3. "No son buenas noticias"

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Llegué a mi casa, tomé una ducha y me puse a ver tele. Al cabo de unos minutos recordé que tenía una tarea de física, entonces me levanté, apagué el televisor y empecé a hacerla con música de mi ipod, me entretenía y hacía que me despegara del sueño. Prácticamente, era mi rutina para hacer deberes y pasar la materia, a excepción de leer y estudiar para pruebas.

Después de una hora y media, el teléfono sonó y me paré a verlo mientras bajaba el volumen de la música.

-¡¿Hola?!

-Amelia, ayúdame en el deber de física. -dijo Sabrina.

-Ahorita lo estaba haciendo, déjame ir a ver el libro. -fui a mi escritorio, tomé el libro con el cuaderno y regresé.

-Haber, anot.... -Sabrina me interrumpió.

-¡AMELIA! Oliver va ir hoy al mall para pasear un rato, vamos, tienes que ir. -me dijo gritando desde el teléfono.

-¿No dijiste que te ayudara en la tarea?

-Si, per... -ahora yo la interrumpí.

-Y no, no iré.

-¡¿Pero por qué?! -dijo en tono enojado. -Aparte no tenemos ninguna tarea, sólo esta.

-No Sabrina, mejor anda tu y me cuentas ¿Ya? -le dije convenciéndola.

-¿Por qué tienes que ser así? Vas a pasar conmigo. Anímate. -me dijo en tono triste.

-No, Sabri... Anda y mañana me cuentas todo. No tengo ganas.

-Ya, ya. -dijo en tono frustado. -Voy a ir con Clara.

-Cuídate mucho. -le dije para luego despedirme. -¡Sabrina, espera! ¿Y el deber?

-Hmm... mañana me ayudas en receso, igual, es para la otra semana, bye. -le iba a decir algo pero de inmediato cortó.

En realidad si tenía ganas de verlo pero a la vez no. Es muy confuso. La cuestión es que me gusta pero no como para tener algo serio. Tal vez en unos años pero por ahora no. Aparte no quería en absoluto que se diera cuenta que me gusta, se ve feo y vergonzoso que un hombre lo note, al menos que él sienta lo mismo. ¿Y si Oliver no? Probablemente así sea.

Después de terminar la tarea, decidí acostarme un rato, pero en un abrir y cerrar de ojos me levanté y me giré para ver la hora, ¡Eran las 7, me había quedado dormida! Aunque pensándolo bien no era algo raro en mi, ya que amaba dormir y la mayoría del tiempo paso durmiendo.

Me levanté y fui a la cocina, allí estaba la familia llegando a la casa. Los saludé y enseguida mi mami sirvió la comida, comimos y después todos nos fuimos a dormir.

Pero en mi mente pasó el "que habrá pasado en la salida con Oliver".


Me levanté por mi preciosa alarma, que si no fuera por ella, jamás iría al colegio. Me cepillé los dientes, comí y me dirigí a la buseta que me estaba esperando.

Llegué al colegio, entré al aula, y por sorpresa vi a Sabrina ya sentada en su puesto, me senté en el mío y volteé para hablarle pero me quedé callada a ver su rostro. Estaba muy seria.

-Sabri ¿Qué te pasa? -le dije sonriente para que se animara.

-Nada. -me dijo cogiéndose las puntas de su cabello.

-Dime qué te pasa, aparte, me tienes que contar lo que pasó ayer. -le dije alegremente.

-Es por eso mismo, no son buenas noticias para ti, es Oliver.

Cuando me dijo eso inmediatamente se borró mi sonrisa.

-¿Por qué? ¿Qué pasó?

-Pero prométeme que vas a estar bien. -me dijo apuntándome con el dedo.

-Dime rápido. -le dije fingiendo una sonrisa. -¿Por qué me va a cambiar el ánimo? No es mi novio.

-Es que se besó con Renatta. -cuando dijo eso inmediatamente abrí mis ojos como platos y se formó una "o" en mi boca.

-¿Hablas en serio? -le dije y ella asintió con la cabeza. -¿Y cómo sabes? ¿Los viste?

-No, ella nos contó a Clara y a mí, pero bueno, solo fue un beso y ya.

-Claro, solo un beso. -dije dándole la mínima importancia.

-Eso no significó nada, a él nunca le podría gustar ella, él mismo decía que no era de su tipo.

-"Decía", tu mismo dices. -le dije haciendo señas con mis manos. -Igual no me importa. Ya se veía venir.

-No le gusta, hazme caso, eso no significó nada, solo fue un simple beso.

-Cómo digas.

El timbre del colegio sonó, era hora para alistarnos y salir a la cancha porque era hora de Cultura física.

En toda la mañana, Sabrina trataba de darme ánimos porque ella me conoce tan bien que sabe que tras la sonrisa que cargaba, estaba muy triste por lo que me había contado.

Luego fue hora para irnos a nuestras casas. Llegué a mi casa, me pegué un baño y me acosté en mi cuarto, estaba muy triste, se que en llorar por chicos es lo más tonto, pero me sentía mal por el hecho que quería olvidarlo, pero no podía. Por más que intentaba no pensar en él, lo hacía y también porque sabía que a pesar de todo el nunca se iba a fijar en mi. Me resigné a levantarme y a comer mi almuerzo para luego ponerme hacer las tareas, la verdad era que ya estaba muy decidida desde ese momento, ya no quería pensar en él. Va ser muy difícil, pero lo voy a tomar como nuevo reto para poder cumplirlo, no quiero saber nada de él, en realidad, sentía que ya no me importaba desde ese preciso instante.

Comí, hice las tareas faltantes y me acosté; definitivamente quería olvidarlo, era una decisión propia que en la cual debía haberla tomado desde hace mucho tiempo atrás, no sé por qué perdí todo mi tiempo. Tal vez es porque esperamos acciones decepcionantes para poder tomar las decisiones correctas.

El mejor reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora