de comidas. Al llegar vi a Liliana sentada sola en la mesa que siempre solemos comer. Apenas la vi, una mirada de furia se puso en sus ojos.

-¡Tú bien sabes que detesto que me dejen sola! No me hables.-me dijo Liliana cuando nos sentamos a su lado.

-Princesa, ¿Te pido lo mismo que yo? -Oliver se dirigió a mi. Ibamos a almorzar.

Le asentí con la cabeza. -No te enojes, por fa. Tenía una urgencia. Pero ya estoy aquí. -le sonreí.

-Cómo sea, te perdono por esta vez. Pero necesito que me ayudes en algo. Es sí o sí. Déjame dormir hoy en tu casa.


¡Aaaaaaal fin logré subir un capítulo! Estoy tan aliviada por eso <3 pensé que nunca iba a terminar esta novela pero gracias a Dios recuperé mi ipod y tuve tiempo e inspiración para escribir :) aaaaahhh!!! En fin, ¡Feliz año nuevo! Que este 2017 se venga recargado de muy buenas vibras y todos nuestros propósitos se cumplan <3 ¡Pronto vendrán más capítulos!

El mejor reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora